Buena noticia para los Suns esta victoria en Nueva Orleans. Por el triunfo y por la forma de conseguirlo. Porque en la última semanas estaban convirtiéndose en un equipo débil que perdía más que ganaba y partidos como el de esta noche endurecen el espíritu a cualquiera. Y es que tuvieron el encuentro ganado en el tiempo reglamentario, con ventajas que llegaron a los 20 puntos en el tercer cuarto. En ese periodo brilló Devin Booker, incluso dentro de su propio partido. El escolta acabó con 44 puntos (récord personal de la temporada), a los que sumó 8 rebotes y 9 asistencias. 21 de esos tantos los anotó en esos 12 minutos, cuando mostró su versión más letal al mismo tiempo que el equipo jugaba su mejor baloncesto y aquello parecía imposible que se fuese a escapar.

Pero poco a poco, como si fuesen hormiguitas, los Pelicans fueron reduciendo la ventaja del rival hasta encontrarse con posesión para ganar. Falló Brandon Ingram en un intento de canasta bastante complejo tras reverso. Antes de eso había sido el propio Ingram el que había tirado del carro. Lanzando sólo 10 veces a canasta pero con gran efectividad (60% en tiros de campo, 66,7% en triples), el alero se apoyó en el también ex de los Lakers, Lonzo Ball (20+6+10+3), para que los suyos tuviesen opciones en los últimos minutos. El base incluso metió su único triple en esos instantes finales en una jugada clave para llegar a la prórroga.

Pero en el tiempo extra no hubo color. La intensidad de los Suns se llevó por delante las opciones de los locales, que volvieron dormidos a la pista. Devin Booker seguía a los suyo y Oubre Jr. (14+15, 3 robos y 4 tapones) ponía la puntilla con un alley-oop vía Booker y un tapón espectacular en un contraataque de Lonzo que hizo que los Pelicans sacasen la bandera blanca. Ricky Rubio, ya totalmente recuperado de su lesión que le tuvo varios partidos fuera de juego, fue clave en la victoria en los 42 minutos que estuvo en el campo. Firmó 13 puntos, 6 rebotes, 15 asistencias y 4 robos, incluido un pase de canasta tan espectacular como importante en el tiempo extra superando literalmente a los cinco rivales para dejar a Kaminsky solo debajo del aro. En resumen, victoria clave para unos Suns que ven cómo cada vez tienen menos ventaja con sus perseguidores en la pelea por mantener la última plaza que da acceso a los playoffs.