Paul Pierce, leyenda de los Celtics, pasó por el podcast de Matt Barnes y Stephen Jackson, All The Smoke, para hablar sobre aspectos importantes de su carrera, en la que logró ser campeón de la NBA y que le retiraran la camiseta en la franquicia más importante de su vida, la de Boston, pese a ser nacido en Oakland (Califonia). 

Interesante lo que cuenta sobre Kobe Bryant, el tema con el que abrieron la conversación. Primero, sobre su figura: "Con muchos rivales he tenido poca relación y me han importado poco, pero con Kobe era diferente. De los pocos a los que trataba así. Contra muchos jugaba como cabreado, pero contra él... Creo que era una cuestión de respeto. Los enfrentamientos contra él me hicieron ser quien soy".

Y luego, con cómo trababa Bryant a los demás, especialmente a su compañero y amigo Pau Gasol. "Le trataba muy duramente. Aquellas primeras finales pasamos por encima de Pau Gasol, pero en las segundas finales... Le hizo ser un miembro del Salón de la Fama, así de simple", sentencia Pierce. "A Pau se lo comía. Fíjate que yo estoy loco y tenía que ir con Kobe y preguntarle: 'Tío, ¿estás bien?'. Se metía en la cabeza de Pau y le hizo mucho más fuerte. Era como si entrenara a un perro. En cualquier lengua que hablara Pau era en la que Kobe iba a ir a decírselo", añade Barnes. 

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En la charla salieron más momentos interesantes que merece la pena rescatar...  

Se habló del asalto que sufrió Pierce al salir de una discoteca en el año 2000. 'The Truth' explica que, tras ser apuñalado, llevaba siempre una pistola por precaución: "Me volví un poco paranoico. Estaba un poco ido, no dormía nada y me pusieron vigilancia policial en mi casa las 24 horas. A veces iba a por ahí pensando: 'Tío, voy a matar a alguien hoy'. Es una experiencia vital de las que te cambian". 

También se comentó el episodio de Pierce con la silla de ruedas en las Finales 2008, precisamente ante los Lakers de Bryant y Gasol. "Yo lo vi demasiado dramático, pero fue el doctor el que acercó la silla", explica entre risas. Paul Pierce se hizo daño en una jugada, se marchó en una silla de ruedas y luego regresó, con poco dolor y haciéndole mucho al rival, para ganar el partido: "Eran las Finales, no me podía pasar eso. Vi que no era mucho, que estaba bien, y me quedé muy aliviado".