Los días anteriores a empezar la temporada NBA daba la senación de que no existía otra cosa que el debut de Zion Williamson. Parece que era ayer cuando el número 1 del draft arrasaba rivales en la pretemporada firmando números de locura y colocando el hype sobre su persona en cotas altísimas. Pero el 13 de octubre algo se rompió en la rodilla del jugador, que después de jugar el penúltimo partido de preparación ante los Spurs ya no volvería a vestirse de corto. Ni en el primer encuentro del curso en Toronto ni en los 19 siguientes que han disputado los Pelicans. Y así hasta hoy. O hasta ayer más concretamente, día en el que se cumplían seis semanas desde la operación en el menisco de su rodilla.