NBA | ROCKETS 123 - MAVERICKS 137

Doncic en modo MVP le gana la partida a Harden en Houston

Partido descomunal del esloveno, que sigue opositando al MVP (41+6+10). Harden, que rozó el triple-doble (32+9+11), no evitó la tercera derrota seguida de su equipo.

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Resulta complicado encontrar nuevos calificativos para describir lo que está haciendo Luka Doncic en la NBA. A sus 20 años, y con tan solo una temporada y un mes de experiencia en la liga más elitista del mundo, el esloveno sigue haciendo gala de su gran talento. No solo con sus registros numéricos, que también, sino con la facilidad que tiene para mejorar a los jugadores que orbitan a su alrededor. Este domingo frente a sí tenía una cita complicada: los Mavs visitaban a unos Rockets, que a pesar de haber caído en sus últimos dos choques (Nuggets y Clippers), volvían a su feudo, el Toyota Center, donde acumulaban seis victorias y una sola derrota en este curso. Como gran aliciente, este derbi texano traía el cara a cara de dos de los grandes opositores del MVP. Pero el pupilo se comió al maestro

Y lo hizo desde el comienzo de un partido en el que los Rockets no existieron en defensa. Comenzó el choque con dos pérdidas tontas de Westbrook y Harden, y un parcial de 0-7 en un minuto. Los Rockets, que nunca supieron lo que era estar por arriba en el marcador, sucumbían ante la intensidad de los Mavericks: Porzingis se comió de entrada a Capela y Doncic hacía las labores de todoterreno para encumbrar a su equipo, que le salía todo en ataque. Westbrook se hizo invisible atrás (-23 con él en pista en 8 minutos) y Harden remaba para tapar las vergüenzas de un equipo que se fue al primer parón con siete pérdidas (de sus once totales) y un alarmante 29-45 en contra.

Ya en el segundo asalto los pupilos de Mike D'Antoni cortaron esa sangría atrás pero no eran capaces de reducir la tremenda brecha que les separaba de los Mavs. Tim Hardaway Jr se convirtió en el estilete del equipo en esos instantes, igualando su mejor marca anotadora del curso al descanso (19 puntos). Junto a él destacaron las rotaciones de Rick Carlisle, capaces de mantener el nivel y el ritmo de juego en todo momento, ensombreciendo a los hombres de refresco de los Rockets: al descanso los banquillos habían aportado 2-20. Tal era la diferencia que pronto salieron a escena Harden y Westbrook para paliar los daños al descanso, pero enfrente tenían a un Doncic que volvía a echarse al equipo a la espalda, llegando al ecuador con 17 tantos y 6 asistencias. (60-78).

Por entonces Harden solo le superaba en cuatro puntos aunque con un pobre 1 de 8 desde el triple (acabó con 2 de 15). Sin embargo, y a falta de tino desde lejos, el escolta hacía gala de su juego en interior, buscando los contactos rivales en suspensión o descargando al exterior para que sus compañeros bombardearan el aro. Se asoció bien con Capela, House y un Westbrook venido a más en ataque. También se notó, y mucho, la intensidad en defensa impuesta por PJ Tucker, dejando a los Rockets con mucha vida antes del cuarto definitivo (95-105). Esa diferencia de 10 puntos se llegó a reducir a la mitad en poco más de tres minutos (105-110).

...pero entonces reapareció Doncic

Y con el Toyota Center venido arriba y los Rockets rozando la igualdad emergió la figura de Luka Doncic. Llevaba entonces 18 puntos y 8 pases, hasta que decidió aliarse con Porzingis para volver a estirar el acordeón, encarrilando un parcial lapidario de 4-18 en menos de cinco minutos (del 109-114 al 113-132). De esos 18 puntos, Doncic sumó 11 en forma de canasta, dos 2+1 y un triple, aportando además dos asistencias para cerrar una exhibición ante un pabellón enmudecido y unos Rockets que siguen sumidos en un pequeño bache (tres derrotas seguidas). De él buscarán salir el próximo jueves ante los Heat. Jugarán en casa y repetirán tres días después ante los Hawks.

Por su parte, y antes de viajar a Phoenix y Los Ángeles, los Mavericks vuelven a casa para recibir el miércoles a los Clippers, uno de los grandes aspirantes al anillo. Ahí estarán Leonard y George, dos grandes estrellas que pondrán a prueba, una vez más, el talento y la determinación de un joven de 20 años que sigue opositando a mejor jugador de la temporada.