Kobe, Iverson, Nash... el draft que llegó para sustituir a Jordan
Se cumplen 24 años de uno de los mejores drafts de la historia, ese que marcó la era post Jordan y lideró a una generación. Iverson, Ray Allen, Marbury, Nash... y Kobe, claro.
De entre todos los drafts que ha habido a lo largo de la historia, pocos tienen una vinculación sentimental tan estrecha para el aficionado como el de 1996. Se cumplen 24 años de una lotería que vino acompañada de algunos de los grandes nombres del siglo XXI, con una horda de jugadores jóvenes extraordinarias que fue protagonista en los siguientes 20 años, dominando una competición que no espera a nadie y que ya por aquel entonces fraguaba el camino a la sustitución de un Jordan que, con 33 años, acababa de ganar su cuarto anillo de campeón. Lo hizo en ese año de la redención, tras la eliminación de 1995 ante los Magic y una temporada de 72 victorias que le coronaron más todavía si cabe, juntando además el MVP de la temporada, el del All Star y el de las Finales. Sin embargo, su eterna (y eternizada) figura no iba a durar para siempre, y el vacío que podía llegar a dejar tenía que ser sustituido con nuevas historias e innovadores protagonistas que fueran capaces de llenar semejante espacio.
A decir verdad, la sensación de que se acababa una era no era tan apremiante como lo fue un año después, con la 1996-97 finiquitada con otro anillo para los Bulls y la guerra abierta entre la directiva de Chicago, con Jerry Krause a la cabeza, y la plantilla y su entrenador, con Jordan como referente. A final de esa temporada, el contrato de 126 millones por seis años que los Wolves le extendieron a Garnett hacía presagiar un lockout a final de la 1997-98, y la animadversión entre Jordan y Krause, unida al primer parón de la historia en el que habría que reducir la campaña, abocaba el final de una década marcada por el dominio de Jordan y la ausencia de ese juego vertical y directo que representaría el Showtime de los Lakers en los 80 y que no volvería a darse hasta que esa nueva generación del draft de 1996 se hizo con el dominio de la Liga.
No es difícil decantarse por ese draft a la hora de buscar un sustituto para Jordan. Ni Garnett, que aterrizó en 1995, ni Duncan en 1997, vinieron acompañados de grandes nombres que hicieran presagiar un futuro brillante. Aunque también mentiríamos si dijéramos que se daba por hecho que el sustituto de Jordan estaba ahí. Solo Jerry West, ese hombre curtido en mil batallas y que se las sabe todas, supo ver en un resolutivo y descarado escolta de Lower Marion High School a la joya de su corona y al hombre que podría dominar la Liga. Dicen las malas lenguas que ni siquiera informó a los Hornets de a quien tenían que seleccionar en el draft hasta justo antes de que les tocara por miedo a que cambiaran de opinión. Kobe Bryant llegaba vía traspaso a los Lakers sin llegar a entrenar nunca con el equipo que le seleccionó y poniendo Vlade Divac rumbo fueran de la ciudad de la que nunca se quiso ir.
Unos nombres que marcaron a una generación
Lo cierto, claro, es que Kobe no era por aquel entonces el elegido por los grandes medios de comunicación. Apenas participó en la rotación de Del Harris en su primera temporada, ganando algo de protagonismo en playoffs y sumando cuatro afrentosos airballs en semifinales del Oeste ante los Jazz. Era Allen Iverson la gran atracción de ese draft: elegido en el número 1, copó de highlights las televisiones y se marcó un crossover para la historia ante el mismísimo Jordan que para muchos fue tomado incluso como una falta de respeto. Kobe no tardó en despuntar y fue All Star en su segundo año, pero Iverson fue, en su etapa temprana, la referencia de una horda de jugadores que, muchos procedentes de la calle, contrastaban con un Bryant mimado, pijo y acompañado de unos lujos que nunca tuvo alguien como The Answer, que se convirtió en una referencia cultural para la Liga.
