Es una de las eliminatorias más interesantes de la primera ronda de los playoffs y no decepciona en la primera tentativa. Muchos frentes abiertos y dos equipos de los que pelean a cara de perro por llevarse el premio. Se viene una serie bonita si los Pacers se reponen del primer golpe, una victoria a los puntos (juntando el símil de boxeo con el baloncesto) en una noche en la que estiraron las opciones al máximo. 

Nate McMillan, recién renovado, sacó todo el jugo a sus banquilleros y fue gracias a ello como se mantuvieron tanto tiempo poniendo en aprietos a los de Florida. Y eso es todo un cambio de papeles, ya que el fondo de armario destaca en Miami y no en Indiana. A la baja de Domantas Sabonis, todavía sin el alta médica, se une el problema de Victor Oladipo en el ojo izquierdo, que fue golpeado en el primer cuarto de este partido y apartó a la estrella de los Pacers para el resto del partido y veremos si no es para el resto de la serie. Contra viento y marea se vieron los locales y no se defendieron nada mal, pero el enfrentamiento cayó de maduro y terminó 101-113. 

Máxima igualdad en la primera parte pese a que la salida de Oladipo del partido debió trastocar más los planes desde un principio. 'Bam' Adebayo controló la pintura con facilidad y los Heat hicieron un intento por irse definitivamente en el marcador ya en el tercer periodo, tras volver de los vestuarios. La diferencia se fue hasta los diez justos a mitad de manga y ahí vino la revolución. Malcolm Brogdon estaba jugando muy bien y T.J. Warren, una de las sensaciones de la burbuja, sólo podía anotar cuando lograba que su archienemigo Jimmy Butler se despistara mínimamente. Pero no fue con ellos con los que McMillan sorprendió a Spoelstra... McConnell puso todo su corazón en los dos lados de la cancha, Sumner y Holiday enlazaron jugadas de mérito y Sampson dejó a su compañero Myles Turner en impedido al hacer verdadero daño en la zona. De diez a uno. Pelea sin igual. Y la noche se ponía bonita con un último cuarto servido en copa de balón, el que se encargaría de coger Dragic. 

El base esloveno de los Heat percutió mucho más en el cuarto decisivo e hizo daño, ahí sí, a los McConnell y Brogdon que tanto venían de brillar. T.J. Warren siguió intentándolo, pero se llevó un trastazo por partida doble en forma de triples de Jimmy Butler, que tras englobar un mal porcentaje en triples durante toda la temporada le metió dos en la cara (uno, tras salida de bloqueo; el otro, en caída y la mano del defensor en la suya) para sentenciar el encuentro. A los 22 de Warren y Brogdon, respectivamente, se opusieron los 17+10+6 de Adebayo, los 24+6+5 de Dragic y un Jimmy Butler que acabó con 28 tantos y una sonrisa en la cara.