Cuando el equipo con más victorias de toda la NBA durante la temporada viene de perder su primer partido de la postemporada, su rival sigue a contracorriente y no le aplasta, alguna duda hay. Es lo que les ocurre a los Bucks. Han puesto el dique de contención, pero todavía no han sacado a pasear el portaviones. En el segundo encuentro se han impuesto a los Magic por un global de 111-96, controlando el partido pero con algunas grietas que querrán cerrar próximamente. 

El victorión de los Magic en el primer partido fue una sorpresa de las gordas. Lo hubiera sido todavía más que hubiera llegado una segunda seguida. Están sin Isaac y Gordon todavía no puede volver, además de Mo Bamba. Tienen bajas de gran calado y aun así sacaron adelante ese encuentro de apertura. Esta vez los Bucks cortaron por lo sano desde el principio, sin dar aire a los de Florida para que se fueran en el marcador en los primeros minutos, y pudieron llevarse el premio. 

En los primeros minutos los de Budenholzer sí demostraron ser el equipo que han sido durante los meses anteriores al parón por la pandemia, asfixiando al contrario sin necesidad de subir mucho las líneas y con el juego centrado en Antetokounmpo para que él decida si ir con todo o sacarla fuera para los tiradores. A la pájara de Evan Fournier en el primer partido se iban a unir todos los demás compañeros a excepción de Nikola Vucevic, el único que se salvaba: 11 de 45 en tiros de campo al descanso. Al irse a descansar a los vestuarios Giannis ya estaba en 12+13, Bledsoe manejaba mucho mejor que el primer día y Connaughton acertó desde el triple (4/4 para 12). 

La segunda parte vio a un Lopez entonado y muy motivado y a Vucevic como único salvavidas de los de Clifford. Pero por momentos la relajación de un equipo que veía ya controlado el encuentro dio paso a los nervios y que jugadores expertos como Augustin o Ross y no tan expertos como Markelle Fultz se vinieran arriba y apretaran en los últimos minutos. Los Magic, sin apenas gasolina, bajaron de los diez y quisieron soñar, pero no hubo final feliz. Milwaukee recupera la senda de la victoria pero no da pistas de ese equipo que aplastaba, y los Magic pueden dar buena fe de ello porque les ganaron los cuatro encuentros, en la fase regular de la temporada.