Los mayores robos del draft del siglo XXI: Parker, Kawhi, Anteto...
A veces elegir tarde en el draft no es sinónimo de no poder llevarte una estrella. Estos once ejemplos son los más claros de los últimos 20 años.
La noche del draft siempre es de ilusión para los seguidores de los equipos, que sueñan en convertir las elecciones en futuras estrellas que lleven a lo más alto a su equipo. Normalmente los que pueden elegir en los primeros puestos se las prometen más felices, pero ya se ha demostrado sobradamente que tener una elección alta en el draft no es sinónimo de éxito asegurado y que a lo largo de la historia ha habido fiascos tremendos, muchos de ellos seleccionados con el número 1. Del mismo modo, y por aquello de ver la botella medio llena, a veces también sucede lo contrario y aquellas franquicias que no tienen la suerte de pelear por los que, a priori, parecen los mejores proyectos de jugadores disponibles, tienen la vista, la suerte o el instinto, o todo junto, para descubrir talento donde parece difícil de encontrar. En esas posiciones que quedan fuera de la lotería, es decir, más allá de la elección número 14.
Es ahí donde se centra esta selección, que no tiene en cuenta jugadores elegidos entre el número 1 y el 14 y entre los que seguro hay muchos ejemplos de nombres que decir antes en sus respectivos drafts. Pero ¿qué pasa del número 15 en adelante? ¿Es posible encontrar jugadores capaces de marcar la diferencia al más alto nivel? Estos once ejemplos dejan claro que no es sólo posible, sino que se repite con más asiduidad de lo que cabría esperar.
Tony Parker (número 28 de 2001)
Dos años después de elegir a Manu Ginobili con el número 57, los San Antonio Spurs lo volvían a hacer. A pesar de escasa estatura y su falta de experiencia compitiendo al máximo nivel, Tony Parker llegó para hacerse con el puesto de base titular que ocupaba Terry Porter. Ese primer año entró en el quinteto ideal de los rookies y a partir de ahí construyó una carrera con una regularidad en la excelencia difícil de igualar. Desde su segunda temporada en la liga y hasta el año 2017 promedió al menos 10 puntos y 4,5 asistencias por partido cada curso. Por supuesto, también quedan sus logros personales y colectivos: 6 veces all star, 4 veces en los mejores quintetos de la liga, 4 veces campeón de la NBA y MVP de las Finales en 2007. Todo ello formando uno de los mejores tríos que se recuerdan en la historia del baloncesto junto a Ginobili y Tim Duncan. Todo ello le convierte en uno de los mejores jugadores de la historia del continente europeo y en candidato al mayor robo del siglo XXI.
Kyle Korver (número 51 de 2003)
En un draft en el que se eligieron a LeBron James, Carmelo Anthony, Chris Bosh y Dwyane Wade es fácil olviarse de todo lo que vino detrás. Muy lejos de ellos apareció el nombre de Kyle Korver, que llegó a la NBA tras jugar los cuatro años de universidad y que en sus 17 temporadas en la liga ha sido sinónimo de éxito para sus equipos. Con los Bucks estaba camino de jugar sus 14º playoffs, empatado con LeBron como el jugador con más apariciones de aquel draft. Por supuesto, si algo ha demostrado Korver en la liga es ser un triplista a la altura de los mejores de la historia en la especialidad. Y no es exageración. El porcentaje que luce en toda su carrera en esta distancia (42,9%) es el décimo mejor de siempre, y sus 2.437 triples anotados le colocan cuarto por detrás de Ray Allen, Reggie Miller y Stephen Curry. Lideró la clasificación de triplistas en cuatro temporadas distintas y tiene el récord de acierto en un sólo curso: 53,6% en la 2009-10. No está nada mal para un número 51 del draft...
Paul Millsap (número 47 de 2006)
De estar en el segundo quinteto rookie del año a promediar dobles dígitos de anotación dos temporadas después, para explotar finalmente a partir de su traspaso en 2013 a los Atlanta Hawks, donde fue pieza clave para formar un equipo líder de la Conferencia Este que le llevó a jugar cuatro años seguidos el All Star. Aunque sus números nunca han llegado a ser de superestrella, siempre se ha movido entre la solidez y la espectacularidad. Y la versatilidad, probablemente su mejor cualidad como jugador, le ha llevado a acumular unos números a lo largo de su carrera que no han alcanzado demasiados jugadores. Ha alcanzado los 13.000 puntos, los 7.000 rebotes, las 2.000 asistencias y los 1.000 robos, cosa que sólo han hecho otros 23 jugadores en la historia. Y si le sumamos los más de 900 tapones que ha puesto, la lista se queda en 16. Un todoterreno de alta gama que salió muy barato.
