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"Está bien ser grueso": las cinco enseñanzas que deja Luka Doncic

SB Nation hace examen de conciencia 17 meses después: ¿por qué Luka Doncic fue elegido en el número 3 del draft y traspasado en esa misma noche? Estas son sus conclusiones.

"Está bien ser grueso": las cinco enseñanzas que deja Luka Doncic
Mike StobeGetty Images

Superado el primer mes de temporada NBA se están agotando ya las cosas que decir del extraordinario inicio de temporada de Luka Doncic. El base esloveno promedia 29,9 puntos, 10,4 rebotes y 9,7 asistencias en el arranque de su segundo curso en los Mavericks y cuando todavía tiene lejos los 21 años que cumplirá el 28 de febrero, después de un All Star para el que probablemente ya ha sacado billete. Ha firmado siete triples-dobles en quince partidos y está cuarto de la liga en anotación, segundo en asistencias y duodécimo en rebotes. David Fizdale, técnico de los Knicks, dijo que acabará "discutiéndole a Nowitzki la condición de mejor jugador europeo de la historia" y LeBron James fue más gráfico después de su 42+11+12 ante los Spurs: "Es un maldito hijo de p..., os lo llevo diciendo mucho tiempo".

De Rookie del Año a aspirante al MVP, está con todo derecho en las cuentas de un gran premio para el que es uno de los cuatro favoritos en este temprano momento de la temporada. Los otros son Giannis Antetokounmpo, James Harden y LeBron James. Así que para muchos la gran cuestión, apenas 17 meses después del draft 2018, es cómo pudo Luka Doncic caer hasta el puesto número 3 y ser elegido por una franquicia que, además, lo traspasó casi al instante. Hay que recordar que los Suns eligieron con el número 1 al pívot DeAndre Ayton (estrella universitaria en Arizona, precisamente) a pesar de que tenían como entrenador a Kokoskov, que había hecho campeona de Europa a la Eslovenia de Doncic. Después los Kings eligieron a Marvin Bagley y los Hawks a Doncic, pero lo enviaron a Dallas Mavericks a cambio del pick 5, Trae Young, y una primera ronda de 2019 que acabó siendo el escolta Cam Reddish (pick 10).

¿Se equivocaron no una ni dos sino tres franquicias? Eso creen ahora muchos y Matt Ellentuck, de SB Nation, aprovecha para recordar que él es de lo que ya pensaba así cuando se barajaron las cartas en aquel draft 2018. Y así lo cuenta en un artículo que titula "cinco lecciones que Luka Doncic le ha enseñado a la NBA" y en las que analiza por qué el ex del Real Madrid no fue número 1. Estos son sus cinco puntos y los argumentos con los que los expone:

1- El draft sigue siendo peliagudo para los ejecutivos de la NBA. Ciertamente, es difícil elegir y muchas veces se juzgan esas decisiones a toro pasado y con la ventaja de saber ya cómo se han desarrollado los acontecimientos. Pero Doncic ya jugaba al máximo nivel en el mejor entorno competitivo posible fuera de la NBA: el Real Madrid, la Euroliga y la Liga ACB y fue campeón y MVP de la máxima competición continental con 18 años.

2-Los estereotipos sobre el baloncesto europeo siguen vivos y son estúpidos. A Doncic muchos lo asociaron con busts (pufos) como Darko Milicic o Dragan Bender solo por su procedencia europea. En Estados Unidos mucha gente sigue pensando que el nivel de la NCAA es superior al de la Euroliga o unas Ligas europeas en las que compiten jugadores profesionales con una buena cuota de ex NBA. Es algo ridículo.

3-Está bien ser grueso. Uno de los argumentos contra la adaptación de Doncic a la NBA eran sus 105 kilos y un físico poco explosivo, sin demasiada fuerza ni velocidad y de apariencia ancha. Pero Doncic, un jugador extremadamente inteligente, ha convertido eso en una virtud. Lleva los partidos a su ritmo, saca ventaja de no moverse a máxima velocidad y absorbe sin problemas golpes y contactos en las penetraciones.

4-Los jóvenes pueden volver a dominar la NBA. Doncic está en el debate por el MVP con 20 años. El más joven de la historia en ganar ese premio fue Derrick Rose, con 22 años y 5 meses en 2011. Desde entonces, solo Antetokounmpo (24) lo ha ganado con menos de 25. LeBron se lo llevó con 27 y 28, Curry con 26 y 27 y Harden y Westbrook con 28.

5-No hay que pasarse dándole vueltas a las elecciones. Draftear es difícil. No se puede saber con certeza cómo evolucionarán física y mentalmente los jugadores y es un trabajo que requiere inversión económica, horas de análisis, viajes... Muchos fallos son comprensibles o merecen comrensión. Pero otros sencillamente no: algunas cosas son difíciles de predecir pero otras están delante de nuestras narices y elegir a Doncic no era algo tan complicado.

Todo esto es lo que dice en su artículo de SB Nation un periodista, Matt Ellentuck, que resume su mensaje en el subtítulo del artículo: los que dudaban de Doncic estaban condenados a equivocarse.