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MOVISTAR ESTUDIANTES

Andrea Malanda: "Tiene que imponer jugar en el WiZink"

La base, que llegó este verano al Movistar Estudiantes, atendió a AS antes del segundo partido de las 'Women in Black' en el Palacio de Deportes.

Andrea Malanda, durante su entrevista con AS.
EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

El Movistar Estudiantes disputa este domingo 3 de noviembre ante el ADBA Avilés (12:30) el segundo partido de su historia en el WiZink Center. El primero fue todo un éxito: récord absoluto en España de asistencia a un pabellón en un partido de baloncesto femenino. "El año pasado lo vi como espectadora y fue algo increíble, una experiencia inolvidable", asegura Andrea Malanda, base del conjunto ramireño. "Tiene que imponer jugar ante tanta gente porque es algo a lo que la mayoría de nosotras no estamos acostumbradas. Pero también da cierta motivación: aparecer en la pista y que la grada este llena, que sea tu afición… con eso se olvidan un poco los nervios".

Con 29 años, Malanda es una de las novedades estudiantiles para esta temporada y toda una veterana en Liga Femenina 2, categoría en la que ha enlazado siete cursos consecutivos entre la Universidad de Oviedo y el ADBA, su rival este domingo. Pero su romance con el baloncesto se inició antes. Mucho antes. "Suena un poco a tópico, pero comencé porque iba a ver a mi hermana Sandra jugar. Mientras ella descansaba, yo estaba por ahí con el balón en la pista. Y, ¿por qué no podía jugar? Me apunté y me gustó muchísimo”", comenta a AS esta pequeña jugadora (1,64) que cambió Aguilar de Campo por Valladolid cuando solo tenía 14 años para perseguir su sueño: "Si quería continuar, tenía que dar un paso más. Mis padres hicieron el esfuerzo de dejarme ir. Viví en una residencia exclusivamente para deportistas. Hasta que comencé la carrera jugué allí. Fue una experiencia increíble", continúa la base, que asegura que no fue duro irse: "Echaba de menos a mis padres, pero venían todos los fines de semana y siempre que podían. Además, mi hermana estaba viviendo allí".

"Es buena directora de juego, con gran capacidad para pasar y distribuir y buena mano para lanzar de tres". Así definía David Gallego, entrenador asistente de las Women in Black, a la santaderina cuando fichó por un equipo que tiene entre ceja y ceja clasificarse para la fase de ascenso. "Hay una plantilla brutal para conseguirlo, pero todavía es pronto para hablar tan a futuro", subraya una Malanda que ha vivido la alegría de disputar casi 200 partidos en LF 2 (170) pero también el lado agridulce de este deporte: el 13 de enero de 2018 se rompió el ligamento cruzado y el menisco de la rodilla izquierda. La palentina de adopción pasó por el quirófano y por una dura rehabilitación para superar la primera lesión de su carrera. Un año después, volvía a las canchas. "No estaba acostumbrada a esta situación. Es una lesión que dura ocho meses y, ufff, fue muy complicada", recuerda.

"Cuando me lesioné, me dije 'hasta que no vuelva..."

Andrea Malanda, durante un partido del Movistar Estudiantes.
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Andrea Malanda, durante un partido del Movistar Estudiantes.Movistar Estudiantes

A pesar de la crudeza de su dolencia, nunca pensó en dejar el baloncesto. Y habría sido el camino más sencillo para esta licenciada en Óptica y Optometría por la Universidad de Valladolid ("no sabía que me gustaría tanto, me sorprendió para bien") y con un máster en Optometría Clínica en Oviedo. Su cabezonería se impuso a la salida rápida. "Antes de que me pasara, si me lo llegué a plantear. Pero cuando me lesioné, me dije ‘hasta que no vuelva…’ Lo tenía que decidir yo, no la lesión. Si no tienes una motivación deportiva con estos problemas, todo es mucho más complicado", comenta.

Como muchas otras jugadoras de nuestro país, Malanda ha compaginado su carrera deportiva con los estudios y el trabajo. Una situación que la llevaba a levantarse a las 7 de la mañana y llegar a casa a medianoche mientras trabajaba en la clínica Fernández-Vega. Una experiencia que duró siete años. "Es duro. Sobre todo a este nivel. Ahora, que no trabajo, lo pienso y digo: 'no sé cómo podía hacerlo", recuerda la base, que ha aumentado exponencialmente su tiempo libre al trasladarse a Madrid: "Me dedicó más al baloncesto… y también al inglés que es una asignatura pendiente", señala con una sonrisa esta brillante uno que hara las delicias del WiZink Center este domingo. Eso seguro.