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Howard: "Odiaba a Draymond... y ahora quiero ser como él"

Regresa a los Lakers con el jugador de los Warriors como ejemplo: "Pensaba que era imbécil hasta que empecé a fijarme en su juego".

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Howard: "Odiaba a Draymond... y ahora quiero ser como él"
Ethan Miller AFP

Con 33 años, Dwight Howard regresa a los Lakers en un movimiento tan improbable que hubiera parecido imposible hace no mucho. El pívot salió de L.A. en 2013 con destino Houston y con la consideración de súper estrella en una liga de la que estado ya a punto de verse fuera tras pasar por Hawks, Hornets y Wizards después de su pobre etapa en los Rockets. Ahora, la lesión de Demarcus Cousins le ha abierto las puertas de un equipo del que salió de muy mala manera, enfrentado a Kobe Bryant y después de rechazar la oferta de unos Lakers que, por su parte, tampoco han tenido casi alegrías en estos últimos seis años.

Tanto que Howard es el único jugador que ha disputado playoffs con la camiseta de los Lakers de un roster al que llega de rebote y ya no como estrella ni nada similar. Su rol será el de jugador de rotación con funciones de obrero: rebotes, intimidación, bloqueos, finalización por encima del aro...

Él, por su parte y después de salir mal de casi todos los vestuarios por los que ha pasado desde que fue uno de los mejores jugadores de la NBA en Orlando Magic, se ha empeñado en aprovechar una oportunidad de redención que le llega, muy convenientemente, a un paso de Hollywood. En las últimas semanas se ha empeñado en demostrar que está recuperado de sus casi crónicos problemas de espalda (ha bajado mucho peso) y que es un jugador nuevo, sin rastro de ego ni de ínfulas de pívot dominante y dispuesto a hacer aquello que necesite de él su equipo, sin dramas ni pies fuera del tiesto. Así lo explicó antes incluso de firmar con los Lakers: “Quiero ser lo que se necesite que sea, lo que el equipo necesite de mí. No me queda nada de ego, murió. Tenía que ser así pero que pudiera ser como soy ahora”.

Otra de las cosas en las que en principio ha cambiado Howard es en la percepción que tiene de su rol y sus necesidades. Y para ello ha analizado el juego de Draymond Green como defensor mucho más polivalente que Howard, un ancla intimidadora mucho más tradicional inclusos en sus mejores tiempos en la NBA: “Odiaba a Draymond Green. Realmente le odiaba. Era en plan ‘este tío es un imbécil’. Pero luego me senté a verle jugar, me fijé en todo lo que hacía y me quedé impresionado por todo lo que le daba a su equipo y que ni siquiera salía en las estadísticas. Está en todas partes. Le pitan una técnica, saca una falta en ataque... no para de hacer cosas. Habla, se comunica... todo. No se ve en las estadísticas pero lo ve todo el que se fija. Así es como quiero ser ahora”.