LAKERS 113-BUCKS 103

LeBron somete a Antetokounmpo y los Lakers rugen ante los Bucks

Tremendo triunfo de los angelinos con un LeBron colosal y un Davis decisivo en el último cuarto. Décima derrota de los Bucks, que encajaron un letal 18-0 en el tercer cuarto.

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Se jugaban muchos partidos en el Staples Center, donde como mínimo se puede decir que Lakers (ganaron 113-103) y Bucks jugaron con intensidad de playoffs, segundo y último duelo (un triunfo por cabeza) de la temporada salvo que se enfrenten en las Finales. Que podría ser: son primeros de Oeste y Este, 48-13 para los Lakers y 53-10 para los Bucks, y parecen desde luego los favoritos junto a los Clippers, que mañana juegan el tercer duelo angelino de la temporada contra los Lakers (2-0 ahora para los de Doc Rivers).

Por eso eran muchos partidos en uno y por eso este era uno de los choques más esperados y señalados de los 1.230 que tiene la Regular Season. Los Lakers ganaron y se ahorran las (muchas veces cogidas con alfileres) referencias a su capacidad contra los grandes aspirantes. Perder este partido y el de los Clippers habría desatado un buen caudal de críticas y nervios, ya con los playoffs a la vista. Pero ganaron. Y, sobre todo, impusieron su estilo, solucionaron problemas sobre la marcha y tuvieron en su bando a los mejores jugadores en pista. Así se ganan, después, los partidos de playoffs, para los que este choque de trenes fue un uen simulacro: más tenso que bonito, muy físico, con un fantástico regusto amargo. LeBron James, además, se impuso a Giannis Antetokounmpo después de que tras el duelo de Milwaukee muchos vendieran el relevo en las jerarquías de forma probablemente prematura. Giannis será, seguramente, MVP por segunda temporada consecutiva. Y con justicia. Pero LeBron anda muy cerca y, con 35 años, fue el mejor jugador de la noche en el Staples: 37 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias y 3 robos. Y mucha más influencia real en el juego que Giannis, que se desfondó para sumar a trompicones 32 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias. Salvó una caída muy fea en la que se torció la rodilla tras desequilibrarse con el cuerpo de Avery Bradley y acabó el partido visiblemente frustado.

Los Bucks, dos derrotas en tres partidos

Para los Bucks, es la segunda derrota en tres partidos y la décima en total. A 6 de marzo, no lo olvidemos. No habían perdido dos de tres desde octubre, y después de 83 seguidos con 100 puntos o más han pasado a dos partidos por debajo, un oasis ante los Pacers (119-100) y solo 103 contra unos Lakers abrasivos, que han ganado 11 de los últimos 12 y llegan a la colisión con los Clippers con el ánimo en máximos... y cinco partidos y medio de ventaja en el liderato del Oeste. El factor cancha hasta las Finales parece asegurado salvo debacle y el billete para playoffs quedó matemáticamente certificado con este triunfo. El regreso, ya oficial, después de seis años de abismal ausencia. Los Lakers vuelven donde siempre estaban: la noticia es que es noticia.

En un partido de cuchillos largos, los Lakers sobrevivieron al inicio amenazante de los Bucks (5-13 para un 19-22 en el primer cuarto) y contuvieron la última carga del mejor equipo de la liga en el parcial final, donde siempre pareció que el triunfo se quedaría en casa aunque se pasó de un 92-79 a un 96-92 con seis minutos por jugar. Convenientemente, la canasta definitiva fue un mate tras reverso de LeBron: 111-101 ya en el último minuto. Pero en clave laker, las mejores noticias se concentraron entre el ecuador del segundo cuarto y el tercero, cuando se pasó de un 29-38 a un 85-70 y donde se transitó por un demoledor 18-0 durante el tercer parcial, con los Bucks (y no es una visión normal) completamente desarbolados.

En un partido muy físico, con constantes faltas, silbato raro y muchas quejas, se impuso la defensa de los Lakers, nuclear con Bradley, Green y Davis en pista, con tramos formidables de Caruso y minutos tremendos de LeBron con Giannis, al que también desgastó mucho Green pese a la diferencia de centímetros. La tenaza atrás permitió correr a los angelinos, que ganaron pese a un 6/32 en triples y con 50 puntos en la pintura contra un equipo que es el mejor de la NBA (también en eso) evitándolos. A partir del segundo cuarto, LeBron gobernó el partido. Y Anthony Davis, que se cargó de faltas rápido y llegó al descanso con 5 puntos, anotó 25 en la segunda parte para un 30+9 final con acciones decisivas en los minutos calientes y otro impecable partido defensivo. LeBron anotó 14 puntos en el tercer cuarto y Davis otros 14 en el último, donde entre ambos sumaron los 25 primeros de los Lakers (26 totales con un tiro libre final de Caruso). Baloncesto de playoffs.

Los Bucks se quedaron en un 12/43 en triples, con fallos en cadena cuando pudieron abrir brechas más importantes en el primer cuarto y medio. Cuando los Lakers los sacaron de su ritmo de juego, que habían impuesto en los primeros compases, entraron en un caótico intento de remontar a jirones, con Middleton (12 puntos, 5/19 en tiros) y Bledsoe (11 y 5/13) haciendo la guerra por su cuenta y Giannis cargando la zona sin parar y con producción decreciente según pasaron los minutos. El griego, que empezó como un tiro (10 puntos en cuatro minutos), acabó agotado, fallando tiros libres y empeñado en ganar pulsos individuales a LeBron en una noche que no estaba para eso. La derrota desde luego no es preocupante, ni las sensaciones tampoco porque el partido fue un microcosmos con poco o nada que ver con casi todo lo demás que sucede en la Regular Season. El triunfo, aunque era obvio que los Bucks (y sobre todo Giannis) lo querían, era más importante esta vez para unos Lakers que enseñaron sus defectos... pero también sus enormes virtudes. Y ganaron. Con una defensa abrasadora, un Davis que acabó encontrando la forma de ser determinante y un LeBron James sencillamente imperial. El Rey, año 17.