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NCAA

Dawn Staley hace historia en el baloncesto estadounidense

La entrenadora de South Carolina es la primera persona que consigue el premio Naishmith como jugadora y como técnico. En 2013 entró en el Hall of Fame.

Dawn Staley hace historia en el baloncesto estadounidense

La temporada del baloncesto universitario tuvo que cerrarse, por la crisis del coronavirus, sin su gran hito. El gran baile, la locura de marzo. El March Madness. Sin torneos nacionales y sin campeón, un golpe durísimo para las finanzas del deporte universitario y un vacío inmenso en el calendario deportivo estadounidense, en el que quizá solo la Super Bowl de la NFL tiene más peso que estos torneos, generalmente día de sorpresas extraordinarias, gigantes abatidos, cenicientas para el recuerdo, remontadas imposibles, canastas de leyenda y errores dramáticos.

Sin torneo, la NCAA quedó varada, herida pero sin más remedio que aceptar la realidad, si bien buscó hasta el final fórmulas para salvar unos muebles insalvables. Pero, con la temporada regular completada, el baloncesto universitario sí ha podido elegir a sus mejores entrenadores, los que se llevan en 2020 un reputado premio Naishmith que este año tienen doble noticia. Los galardonados han sido Anthony Grant (Dayton) en categoría masculina y Dawn Staley (South Carolina) en femenina. Por un lado, nunca dos entrenadores afroamericanos habían ganado el premio Naishmith en el mismo curso universitario. Por otro, jamás la misma persona había recibido ese galardón como jugador y entrenador. Ni en categoría masculina ni en femenina. Y ese muro lo ha derribado Staley, que agranda así su leyenda en el baloncesto estadounidense.

Staley había colocado a las Gamecocks de South Carolina como el equipo número 1 en el ranking de AP a las puertas del torneo. Sus jugadoras (32-1 en la temporada) habían tenido esa posición de privilegio durante 10 semanas, sin duda el equipo del año, y el que se coló en la dictadura de las Huskies de Connecticut, que ganaron cuatro torneos seguidos hasta el triunfo de South Carolina en 2017 tras una Final Four en la que las Huskies cayeron de forma dramática en semifinales, contra Mississippi State. Curiosamente, el entrenador de Connecticut es Geno Auriemma, del que Staley fue asistente y luego relevo en la Selección de Estados Unidos. Ya como primera entrenadora (desde 2017), dirigió al equipo en el oro Mundial ganado en Tenerife (2018) e iba a liderar a la mejor Selección del mundo en los Juegos de Tokio, que han sido aplazados a 2021. Su contrato como seleccionadora acababa tras la cita olímpia pero se da por hecha que se prolongará.

La primera que hace doblete de mejor jugadora y mejor entrenadora universitaria del país, Staley ganó en las pistas tres oros olímpicos: 1996, 2000 y 2004, cita esta (en Atenas) en la que además fue abanderada de la delegación estadounidense. Camino de los 50 que cumplirá el 4 de mayo, su carrera es ya histórica: como jugadora fue elegida entre las 15 mejores de la historia de la WNBA. Jugó en Houston y Charlotte, donde su trascendencia en la comunidad hizo que el alcalde decretará un día oficial de Dawn Staley (el 24 de julio) y llevó a la Liga profesional femenina a poner su nombre al premio a la jugadora con mas influencia social.

De solo 1,68, Staley fue una guard eléctrica, que en 1988 se convirtió en la primera jugadora de menos de 1,82 (seis pies) elegida a nivel nacional la Mejor del Año en el baloncesto de instituto. Criada en una zona dura del norte de Philadelphia, presume siempre de carácter de Pennsylvania y no olvida sus raíces aunque su carrera le llevó por España, Brasil, Italia o Francia antes de jugar en Estados Unidos, en la ABL y la WNBA (número 9 del draft de 1999). Entre 1988 y 1992 llevó la camiseta de la Universidad de Virignia, donde obtuvo dos veces el premio Naishmith a la mejor del país (1991 y 1992). El mismo que ahora ha conseguido como entrenadora al frente de South Carolina, la Universidad que la contrató en 2008 tras unos años de éxito en Temple, donde fue profeta en su tierra y donde supo compaginar el banquillo universitario con las pistas WNBA.

En 2013 ingresó en el Hall of Fame. Un año antes lo había hecho en el Hall of Fame femenino y uno después, en 2014, la revista Fortune la incluyó entre las 20 personas más influyentes del mundo junto al Papá, Bill Clinton, Angela Merkel... Ahora en 2020, las cosas del confinamiento, ha perdido la oportunidad de ganar su segundo título universitario al frente de las Gamecocks y el oro olímpico (habría sido el cuarto total para ella) en el banquillo del imparable Team USA. Pero esas oportunidades volverán, seguramente el próximo año, para una leyenda del baloncesto estadounidense que ya tiene, nadie más lo ha conseguido, el mismo trofeo Naishmith como entrenadora que ganó como jugadora.