La fumata blanca se acerca al Madison Square Garden. Tras un nuevo fiasco deportivo, los Knicks marchaban duodécimos en la Conferencia Este, y la confirmación oficial de que no volverían a competir hasta la próxima temporada por el coronavirus obligó al club neoyorquino a iniciar un nuevo período de reflexión. Por séptima temporada consecutiva, los Knicks volverían a estar sumidos en el pozo de la Conferencia, sumando más derrotas que victorias, y muy lejos de aquel equipo que era un fijo en los playoffs de los 90.

El gatillo de la directiva volvía a apuntar al punto habitual: al banquillo. Tras dos meses de sondeos y negociaciones, el elegido ya tiene nombres y apellidos. Según Adrian Wojnarowski, Knicks y Thibodeau ultiman un acuerdo para que el técnico de New Britain se haga cargo del banquillo para las próximas temporadas. De esta forma, directiva y técnico solventan unas diferencias que hace escasamente unos días parecían insalvables, hasta el punto de que Jason Kidd parecía haberse situado por delante de Thibodeau.

Sin embargo, la buena relación del técnico de New Britain con la directiva del club ha sido decisiva para que sea él el elegido. La capacidad de desarrollar talentos jóvenes y el exhaustivo trabajo defensivo son algunos de los factores que han terminado también siendo decisivos para descartar a Jason Kidd, Mike Miller, Jamahl Mosley, Kenny Atkinson o Will Hardy.

El objetivo de firmar un contrato largo no es otro que el de construir un proyecto en base a la figura del entrenador que tiene el objetivo de volver a recuperar la esencia de la franquicia y volver a colocar a los Knicks en la parte alta de la Conferencia Este, luchando año a año por estar entre los 8 mejores. En su experiencia como técnico, cuenta con 3 avales. Su etapa de entrenador asistente precisamente en el Garden, entre 1996 y 2004, así como sus 5 años en los Bulls y sus 3 en los Timberwolves.