El 'otro Morris' ya es de los Lakers: ¿Qué aportará y qué no?
Markieff ya ha firmado como jugador de los Lakers después de que nadie reclamara su contrato en waivers. Su gran virtud, el tiro de tres como cuatro abierto.
Markieff Morris ya es jugador de Los Angeles Lakers. El ala-pívot (30 años, 2,03) llega a L.A. para jugar en el otro equipo de la ciudad después de que los Clippers se hicieran justo antes del cierre de mercado invernal con su hermano gemelo, Marcus, también pretendido por los Lakers, un equipo que necesitaba reforzarse para sus primeros playoffs desde 2013 y que lo ha hecho aprovechando el buyout que Markieff acordó con Detroit Pistons. De esta forma, no ha dado nada a cambio y tan sólo ha dejado fuera del equipo a DeMarcus Cousins, que no iba a regresar por la grave lesión de rodilla que sufrió en agosto. La ruptura con el pívot ha sido amistoso y estratégica: Cousins seguirá rehabilitándose en las instalaciones de los Lakers y ambas partes han dejado claro que estarían interesadas en reunirse de cara a la próxima temporada.
En septiembre, cuando se confirmó la gravedad de la lesión de Cousins, la NBA otorgó a los Lakers una disabled player exception de 1,75 millones de dólares. Esa es la cantidad que van a invertir en Markiefff, que hace así también un buen negocio. Sumado su salario en Detroit y ese 1,75 eleva su total de esta temporada a unos 4 millones de dólares. Y pasa a jugar en uno de los principales aspirantes al anillo, unos Lakers que todavía no han cerrado ni mucho menos el capítulo de altas. Hay nombres que a última hora se pueden sumar: JR Smith parece el favorito pero también han sonado Dion Waiters, Lance Stephenson... para ello habría que liberar otra plaza en el roster, la gran candidato la del escolta Troy Daniels, un buen tirado que apenas cuenta por sus deficiencias en el resto de áreas del juego.
Los Lakers necesitaban un base, o un jugador que pudiera botar y crear para liberar a LeBron James en algunos tramos de partido, y por encima de todo un tres que pudiera defender a aleros altos (la gran deficiencia de la plantilla) y, a ser posible, anotar triples liberados. Andre Iguodala era un sueño que nunco estuvo cerca de materializarse y Robert Covington una pieza ideal que valía demasiado para lo poco que podían ofrecer los Lakers (ha acabado en los Rockets). Markieff Morris no es desde luego un jugador que pueda botar y hacer jugar al equipo. Y no es en absoluto un especialista defensivo ni un stopper que lanzar al alero rival. Su posible valor, que lo puede tener, está en otras facetas.
Sobre todo en el tiro. Markieff está en sus mejores números desde la línea de tres esta temporada: 39,7% lanzando 4,3 por partido. Desde las zonas frontal y laterales ronda el 40% y desde las esquinas es váido en la derecha (37,5%) y sumamente efectivo en la izquierda (46,9%). Esto le puede convertir en una pieza importante de un ataque con riesgo de embudo y que necesita abrir la pista. Hacerlo con un jugador grande da un plus, el que no consigue aportar con regularidad Kyle Kuzma: 32,2% tirando 4,4 triples por partido (también especialmente eficaz desde las esquinas: 56,8%). En este sentido, Markieff puede ejercer de cuatro abierto y liberar a Kuzma para que tenga más minutos como tres, algo que parece que ve con buenos ojos el entrenador, Frank Vogel. Markieff, más interior que su hermano Marcus, también ha tenido buenos tramos como falso pívot en Washington y Oklahoma City, lo que puede dar más variantes en combinaciones con Anthony Davis y el propio Kuzma, que podría quedar así más liberado para tener más la bola, iniciar jugadas y aplicarse con más movilidad, aspectos en los que está demostrando más valor que como tirador puro.
¿Y en defensa? Ahí no se puede esperar mucho de Markieff... aunque se puede consequir al menos que no sea un coladero. Este año en los Pistons tenía un 111,3 de rating defensivo y su equipo era 1,8 puntos por cada 100 posesiones peor con él en pista. Pero el factor motivacional, y el estilo duro físico y grande de los Lakers le pueden beneficiar. En situaciones de más exigencia, sobre todo en los Wizards 2016-17 (un buen equipo del Este) Markieff fue un defensa al menos correcto. Y el año pasado también tuvo números positivos en OKC, aunque en una muestra muy corta (+2,1 puntos mejor su equipo en solo 24 partidos).
Markieff, suele ser así con los jugadores que llegan vía buyout, no es una gran solución a un gran problema y, en su caso, no es una pieza óptima para alguna de las necesidades más primarias de los Lakers. Pero sí es un ala-pívot grande, físico y con buena muñeca que puede aportar, en pequeñas dosis y en aspectos muy concretos del juego. Empezaremos a verlo ya, mañana mismo y contra los Pelicans de Zion Williamson.