Buen debut de Andrew Wiggins... y triunfo muy gris de los Lakers
Los angelinos se imponen por inercia y con susto final a unos Warriors bajo mínimos pero que dieron la cara. Buenas sensaciones de Wiggins.
Parece que hace un mundo, pero en realidad no ha pasado tanto tiempo desde que los duelos entre LeBron James y los Warriors eran el momento más caliente de las temporadas NBA. De hecho una de las rivalidades más significativas de la historia del baloncesto, con las cuatro Finales seguidas, los tres triunfos de los Warriors y la remontada de los Cavaliers en 2016. En el verano de 2018, LeBron optó por irse a la División de su gran rival, el que ha dejado en (por ahora) tres su cuenta de anillos, y jugar en los Lakers. De pronto vecinos, ya no en la lejana Cleveland, pero con poco que decirse mutuamente. Ni uno está ya en los Cavs ni los otros están en ya en Oakland. Esta noche volvieron a cruzarse y los Lakers ganaron (120-125) de forma funcional y poco brillante. Cualquier otra cosa habría sido, en esencia, un pequeño pero absoluto desastre para los angelino.
Porque los Warriors están bajo mínimos (12-41 ahora), especialmente después de aprovechar el cierre del mercado invernal para acabar con el experimento D'Angelo, iniciar las pruebas con Andrew Wiggins y (han salido también Robinson, Burks, Spellman, Evans, Cauley-Stein...) salir del impuesto de lujo. La baja de última hora de Draymond Green borró cualquier parecido con la realidad de un equipo que sin embargo luchó y se agarró al partido gracias, en todo caso, a la evidente flojera de su rival. Antes del descanso, un 51-65 se convirtió en un 59-66. Y si el tercer cuarto se abrió con un 0-13 y llegó a un 71-92, al final hicieron falta un par de esfuerzos de Anthony Davis y un triple de LeBron James (15º ahora en el histórico de tiros de tres anotados) para evitar el bochorno (112-117 a 2:18 del final). Marquese Chriss aprovechó que los Lakers no defendieron en toda la primera parte para sumar en ese tramo 20 de sus 26 puntos. Y Wiggins tuvo un buen debut (24 puntos, 8/12 en tiros, 3/4 en triples) haciendo lo que más o menos va a requerir de él Steve Kerr de ahora en adelante: ser un alero solvente.
Mientras los Warriors piensan en el futuro, los Lakers pasan por un momento no muy brillante en un presente que en todo caso lo es: 39-12, tres partidos de ventaja sobre el segundo del Oeste (otra vez los Nuggets). Sin movimientos en el cierre de mercado y a la espera de mover un poco el árbol con en lo que queda por repartirse (Darren Collison, algún alero que quede liberado por su equipo... ¿JR Smith?), los angelinos avistan el parón del All Star Weekend con obvia anticipación, cansados también mentalmente (o eso parece) tras el trance vivido con el fallecimiento de Kobe Bryant. Irreconocibles en defensa durante muchos minutos y con pocas ideas en ataque, ganaron al menos, gracias sobre todo a que su rival de esta noche era un regalo. Pero perdieron 24 balones e hicieron las suficientes cosas mal como para mirar para otro lado y dejar correr este partido. Eso sí, suman 16 victorias seguidas como visitantes contra equipos de la Conferencia Oeste y Avery Bradley pasa por un excelente momento en el tiro, esta vez 21 puntos con un 5/7 en triples. Davis acabó con 27 puntos y 10 rebotes y LeBron con 22+8 y 11 asistencias. Y poco más.