Evidentemente, Iverson y Kobe no eran los únicos que aparecían en ese draft. Marcus Camby, Shareef Abdur-Rahim, Stephon Marbury y Ray Allen copaban el top 5 junto a Iveron. Antoine Walker, Lorenzen Wright, Kerry Kittles, Samaki Walker y Erick Dampier fueron escogidos de los puestos 6 al 10. Y todavía hubo tiempo para que Todd Fuller o Vitaly Potapenko fuera elegidos por delante de Kobe, dos elecciones improbables que no se entendieron a largo plazo pero que también fueron sorprendentes en ese momento. Un tal Stojakovic era elegido tras Bryant, y se seguimos mirando vemos a viejos conocidos como Steve Nash (pick 15), Jermanie O'Neal, Zydrunas Ilgauskas o Derek Fisher, con alguna segunda ronda interesante con gente como Shandon Anderson, finalista con los Jazz en 1997 y 1998.
Desde luego, estamos hablando de una generación increíblemente talentosa. 10 de los jugadores mencionados llegaron al All Star, Camby fue Mejor Defensor de la NBA (2007), Kerry Kittles llegó dos veces a las Finales con los Nets (2002 y 2003), Iverson, una con los Sixers (2001) e Iglauskas, otra con los Cavs de LeBron (2007). Entre Kobe y Iverson lograron seis títulos de máximo anotador, y ambos, junto a Steve Nash, fueron MVPs, siendo este el único en repetir. Camby ganó títulos a máximo reboteador y taponador, Iverson de robos, Nash de asistencias, mejores quintetos, mejores quintetos defensivos, estrellas de sus franquicias... una larga lista de éxitos monopolizan cinco jugadores en cuanto a anillos: Samaki Walker con los Lakers, Ray Allen con los Celtics, Antoine Walker con los Heat y Kobe y Fisher, con cinco por cabeza, los que más han ganado en todo el siglo XXI junto a Tim Duncan, que se quedó con el mismo número.
Kobe, la gran referencia
Lo que sí está claro es que Kobe ha acabado siendo la gran referencia de esa generación. Si bien ha habido otras carreras largas como las de Steve Nash y Derek Fisher, fue el escolta angelino el que se acabó postulando como el verdadero sustituto de Jordan. Iverson dominó los inicios del siglo XXI, pero no puedo llegar más allá; lo mismo pasó con un Marbury extremadamente talentoso que encontró más éxito en China que en Estados Unidos. Pero fue Kobe el que, en su afán de superar a Jordan y de imitar sus movimientos, dominó la era inmediatamente posterior a la de His Airness, siendo el mejor jugador de la primera mitad del nuevo siglo y dominando incluso tras la llegada de LeBron y compañía, que llegaron en 2003 en otro draft para la historia.
La apoteosis de este draft llegó en 2001. Iverson y Kobe se midieron en las Finales y ambos, junto a Marbury, protagonizaron uno de los mejores All-Star que se recuerdan. Una misión imposible para los Sixers, que cayeron ante los Lakers en cinco partidos. Fue el momento en el que se demostró que la nueva generación había dado definitivamente un paso hacia delante, dejando atrás a los Finalistas del año anterior, unos Pacers que pertenecían a unos 90 cada vez más dejados atrás. Los Sixers no han vuelto a estar tan cerca del éxito y Iverson promedió 27,6 puntos y 6,1 asistencias en los 12 años que pasó en un equipo que, a pesar de Joel Embiid y Ben Simmons, nunca ha repetido una referencia como la suya. Iverson es, por influencia, el segundo jugador más importante de ese draft, aunque por carrera sea peor que Steve Nash o incluso que Ray Allen. Y mejor, eso sí, que un Marbury que nunca hizo justicia a su inconmesurable talento.
El draft de 1996 fue uno de los mejores de la historia, pero también fue el draft de Kobe. Si comparamos dicha lotería con la de 1996 y 2003, estamos ante una de las mejores de la historia, y las tres mencionadas tienen entre sus filas a nombres ilustres que las lideran, ya sea Jordan, Kobe y LeBron. Y si bien el alero ha podido acabar superando a la Mamba Negra (¿o no?), fue el escolta el que se postuló como el primer gran heredero de un Jordan al que calcó a la perfección, imponiéndose por el camino a muchos jugadores (Vince Carter, Grant Hill) que quisieron heredar su corona. Un draft que cambió el curso de la historia, que ha llevado a jugadores al Hall of Fame (Iverson antes, Kobe ahora) y que ha sido la referencia de toda una generación. 24 años ya... Casi nada.