Westbrook, el alma de los Rockets de los "6 segundos o menos"
En sólo dos partidos el base ha cambiado de forma radical la manera de jugar del equipo, en sintonía con las intenciones de Mike D'Antoni de volver a sus orígenes.
Mike D'Antoni siempre fue un entrenador famoso por entrenar equipos que jugaban muy rápido, con posesiones de pocos segundos. Ese es el estilo que mejor le representa. Los Suns de la pasada década son su obra más perfecta y se hicieron famosos, entre otras muchas cosas, por conocérselos como los Suns de los 7 segundos o menos, en referencia al tiempo que gastaban en cada ataque. En aquella época en la que no se jugaba tan rápido como ahora ese estilo llamó muchísimo la atención. Hace unos días el propio D'Antoni hizo una declaración de intenciones: "Queremos ser los Rockets de los 6 segundos o menos", retrotrayéndose a aquel apelativo que le pusieron a sus Suns.
Pero lo cierto es que ver jugar a los Rockets de Mike D'Antoni de esa manera ha sido cada vez más difícil. La estadística que mejor explica este aspecto del juego es el Pace, una estimación de las posesiones de un equipo por cada 48 minutos. Cuanto mayor sea la cifra, más rápido jugarán. Todo ello en relación directa con la duración de las posesiones. D'Antoni llegó a los Rockets en la 2016-17. En aquella temporada el Pace fue de 100 (3º de la Liga), la temporada siguiente bajaron a 97,6 (13º de la Liga) y la pasada se quedaron en 97,9 (26º de la Liga). En los dos partidos que han jugado hasta ahora este curso su Pace es de 111,4 (líderes de la NBA en este aspecto). Este dato se estabilizará y caerá con el paso de los partidos, según se vayan acoplando las dinámicas de juego de todos, pero ya deja un indicador de lo que pueden ser los nuevos Rockets. Van a seguir tirando muchos triples, pero van a correr más.
La aparición de Russel Westrbook
No hay que pensar mucho para saber cuál es la razón de este cambio. La llegada de Russell Westbrook ha permitido a D'Antoni jugar como a él más le gusta. Las características del base y sus mayores virtudes explotan en campo abierto y en el juego en transición. El primer partido ante los Bucks fue un ejemplo perfecto. Como recoge Sam Quinn en CBS, los Rockets anotaron 27 puntos en transiciones rápidas, cuando el año pasado promediaron 12. Y además lo hicieron ante el equipo que menos puntos de este tipo permitieron la pasada campaña, los Bucks con sólo 11. Y para reafirmar esta teoría añade que los Thunder jamás acabaron fuera de los ocho primeros equipos en puntos de transición rápida con Westrbook en la plantilla.
Otro aspecto en el que Westbrook ha tenido un impacto inmediato es en los rebotes. Ante los Bucks cogió 16 (12 en defensa) y ante los Pelicans 10 (todos defensivos). Pero no es el hecho de que coja muchos rebotes lo importante, sino que gran parte de ellos los convierte en contraataques y canastas rápidas. Los Rockets de los 6 segundos o menos. Unos Rockets que el año pasado fueron antepenúltimos de la Liga en rebotes defensivos, algo que complica sobremanera las opciones de hacer contraataques. Este año, por cierto, están octavos, cogiendo 5 más por partido.
Galimatías James Harden
La mala noticia, por el momento, es que Harden parece fuera de lugar. El 3/26 en triples no es digno de un jugador como él, máximo triplista la pasada temporada. El escolta es un jugador al que le gusta amasar el balón, hacer ataques lentos y jugar unos contra uno. Todo lo contrario a lo hablado anteriormente. Y Harden ha sido el líder indiscutible de este equipo desde que llegó, haciendo auténticas locuras en las últimos años, con un MVP de la temporada en 2018 y un récord de anotación la pasada liga regular (36,1 puntos) que recordaba a la versión más letal en ataque de Michael Jordan. Así que los Rockets no se pueden permitir el lujo de dejar a su estrella apartada. Tienen que encontrar la manera de involucrarle en esta nueva fórmula.
Pero igual que no tendría sentido sacar conclusiones para todo el año de dos partidos en cuanto a la velocidad con la que van a atacar a partir de ahora, tampoco lo tendría pensar que Harden va a dejar de meter los tiros. De hecho es mucho menos probable eso que que los Rockets vuelvan a jugar pausadamente. Simplemente consiste en saber combinar lo mejor de los dos mundos: la velocidad de percutir sin mirar atrás de Westbrook con la lenta y mortal danza de Harden. Si D'Antoni lo consigue, los Rockets tendrán más recursos que nunca para comenzar su definitivo asalto a los cielos.