Retabet Bilbao
99
Monbus Obradoiro
72
Finalizado

BILBAO BASKET 99-OBRADOIRO 72

Un día más en la oficina en el 20 cumpleaños del Bilbao Basket

El equipo de Mumbrú se regaló una fabulosa exhibición casi centenaria en Miribilla ante este Obradoiro que odia viajar. Las piezas encajan en esta inercia positiva, hasta el recién llegado Haws.

Uno puede cumplir años, pero si te toca currar, no te libras. Tal vez se va al puesto de trabajo desganado, con aire de cubrir el expediente. El Bilbao Basket apareció por la oficina de Miribilla e hizo su trabajo con pulcra profesionalidad en la jornada en la que festejaba sus 20 primaveras (cumplidas ayer). Con un triunfo rozando la centena y llegando a tener un pico de ventaja de 35 puntos. ¡Anda que no ha dado guerra este joven que ya ha pasado adolescencia! Se vio en la nube de subcampeonatos, en la tumba de la desaparición... y camina ahora con pasos firmes controlando el terreno que pisa. La tarta gigante de los prolegómenos del partido ante el Obradoiro no le distrajo lo más mínimo de su misión: volver a la normalidad tras un mes con todo tipo de avatares, desde una Copa, hasta otra Ventana, la salida del jugador franquicia (Bouteille)... De regreso a casa todo este tiempo después devolvió las aguas a su cauce. Un día más en el despacho. ¡Y qué día! Con el mayor palizón de la temporada ante un Obradoiro que por algo lleva desde noviembre sin ganar fuera. Le cabe la esperanza de que Fuenlabrada y Estudiantes forman el dúo madrileño que anda llamando a la funeraria. Pero lo de Miribilla fue un toreo en toda la línea. No vieron ni el capote los chicos del alquimista Moncho Fernández. Ganaron dos cuartos pero en los otros dos fueron arrollados por un tren descontrolado.

El partido tuvo un toque sentimental con el regreso de Vasileiadis y las imágenes de las dos intensas décadas de este Bilbao Basket dando guerra por la LEB, ACB, Euroliga, Eurocup, Copa, Supercopa, Copa Princesa... Ha estado en todos los fregados. Contrastaron esos recuerdos que zarandeaban la fibra sensible con el aire desangelado tras el salto inicial. Pero el RETAbet se puso pronto a la faena y fue calentando el ambiente. Su maquinaria está tan perfectamente engrasada que cualquiera que venga y sepa de qué va el juego encaja perfectamente en el puzle. Es el caso de Haws, que pasaba el rato en su país en un gimnasio a la espera de ofertas y le llegó una llovida del cielo de la mejor liga europea.

El Bilbao Basket no se descentró desde el minuto uno al 40, desde que quiso marcar territorio hasta que se fijó la meta de llegar a cien. Su voracidad fue absoluta, no dejó ni las migas, aunque su exhibición estuvo coronada por un gesto de máximo respeto al enemigo: renunció al ataque que le podía haber dado la centena. Salió con energía como para cargar los móviles de los casi nueve mil asistentes. El Obradoiro ya daba pistas de que le duele la cabeza cuando no tiene la banda sonora del Multiusos Fontes do Sar. Cero de siete en triples y una endeblez absoluta bajo el aro le pusieron en la pista de que le venía una paliza de época. Moncho se desesperaba porque el equipo se hundía en defensa en saques de fondo y dejaba sin marca a Kulboka en el triple. Rousselle movía las piezas a su antojo y solo estaba por ver si comparecían los santiagueses, que suelen ir y venir en los partidos. Schreiner se sumó a la fiesta con triples sin puntear y la segunda unidad del Bilbao Basket, con Serron en buena dinámica defensiva y atreviéndose en campo rival; celebró estar en esta fiesta. Los dos nuevos del RETAbet han vuelto a poner de moda el tiro a media distancia, algo excomulgado junto con el poste bajo de espaldas en la era de los triples y las bandejas. 

Con la salida de Bouteille, Sergio Rodríguez, el Chacho de perfil bajo, sabía que tiene que dar un paso al frente y no ha tenido inconveniente en hacerlo. Pozas anotó sobre la bocina al fin un triple a la octava. Los parciales iban cayendo como agua de lluvia en Santiago en invierno. Era patético el nivel defensivo. Esas sorpresas de un pequeño con un grande o viceversa, o defensas con trampas no hacían pensar a nadie y en el poste bajo Czerapowicz daba línea de fondo a su par esperando una ayuda y ésta debería de estar estaba en Santiago porque no llegaba. Sulejmanovic se hinchó a producir: una de sus canastas moviendo los pies como Fred Astaire fue pura delicia. Todos aprovecharon para elevar la autoestima. También Balvin, que parecía un fichaje NBA y lució cabellera plateada. Moncho Fernández alcanzó una tradición: parar el juego casi en cada inicio de cuarto porque sus chicos salían con la empanada, nunca mejor dicho. En tres minutos al inicio del segundo tiempo ya había cambiado a medio equipo. Lo de Magee, crucial en el triunfo de la ida, fue de traca; demostró que si está bien, pues su equipo puede aspirar a ganar la NBA pero cuando está 'de que no' mejor no sacarlo de casa. Salió Vasileiadis y empezaron a coger algo de fluidez anotadora , pero el equipo recibió un leñazo de 31 puntos en el tercer acto que le dejó planchado. El alero heleno y Brodziansky fueron los únicos que se salvaron de la quema. Y tal vez algún detalle de Daum. El resto no pasó de 6 míseros puntos. El Bilbao Basket demostró que no se ha olvidado del oficio. Aquí todos cuentan, no hay estrellas. Otra tarea muy coral. ¡Ah! ¡Zorionak!, que es 'felicidades' en euskera. Y a por otros 20 años.

