Paul George fue el mejor jugador del partido en la victoria de los Clippers en Indianapolis con 36 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias. Pero cada vez que entró en contacto con el balón los que hasta hace algo más de dos años fueron sus aficionados le abuchearon de forma contundente. Como si no fuese la tercera vez que George visita su antigua cancha. Como si hubiese una fractura irreparable entre ambas partes. Todo viene del verano de 2017, cuando después de meses de rumores, Paul George por fin se marchaba de los Pacers. La franquicia con la que debutó en la NBA, a la que comandó hasta llevarla a rozar las Finales de la NBA en 2013 y 2014. Pero de la que pasada las vacas gordas quiso salir.

Fue él mismo quien pidió el traspaso y desde ese punto de vista parece normal que no le guarden en alta estima. Y así lo reconoce: "No me ha sorprendido. Me gusta ser el malo, estoy aquí dos noches al año. La gente a la que deberían abuchear está aquí mucho más tiempo que yo", decía con un comentario críptico que venía a explicar que había cosas que no se sabían de su separación con su antigua franquicia. Y aunque no lo explicó claramente, si que dejó más frases sobre este tema.