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Los Morris, de la conspiración a la gran batalla de Los Ángeles

En 2017 se llegó a bromear con que Marcus había jugado en lugar de Markieff, algo que sí habían hecho en AAU. Ahora, uno está en los Clippers y el otro va a llegar a los Lakers.

Los Morris, de la conspiración a la gran batalla de Los Ángeles

Los gemelos Morris, Markieff y Marcus, han reconocido que se intercambiaban posiciones para hacer exámenes según las necesidades de cada momento. Al primero se le daba mejor la lengua y la literatura y al segundo las matemáticas. También hacían uno del otro (y viceversa) en partidos del circuito AAU de baloncesto amateur. Y la cosa llegó a tal punto que en los playoffs de 2017 hubo quien aseguró que Marcus (entonces en los Pistons) hizo de Markieff en el segundo partido de la serie entre Celtics y Wizards. La lesión del segundo en el arranque de la eliminatoria, un esguince de tobillo con mala pinta, parecía dejarle K.O. para el siguiente encuentro, en el que sin embargo Markieff jugó a un gran nivel (16 puntos y 6 rebotes). Algunos dejaron a un lado la medicina y abrazaron la teoría de la conspiración: ¿y si era Marcus el que se había puesto la camiseta de los Wizards de su hermano?

El hecho es que, bromas al margen (y Marcus tuvo que hacer un desmentido más o menos formal en Twitter), no habría sido muy fácil distinguirlos. No en un primer vistazo al menos. Los dos son casi idénticos, miden 2,03, tienen un estilo parecido (ala-pívots fuertes y con buena muñeca) y hasta los mismos tatuajes. Casi todos, al menos: solo Markieff tiene un “All Glory To God” en el codo derecho, por ejemplo. Después, en un análisis más exhaustivo aparecen ligeras diferencias. Markieff es un pelín más alto, más voluminoso (unos 110 kilos por 100 raspados), juega un poco más por dentro y, dicen, tiene la cabeza algo más redonda.

Los Morris, a diferencia de otros gemelos como los Lopez (Brook y Robin, ahora compañeros en los Bucks), siempre han hecho gala de unidad. Su fundación benéfica se llama Family Over Everything (la familia ante todo) y su madre, que los crio sola, suele comentar que siempre les decía a sus parejas que más les valía no tener problema si les tocaba compartir casa. Y lo cierto es que los hermanos han vivido juntos siempre que han podido. Jugaron sin separarse en sus años de instituto y en la Universidad de Kansas (los dos entre 2008 y 2011). Fueron drafteados casi a la vez, Markieff por los Suns con el 13 y Marcus por los Rockets con el 14. Una separación que no duró mucho: en febrero de 2013 los Suns se hicieron con Marcus y ambos fueron compañeros (por entonces Markieff tenía más rango y era titular) y firmaron en Arizona su primera extensión. 32 millones por cuatro años Markieff, 20x4 Marcus. Leon Rose, su agente, lo dejó claro: era una ampliación conjunta de 52 millones por cuatro años.

En julio de 2015 Marcus fue traspasado a los Pistons, y después relanzó su carrera en los Celtics de Brad Stevens mientras Markieff pasaba por Wizards y Thunder, tras rechazar a los Lakers en los que va a recalar ahora. Esta temporada la comenzaron en Knicks y Pistons, respectivamente, pero la van a acabar en L.A. Por si le faltaba picante a la primera gran batalla de Los Ángeles, Lakers y Clippers por primera vez como legítimos aspirantes al anillo en la misma campaña, el mercado invernal ha enviado a Marcus (pretendido por los Lakers) vía traspaso a los Clippers y a Markieff a través de un buyout a los Lakers. Ambos serán rivales directos, tal vez en lo que sería una serie de playoffs descomunal, y quizá compañeros de piso. Marcus ya ha dejado claro que es una posibilidad si definitivamente Markieff ficha por los Lakers y ambos se reencuentran en California.

Marcus es un alero más para unos Clippers para los que todos los refuerzos son pocos con el primer anillo de su historia como obsesión. Después de plantar a los Spurs y firmar con los Knicks, promedió en la Gran Manzana casi 20 puntos y más de 5 rebotes por partido. Markieff, por su parte, llega a unos Lakers que necesitaban un alero fuerte con capacidad defensiva (no tiene demasiada) y buena muñeca (ahí sí puede aportar): en este curso, 11+4 con un 39,7% desde la línea de tres. Ahora, los dos gemelos comparten ciudad y tienen bastantes posibilidades de que uno de ellos cierre la temporada como campeón de la NBA. Eso sí, más les vale no cambiarse de camiseta esta vez, tal y como están las cosas con la recién nacida rivalidad de L.A...