Tarta por los 20 años del club

El equipo fue a entrenar ayer con camisetas de jugadores de la historia de estos 20 años del Bilbao Basket. Hoy se ha desplegado una tarta gigante en presencia de la vicepresidenta Iturbe. Había cinco fundadores aquel 7 de marzo de 2000: Jon Arrinda, Txatxo Payás, Piru Azua, Txutxo Sanz y Pepe Elorriaga. En esta ocasión salieron al medio campo Elorriaga y Azua.  Además, se guardó un minuto de silencio en memoria de José María Pueyo, padre del director deportivo del club, Rafa Pueyo. "Dedicamos el partido a Rafa Pueyo y su familia, damos las condolencias porque están atravesando un momento difícil", destacó Mumbrú. Felicitó a sus jugadores por el triunfo de este domingo en Miribilla por 27 puntos de diferencia (99-72) ante el Monbus Obradoiro y destacó que "con nueve mil personas en las gradas" del Bilbao Arena "es más fácil jugar". "Quiero felicitar a mis jugadores por la energía que han puesto. Se notaba que teníamos ganas de volver a Miribilla -un mes después de su último partido en casa- porque con nueve mil espectadores en las gradas es más fácil jugar", dijo el técnico catalán. Mumbrú, no obstante, lo primero que hizo fue "dedicar el partido a (su director deportivo) Rafa Pueyo y a su familia por el momento que están pasando" tras la muerte de su padre. Sobre el encuentro, destacó la importancia haber "salido desde el inicio con mucha energía", lo que les "ha dado mucha confianza". "En el segundo cuarto el Obradoiro ha vuelto al partido, pero en el tercero hemos vuelto a poner la energía de todo el partido, ellos se han venido un poco abajo y eso ha provocado un resultado mayor que la diferencia que hay entre los dos equipos", reflexionó. Mumbrú valoró positivamente la aportación de los nuevos, Tyler Haws y Quentin Serron, de quienes se dudaba que pudieran relevar con éxito a Axel Bouteille, que fichó por el Unicaja en el parón liguero, y Jayon Brown, lesionado para lo que queda de curso. "Las dudas eran mas fuera del equipo que dentro. Jugamos en equipo y la fuerza del Bilbao Basket es el equipo", recordó, asumiendo que Haws y Serron "aún cometen errores" y tienen que continuar adaptándose. "Ganando por 15 es más que entren. Nos pueden dar algo más pero necesitan tiempo", señaló, y añadió que Arnoldas Kulboka, "aunque no ha destacado en los puntos porque siempre tenía uno encima, ha abierto las penetraciones del resto". Mumbrú desveló que si no atacaron en la última jornada para alcanzar los 100 puntos en el marcador que pedía la grada fue por "un máximo respeto al Obradoiro". "Quedaban unos segundos, la diferencia era grande y no era cuestión de meterla y empezar a celebrarlo cuando el partido estaba ganado", zanjó. El entrenador del Monbus Obradoiro, Moncho Fernández, reconoció al final de la derrota de este domingo en Miribilla por 27 puntos de diferencia, 99-72, que su equipo fue "superado en todo" por un RETAbet Bilbao Basket que estuvo "sensacional, de matrícula". "Lo primero que quiero haces es felicitar al Bilbao Basket por todo lo que ha hecho tanto defensiva como ofensivamente. Ha sido sensacional, de matrícula. Pero no solo por el acierto, sino por la energía", dijo el técnico gallego. Moncho Fernández pidió a su equipo "reflexionar" por el partido completado. "Cuando ganas dos cuartos y has perdido por 30 hay que reflexionar", dijo, asumiendo haber "perdido en todo" y más en los duelos, de los que cree que solo ganaron "un uno o un dos por ciento". "En el primer cuarto, a pesar de perder de 14 (27-13) estuvimos bien, no era demérito defensivo sino muchísimo mérito del Bilbao Basket. Pero en el tercer cuarto (31-11) ha sido un demérito nuestro muy grande. Las dos primeras acciones claro ejemplo y en los últimos minutos creo que nos rendimos", consideró.

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