Los Mavericks aprovecharon el mal momento de los Timberwolves, que no levantan cabeza vaya allí D'Angelo Russell, juegue o no Karl-Anthony Towns o meta puntos el primero que pase por delante. Los de Carlisle lograron una amplia victoria, 91-111. 

No era partido para Luka Doncic. Muchos de los aficionados españoles que esperaban verle a buena hora se quedaron con la miel en los labios. El esloveno fue dado de baja por la lesión en el pulgar de la mano izquierda, viajó al Target Center pero no se quiso arriesgar con él. De poco serviría. El rival era de los peores de la conferencia y los Mavs aspiran a algo en los playoffs, por lo que el camino es largo y no conviene tener ese tipo de descuidos que puedan convertirse en puntos de no retorno. Sin Doncic, por tanto, tocaba ver la mejor versión de sus compañeros. Hardaway ha asumido bien la posición que se le encarga cuando hay ausencias, Curry está en una buena racha, Finney-Smith sigue dando minutazos... pero tocaba que Porzingis diera un paso adelante y lo dio.

No hay que confundirse. El ala-pívot letón lleva un par de meses a un ritmo alto y muy acertado. Ha aprendido a jugar con Doncic y su lesión de rodilla parece ya más cosa del pasado que del presente. Simplemente conviene resaltarle por una actuación inconmensurable, es de ley. Dominio total de las dos áreas, asustando a los rivales en defensa y rematándoles en ataque. Su mejor partido como jugador de los Mavericks, por ir resumiendo: 38 puntos, 13 rebotes, 5 tapones y 4 asistencias. 

El partido se resolvió casi al descanso. Los Wolves perdieron pie en el segundo cuarto (20-35) y no recuperaron posición. Curry, con 27, y Hardaway, con 19, acompañaron a Porzingis a estirar una ventaja que al final se quedó en veinte. El español Juancho Hernangómez, titular de nuevo con Minnesota, aportó un doble-doble: 12 puntos y 12 rebotes en 28 minutos.