El Real Madrid anunció el pasado 21 de julio el fichaje de Alberto Abalde, previo pago de la cláusula de rescisión de 1,5 millones de euros al Valencia Basket. Contratación que el club blanco pretende amortizar, junto con el salario del jugador, en cinco años, hasta 2025. Una operación cuantiosa económicamente, la más elevada de la era Laso, que engloba también a la actual jefatura de la sección. Juan Carlos Sánchez, su director, tomó las riendas en junio de 2010, justo un año antes de la llegada del técnico vitoriano. Su entrada supuso la salida de Antonio Maceiras y, meses después, la de Ettore Messina, que dimitió como entrenador.

En esa etapa previa el Madrid había abonado cerca de 2,8 millones de euros en el verano de 2009 para reclutar a Pablo Prigioni y a Sergi Vidal. Y había desembolsado medio millón por Novica Velickovic al Partizán en un mercado escaso de piezas valiosas. En enero de 2010, se había hecho con Ante Tomic, del KK Zagreb, por un millón.

Sánchez arrancó con un reajuste económico y luego el presupuesto fue creciendo año a año, igual que los contratos de las estrellas, pero el dinero se invertía más en renovaciones que en acometer cláusulas, traspasos y compensaciones por adquirir los derechos de un jugador. De hecho, la inversión de este tipo más elevada, hasta la de Abalde, había sido la de Carlos Suárez en septiembre de 2010, con el directivo recién aterrizado: casi 1,1 millones (un fijo de 950.000 y el resto por los objetivos deportivos alcanzados por el equipo).

Por otros muchos jugadores, incluso por Pablo Laso, se han aportado cantidades compensatorias que no superaron los 100.000 euros. Caso aparte fue el de Gustavo Ayón, algo menos de 300.000 euros abonó el pívot para recomprarle sus derechos al Barcelona antes de vestir de blanco.

Ahora, en tiempos de ingresos a la baja y tras el batacazo en la fase final de Valencia, el Madrid se ha visto empujado a encarar la operación Abalde para reactivar su plantilla. Y quizá deba repetir si Facundo Campazzo se va a la NBA. La cláusula de seis millones del base argentino, aunque la pagase a plazos, como ya hicieron Nikola Mirotic y Sergio Rodríguez (2,5 millones cada uno y otros dos Luka Doncic, en su caso a tocateja), le daría margen de maniobra. A ver. De momento, el récord lo tiene Prigioni y tras él, Raúl López: 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros) hace 20 años, cuando Florentino Pérez estrenaba presidencia.

Prigioni costó 2,2 millones en 2009

Hay que retroceder a 2009 para encontrar una operación superior a la de Abalde. El Madrid fichó a Prigioni del Baskonia a cambio de Brad Oleson, por el que acababa de pagar 1,8 millones de euros al Fuenlabrada y nunca llegó a debutar de blanco, y unos 400.000 euros. En total, 2,2.