Ricky Rubio, de atraco a chollo en los Suns: "Es nuestro motor"
El base español ha silenciado a quienes creían que era un error su contrato de 51 millones por tres temporadas: "Es un ganador, hace que los equipos ganen".
El 8 de julio Ricky Rubio firmó un contrato con Phoenix Suns. Después de dos temporadas en Utah Jazz, el base español (que jugó en Minnesota Timberwolves entre 2011 y 2017), acabó en Arizona a pesar de que parecía que Indiana Pacers iba a ser su destino. Ricky se comprometió por tres años y 51 millones de dólares, un acuerdo que fue considerado por algunos como uno de los peores de la pasada agencia libre desde el punto de vista de los Suns, una franquicia disfuncional durante demasiado tiempo y que, en realidad, intentaba con ese movimiento tener un base de primer nivel que liberara a su nueva gran estrella, el escolta Devin Booker (23 años). Además, en la NBA había 16 bases con sueldos más altos que el de Ricky, que también fue criticado por elegir un equipo en reconstrucción después de dos temporadas en un peso pesado del Oeste (o aspirante a serlo) como los Jazz, que habían descartado su continuidad para lanzarse a por Mike Conley, el base con el que querían dar el salto adelante definitivo. Uno que, por ahora, no ha llegado.
Con 29 años y ya establecido como veterano en la NBA, Ricky llegó a los Suns en un excelente momento de madurez profesional y personal, recién ganado el MVP de un Mundial en el que guio a España hacia un oro que parecía improbable antes del torneo. Después, los Suns estrenaron nuevo proyecto, con Monty Williams en el banquillo, con un nivel de juego excelente. Y las críticas desaparecieron por la vía rápida, las que se habían dirigido a la franquicia y las que habían apuntado al jugador español. Ahora los Suns tienen un balance de 9-10 después de haber lidiado con un calendario muy complicado y con la sanción de 25 partidos a DeAndre Ayton, el pívot que eligieron con el número 1 del draft en 2018, cuando estaba a tiro Luka Doncic. Los Suns vuelven a ser, por fin, un bloque competitivo, y muchas miradas señalan como grandes responsables a Williams, un soplo de aire fresco en el banquillo, y a un Ricky que está haciendo lo que mejor sabe: ser un profesional de la dirección.
Gerald Bourguet analiza en Fansided el impacto del base español, cuya incidencia deja clara el propio Monty Williams: “Ha sido un catalizador para nosotros desde que lo fichamos. Es un tipo increíble. Hay cosas que ni hace falta decirle, es alguien con quien me gusta mucho hablar de lo que ve en la pista. Ha creado una sinergia con Devin Booker desde el principio. No solo se crean sus puntos sino que generan juego para todo el equipo. Ricky es así, ha hecho mejores a sus equipos desde hace mucho, así que ahora estamos encantados de que esté con nosotros. Y en defensa entiende todos los emparejamientos, sabe moverse, comunicarse... es nuestro motor”.
Ricky, al que solo le han frenado unos problemas de espalda, promedia 13,2 puntos y 8,2 asistencias. El tiro exterior sigue sin ser su punto fuerte pero Williams le anima a que siga lanzando cuando las defensas rivales se lo permitan: “Está todo el día en la cancha de entrenamiento con nuestro asistente Steve Blake. Trabajando en su tiro nada más recibir, en la posición de los pies para lanzar... Da igual que meta o no meta un tiro, lo importante es que tenga confianza para lanzar, que se atreva”. Y él reconoce que ahora juega más liberado también en ese sentido: “Es muy divertido jugar así, sin miedo a fallar. El entrenador nos deja jugar, confía en el equipo, cree que meteremos los tiros. Así que el que está liberado, lanza”.
El alero Kelly Oubre celebra tener a Ricky a su lado: “Juega siempre con la cabeza arriba, es un base que quiere pasar siempre. Así que nuestro único trabajo en buscarnos buenas posiciones porque él nos encontrará y nos dará la bola”. El efecto de la llegada de Ricky es notable en Booker, que la pasada temporada lanzaba el 64% de los tiros sin recibir una asistencia y ahora ha bajado el 50%. Y sus triples nada más recibir, sin driblar, han subido de un 37 a un 42%.
En entrenador de los Wizards, Scott Brooks, es otro de los que cree que Ricky no recibe todo el reconocimiento que merece: “Habría que darle más crédito, no se es justo con él. Gana. Tiene espíritu ganador. A veces no lo ha parecido por las circunstancias, porque está es una liga en la que parece que solo importan las victorias o derrotas, pero Ricky juega de la manera correcta para que su equipo gane y no siempre ha tenido el mejor acompañamiento. Ahora lo tiene con Booker y Oubre, que van a formar parte de esa misma cultura ganadora”.