Marc Gasol (número 48 de 2007)
Antes de llegar a la NBA en 2008 Marc Gasol había tenido una gran carrera en España, pero las dudas sobre su físico hicieron que cayera hasta la mitad de la segunda ronda del draft. Allí le eligieron los Lakers, quienes le incluyeron en el traspaso de su hermano Pau como una pieza menor del mismo. El mediano de los Gasol se encargaría en Memphis de demostrar que estaba lejos de ser un añadido. Se convirtió en uno de los jugadores más importantes de la historia de la franquicia siendo pieza central de la época del Grit-and-Grind, la más gloriosa que ha vivido el equipo. Pero no sólo destacó dentro de su equipo, y es que el español ha estado en la discusión de quién era el mejor pívot de la liga durante gran parte de la pasada década. Hasta el punto de que en 2015 fue elegido en el mejor quinteto de la temporada y en 2013 se llevó el premio al defensor del año. Y aún hoy, que comienza a divisar el ocaso de su carrera, ha sido un elemento fundamental en el anillo de los Toronto Raptors.
Kawhi Leonard (número 15 de 2011)
Si Marc Gasol fue fundamental en el triunfo de los Raptors, qué decir de Kawhi Leonard. Dos veces campeón de la NBA con dos equipos distintos y en ambos casos siendo el MVP de las Finales. Dos veces mejor defensor del año, cinco veces en el mejor quinteto defensivo y tres en los quintetos del año. Sus capacidades defensivas se podían adivinar en la universidad, pero nadie esperaba que se convirtiese en uno de los jugadores más letales en ataque, especialmente con su tiro en suspensión de media distancia, lo que en sus momentos de mayor brillantez (que suelen coincidir con los partidos más importantes) ha hecho que le nombren el jugador más parecido a Michael Jordan en la actualidad. Cuando está sano (incluso cuando no lo está del todo) pelea con todas las de la ley por el título de mejor jugador de la liga. Aunque el número 15 del draft no esté tan atrás como otros ejemplos anteriores, el rendimiento mostrado por Kawhi le convierte en uno de los mayores robos del draft de siempre. Porque todavía con 28 años ya apunta a ser uno de los mejores jugadores de siempre.
Jimmy Butler (número 30 de 2011)
De no tener casa en su época de adolescente a no recibir ni una sola oferta de universidades de la División 1 al acabar el instituto para llegar a la NBA como un simple especialista defensivo que con el tiempo y con suerte quizá podría heredar el puesto de Luol Deng en los Bulls. Ese es el pasado que ha forjado la personalidad de Jimmy Bulter y que le ha hecho no tener paciencia con compañeros de equipo que no trabajaban tan duro como lo hacía él, ya fuese en Chicago, Minnesota o Filadelfia. Pero también es lo que ha provocado una mentalidad y unas ganas de superar los límites que le iban poniendo otros por el camino, y que le han convertido en uno de los jugadores más completos de la liga, capaz de rendir a gran nivel tanto en defensa como en ataque. 5 veces all star y 2 en los quintetos del año, en Miami parece haber encontrado la cultura competitiva que buscaba. Con alma de líder y herramientas para codearse con la aristocracia de la liga, en Florida tiene la oportunidad de poner la guinda a una carrera que ya ha caminado muy por encima de lo que cabría esperar de un número 30 del draft.
Isaiah Thomas (número 60 de 2011)
El draft de 2011 fue prolífico en sorpresas. Después de Kawhi y Butler, cuando estaba a punto de espirar el acto surgió un tal Isaiah Thomas en el último lugar. Muchas veces jugadores que salen elegidos en los últimos diez puestos ni siquiera llegan a debutar en la NBA, así que dar con un robo en el puesto 60 es como encontrar una aguja en un pajar. Y más si hablamos de un jugador que mide 1,75. No sabemos si los Kings vieron algo en él o gastaron la elección porque les tocaba y salió Isaiah como pudo salir cualquier otro. Pero el pequeño base se encargó rápido de demostrar que tenía sitio en la liga. Y uno prominente. En su primer año jugó 65 partidos, 37 de titular, con 11,5 puntos y 4,1 asistencias de media. En el tercero, ya fue titular 54 veces y promedió 20,3 tantos y 6,3 pases de canasta. A pesar de ello los Kings, algo que quizá no sorprenda demasiado, decidieron traspasarlo. Después de unos meses en Phoenix acabó en Boston, donde llegó a ser 2 veces all star antes de sufrir una lesión de cadera que parece que no le dejará recuperar sus mejores días.
