NBA

Spurs, Suns, Kings... ¿es que nadie quiere meterse en playoffs?

Después de 22 años el octavo puesto del Oeste puede no requerir llegar al 50% de victorias. El ascenso de los Blazers puede dejar una sola plaza libre, la última.

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Spurs, Suns, Kings... ¿es que nadie quiere meterse en playoffs?
PEDRO PARDO AFP

¿Pero es que nadie quiere meterse en los playoffs del Oeste? Camino ya, poco a poco, del ecuador de la Regular Season, parece claro que va a haber que quitarse de la cabeza aquello de la Conferencia salvaje, la del nivel infernal que exigía un ritmo altísimo para ser séptimo u octavo, una carrera que resultaba histérica en comparación, sobre todo, con un Este mucho más accesible en las dos últimas décadas. No se trata de la procedencia del campeón (en los últimos diez anillos, ajustado 6-4 para el Oeste) sino de un nivel incuestionablemente más alto de la clase media, que alcanzó picos en los que todos los equipos de playoffs de ese lado del cuadro habían sumado al menos 50 victorias (2008, 2010...). La última vez que el octavo del Oeste no había ganado al menos la mitad de su partidos fue en la temporada 1996-97, cuando los Clippers se clasificaron para playoffs en 36-46, un 43,9% de triunfos que se queda muy por debajo de la media desde entonces: más de 45 victorias, casi un 55%. En esos 22 años, en el Este el octavo ha estado también catorce veces por encima del 50%, así que solo ocho de 44 octavos clasificados totales se ha quedado por debajo de esa marca.

Ahora, en lo que llevamos de temporada 2018-19, los Blazers están en esa octava posición con un 46,7% de victorias, 14-16, en plena racha (cuatro victorias) y mientras van arreglando (en parte gracias a la llegada de Carmelo Anthony) un inicio horrible de temporada. Se agudiza, en realidad, la sensación de bajada de nivel que dio la pasada campaña, cuando los Clippers se metieron con 48-34, por encima del 50% pero casi por inercia (sin restar ni un ápice de mérito), igual que los Spurs en un Oeste en el que los Lakers dimitieron a partir de la lesión de LeBron James y en el que los Kings fueron incapaces de aprovechar una oportunidad de oro para volver a las eliminatorias por primera vez desde 2006.

Dos plazas por decir... o tal vez solo una

En el actual Oeste, las jerarquías parecen también bastante claras, con equipos ya sin opciones y otros que estarán en playoffs salvo cataclismo. Entre estos últimos hay que situar a Lakers, Clippers, Nuggets, Rockets y Jazz con toda seguridad. A partir de ahí, cuesta no ver a los Mavericks de vuelta en las eliminatorias (acaban de ganar en Milwaukee y Philadelphia sin Luka Doncic). Serían seis, y en una apuesta más arriesgada se puede confiar ya también en los Blazers, un fijo en las eliminatorias que ha parecido contra las cuerdas pero para el que, también da la sensación, el peor momento ya ha pasado. Si Lillard y McCollum cogen su temperatura normal, los Blazers no estarán cerca de pelear por las cotas más altas (su objetivo tras ser finalistas del Oeste la temporada pasada) pero caerán en playoffs simplemente con su habitual fortaleza como local y el talento de sus mejores jugadores.

En principio están totalmente descartados Warriors (año perdido), Pelicans (año perdido), unos Grizzlies que están mostrando trazos excelentes en su reconstrucción y los Wolves, que tuvieron un inicio prometedor pero que suman diez derrotas seguidas y sufren para conjugar el estilo moderno y de mucho tiro exterior que quiere implantar la franquicia con la realidad de un roster poco capacitado para jugar así. En su mejor versión y si el billete finalmente sale barato, los Wolves pueden pelearlo, pero cuesta verles ahí.

Esto dejaría un puesto para Thunder, Kings, Spurs y Suns en un vistazo, claro está, que puede cambiar radicalmente en los próximos dos meses y en función de qué se mueva y qué no en el mercado de invierno, que puede tocar de forma radical a equipos como unos Thunder dispuestos a escuchar (casi) cualquier oferta por (casi) cualquier jugador.

Si la carrera se establece finalmente así, ninguno de los implicados parece capacitado para acelerar y situarse muy por encima de los demás. Los Kings podrían ser ese equipo, pero marchan 12-17 en una confusa primera temporada con Luke Walton en la que empezaron horriblemente mal, se recuperaron cuando peor se les pusieron las cosas por culpa de las lesiones y están enlazados otra vez derrotas feas ya con De'Aaron Fox y Marvin Bagley de vuelta. Es una temporada, además, en la que no volver a las eliminatorias sería un fracaso para el equipo que más tiempo lleva fuera de ellas, y que forjó este verano un roster con jóvenes de mucho vuelo y veteranos de apoyo en la intendencia pensando sin tapujos en los playoffs. Si estos están tan a tiro como hasta ahora y se terminan quedando fuera, los Kings habrán pegado un petardazo... por mucho que sean los Kings.

Después de un inicio muy prometedor, a los Suns de Ricky Rubio les ha golpeado la realidad, con la ayuda de las lesiones y la sanción de 25 partidos a DeAndre Ayton. Por muy bien que se esté cocinando el proyecto Monty Williams, y parece que así es, los playoffs vuelven a parecer mucho toro para un equipo que solo estará en ellos si le salen muchas cosas bien mientras a los demás les van casi todas mal. Entre ellos a unos Thunder competitivos y serios en el año I de la reconstrucción definitiva tras las salidas de Russell Westbrook y Paul George. Un equipo que perfectamente (Chris Paul, Gilgeous-Alexander, Steven Adams, Gallinari, Schröder...) puede ser septimo u octavo del Oeste si los demás le dejan la puerta abierta y si pasa el mercado de febrero sin grandes vaivenes, algo nada descartable en OKC, donde controlarán (hay que recordarlo) hasta 15 primeras rondas de draft entre 2020 y 2026.

Ahora en el décimo puesto, seis partidos por debajo del 50% (11-17) marchan, finalmente, los Spurs. El equipo al que nadie se atreve a dejar fuera de las quinielas por muchos motivos que esté dando: DeMar DeRozan y LaMarcus Aldridge como estrellas de vuelo demasiado corto, Dejounte Murray a un ritmo distinto al del resto del ataque, una defensa porosa, defícit de talento en ciertas posiciones... Ya la temporada pasada, los Spurs parecieron asomarse al precipicio aunque se metieron en playoffs básicamente, o eso pareció, porque son los Spurs. En ellos desde 1998 de forma ininterrumpida, juegan esta temporada para ser el primer equipo con 23 viajes seguidos a las eliminatorias, después de igualar en las últimas a los Nationals de Syracuse que luego fueron 76ers de Philadelphia (1950-71). Cuesta más que nunca confiar en ellos, pero ahí está Gregg Popovich y ahí están los Spurs: como los demás no espabilen y si finalmente alguien tiene que colarse por la gatera y sin hacer demasiado esfuerzo, muchos apostarían a que ese alguien será finalmente el equipo texano. Ya veremos.