Hoy, 24 de febrero (24 del 2, el 24 de Kobe Bryant y el 2 de su hija Gianna), se celebrará la ceremonia pública en homenaje al exjugador de los Lakers y los otros ochos fallecidos en el trágico accidente de helicoptero del 26 de enero, en Calabasas. En un Staples Center que estará repleto, se despedirá a quien defendió durante 20 años (diez con el 8 en la camiseta, diez con el 24) los colores de los Lakers, donde ganó cinco anillos de campeón y se elevó a la altura de los grandes jugadores de la historia.

Kobe (elegido en el draft de 1996) vivió el traslado del vetusto Forum al rutilante Staples, una construcción multiusos donde, desde su inauguración en 1999 (allí ganó Kobe sus anillos, todos tras la mundanza), se han realizado diversas actividades en un mismo día más de 220 veces. Partidos de baloncesto, hockey (los Kings de la NHL), conciertos, convenciones... pero el presidente del entramado que gestiona el pabellón y los adyacentes Microsoft Theater y LA Live, Lee Zeidman, le ha reconocido a Los Angeles Times que nada tan difícil como la tarea, en lo práctico pero sobre todo en lo emocional, a la que se enfrentan hoy, ya que la ceremonia se realizará entre las 10:00 y las 13:00 de Los ÁngeleS (19 y 22 en horario español) y las 19:30 local (04:30 de la mañana en España) los Clippers reciben a los Grizzlies de Memphis.

Durante el acto en recuerdo a Kobe, su hija y los otros siete fallecidos, presidirá la pista un escenario de 24x24 (otra vez el número de Kobe) pies, más de 7x7 metros. Esto complica un proceso que puede ser más difícil que cuando se transforma una pista de baloncesto en una de hockey o vivecersa, algo que está perfectamente protocolizado. Para ello, la organización cree que será clave la puntualidad y el desalojo rápido del Staples, que quieren tener listo para el duelo de los Clippers a las 15:30 (01:30 española). Las normas NBA obligan a que los equipos estén en el pabellón con todo listo para jugar a 90 minutos del partido (18:00).

Por eso no se ha permitido, que se pidió, la instalación de pantallas en el LA Live para la emisión en directo del acto mientras este se desarrolla dentro de un Staples cuyos alrededores estarán cerrados al público para facilitar esa reconversión posterior, para la que es necesario la salida rápida de los vehículos que hayan aparcado en las instalaciones. Todo está listo, por lo tanto, para un homenaje que la ciudad de Los Ángeles lleva casi un mes esperando, el tiempo que ha pasado desde la tragedia que segó la vida de Kobe Bryant a los 41 años.