Draymond Green (número 35 de 2012)
Pillar a Stephen Curry con el número 7 o a Klay Thompson con el 11 ya se podrían considerar robos, teniendo en cuenta el rendimiento que han tenido. Pero la joya de la corona de las elecciones de draft de estos Warriors que han dominado con puño de hierro la liga es sin duda la Draymond Green en 2012 con el número 35. Llevarte en segunda ronda a un jugador que ha sido 1 vez defensor del año, 5 veces en el mejor quinteto defensivo, 2 veces en los quintetos del año y 3 veces all star es altamente improbable. Que un jugador de segunda ronda tenga un papel capital en uno de los mejores equipos de la historia es prácticamente un milagro. Pero lo cierto es que sin Dray los Warriors no habrían ganado tres anillos y habrían llegado a cinco finales de forma consecutiva. Su tremendo despliegue defensivo, capaz de defender en la misma jugada a un pívot, un alero y un base, su inteligencia en ataque y la pasión que le pone al juego han sido fundamentales para que el Quinteto de la Muerte sembrara el terror a lo largo del país.
Khris Middleton (número 39 de 2012)
2012 también tiene un hueco destacado en esta lista. Cuatro puestos después de Draymond Green los Pistons elegían a Khris Middleton, al que iban a traspasar a Milwaukee el año siguiente. Ya desde su segundo año en la liga la estadística empezó a revelar que ese alero era mucho más de lo que parecía. La clasificación de +/- real de ESPN le situó 10º de la liga y Middleton se mantuvo en el top-20 el siguiente curso. A partir de 2015 empezó a mejorar de forma tan evidente que ya eran pocos los que no reconocían en él a un proyecto de jugador grande. Promedió más de 20 puntos por primera vez en la 2017-18 y en 2019 se estrenó como all star, algo que repitió este año. En estas dos últimas temporadas es uno de los siete jugadores que ha promediado 19 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias y 2 triples, y el resto fueron todos elegidos entre los 15 primeros puestos del draft, cuatro de ellos en el top-3. Pieza clave del equipo que más partidos ha ganado desde el verano de 2018, del que es el máximo triplista, el segundo máximo anotador y el tercer máximo asistente, Middleton ya se ha instalado por derecho propio entre los nombres importantes de la liga.
Giannis Antetokounmpo (número 15 de 2013)
En la rueda de prensa en la que le presentaron como jugador de los Bucks, John Hammond, entonces general manager del equipo de Milwaukee aseguró que el joven Giannis tenía el talento para llegar a ser algún día all star. Teniendo en cuenta que llegaba de jugar en Grecia ante rivales de escaso nivel, por no decir nulo, se podría entender esta declaración dentro del optimismo que siempre se intenta proyectar con la llegada de sangre nueva. En cualquier caso, por mucho que Hammond o quien fuere tuviese fe ciega en las capacidades del griego, nadie podía adivinar lo que estaba por venir. Y más después de que su primer año en la NBA fuese discreto. Eso sí, lo que no se le puede achacar a Giannis es que no se haya ido superando año tras año. Ha sido como una fórmula matemática, cada temporada jugaba mejor que la anterior, en lo que se puede considerar como el ideal del crecimiento de un jugador hasta llegar a los máximos estándares posibles. Con 25 años ya ha sido 4 veces all star, ha estado tres veces en los quintetos del año y dos en el mejor quinteto defensivo, y antes de que se parase la actividad en marzo se le estaba poniendo cara de ganar su segundo MVP de forma consecutiva. Que les digan a los catorce equipos que eligieron antes que los Bucks en el draft de 2013 si conseguir todo eso con una elección 15 del draft no es un robo.
Nicola Jokic (número 41 del draft de 2014)
El draft de 2014 fue uno de los que más expectación creó antes de celebrarse, incluso sin tener en cuenta al protagonista de este apartado. Porque Nicola Jokic, que ahora pelea por el título de mejor jugador de aquella camada y de mejor pívot de la liga con Joel Embiid, no entraba en los planes de casi ninguna franquicia. Su físico tan alejado de la potencia atlética que se le supone a los jugadores de hoy en día, su lentitud en el juego de pies y escasa aportación en el apartado de los tapones hacía que pocos le viesen con futuro en la NBA. Mucho menos como jugador de primera ronda. Y no será porque no hubo ocasiones para que los ojeadores se diesen cuenta del pedazo de jugador de baloncesto que llevaba dentro. En la liga adriática ya promediaba 11,3 puntos, 6,3 rebotes y 2,5 asistencias con apenas 20 años. En el Mundial sub-19 de 2013 tuvo un papel más que destacado enfrentándose entre otras a la selección de Estados Unidos, que contaba con un frontcourt nada desdeñable: Aaron Gordon, Montrezl Harrel y Jahil Okafor. Ahora es uno de los únicos cinco jugadores de más de 2 metros en la historia de la NBA en promediar 20 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias en una temporada, jugando al menos 50 partidos. ¿Los otros cuatro? Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Kevin Garnett y Giannis Antetokounmpo. Casi nada para un número 41 del draft que está gordo, es lento y no salta.