James Harden y Russell Westbrook, compañeros de nuevo en los Rockets tras coincidir en sus primeros años en la NBA, han sido entrevistados para la revista GQ, de la que son portada este mes.

En la conversación salió a colación precisamente eso, las temporadas en las que estuvieron juntos en los Thunder y lo cerca que tuvieron el Anillo. Perdieron las Finales de 2012 junto a Durant y Ibaka entre otros y ahí se rompió la unión. 

El periodista Mark Anthony Green les cuestionaba sobre aquello, sobre si podían haber ganado algún campeonato de no haberse fraguado el traspaso que llevó a Harden a Houston ese mismo año. "Hombre, por supuesto", dice Harden. "Era fácil", dice Westbrook. "Estuve allí tres temporadas. Todos los equipos contra los que perdimos ganaron un título. En mi tercer año llegamos a las Finales y luego nos fuimos con Estados Unidos... y ganamos el oro olímpico. Estábamos destinados a ello, pero esas mierdas pasan", apostilla 'The Beard'. 

Repasamos otros temas destacables de la entrevista: 

A Harden, sobre si pensó en volver a Oklahoma en vez de que se fuera Westbrook: "Es imposible. No lo habíamos pensado hasta ahora mismo. Siento que él, después de doce allí, ya había dado años maravillosos. Le vieron crecer como jugador. Pero creía que era el momento del cambio y el que todas las partes lo necesitaban" 

A Westbrook, sobre si un jugador le debe algo a la ciudad en la que juega: "Yo creo que no, para nada. Como jugador y deportista vas allí, lo das todo por los compañeros, el equipo, la organización y los aficionados. Tiene que haber muchas razones detrás de que un jugador quiera irse; el bienestar de su familia, por ejemplo, que es algo de lo que nunca se suele hablar. Hay muchos factores que te pueden hacer cambiar y que están más allá del baloncesto" 

A Harden, sobre si entiende las críticas el juego que desarrolla en ataque: "Miras a Shaquille O'Neal, Tim Duncan o Michael Jordan. ¿Jugaban con aclarados, no? Duncan y O'Neal eran hombres grandes, pero jugaban con aclarados en el poste. Esto es lo mismo y con el aclarado en un lado. El objetivo es igualar el dos contra uno, crear una oportunidad para los compañeros y tener a alguien liberado para tirar. Nos hacen hasta tres contra uno. Cuando lo hacían ellos, se decía. 'Oh, qué buen ataque'. Pues esto es lo mismo"