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NBA | DRAFT 2019

Rui Hachimura: el mestizo que venció al racismo en Japón

Maravilló en su tercera temporada en Gonzaga tras unos inicios difíciles. Aprendió inglés a base de "rap, videojuegos y Netflix".

ANAHEIM, CALIFORNIA - MARCH 30: Rui Hachimura #21 of the Gonzaga Bulldogs drives against Jarrett Culver #23 of the Texas Tech Red Raiders during the second half of the 2019 NCAA Men's Basketball Tournament West Regional at Honda Center on March 30, 2019 in Anaheim, California.   Sean M. Haffey/Getty Images/AFP
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Sean M. HaffeyAFP

Número del draft: 9 (Washington Wizards)

Edad: 21 años (8 de febrero de 1998 en Toyama, Japón)

Altura y peso: 2,03 y 104 kilos.

Universidad: Gonzaga (2016-19)

Estadísticas NCAA: 12,1 puntos, 4,4 rebotes y 0,8 asistencias.

Puesto: Alero

Los Bulldogs de Gonzaga, que se habían alzado al número 1 del ranking de AP a unos días del arranque del torneo universitario, se quedaron finalmente a las puertas de la Final Four tras perder la final regional del Oeste ante la defensa infernal de Texas Tech.

El ataque letal del equipo del estado de Washington chocó contra su antídoto, esa revolución de los Red Raiders que luego acarició el título que se llevó finalmente la disciplina de Virginia. El cartel de favorito de su región que finalmente no valió para nada se lo daban a Gonzaga sobre todo dos jugadores: Brandon Clarke, un sensacional defensor, y el más mediático Rui Hachimura, alero que en cuestión de meses disparó sus acciones de cara al draft, donde apenas se le adivinaba cuando dio sus primeros pasos en College. Pero su último temporada (19,7 puntos, 6,5 rebotes) fue algo muy serio: elegido Mejor Jugador del Año en la West Coast Conference ya con 21 años y en la mochila tres temporadas en una NCAA donde en su estreno apenas llegaba a los cuatro minutos de media. Si algunos tienen la tentación de ver un problema en su edad, y un teórico margen menor de desarrollo, otros sin duda destacarán su capacidad de progresar constantemente. Por ejemplo, en el tiro de tres: de 19% en su segundo año a rondar el 45% en el tercero. Eso, con su 2,03 de altura, le convierte en un alero a priori ideal para la actual NBA. Capaz de anotar, abrir la pista y realizar jugadas ganadoras. Con margen de mejora, eso sí y sobre todo, como reboteador y defensor.

Hachimura quiere, claro, ser una estrella de la NBA. Pero también quiere que su nombre recorra su Japón natal (nació en Toyama), donde como mestizo conoció los prejuicios a los que se enfrentan los que son como él... o como la tenista Naomi Osaka, ganadora ya de dos torneos de Grand Slam: "Soy japonés pero soy medio japonés y medio negro", dice un jugador de madre japonesa y padre beninés, "y me encantan ver a niños como yo siguiéndome. Hay muchos retos que afrontar en Japón, mucha discriminación".

En Japón, donde casi un 99% de la población es de raza japonesa, los mestizos como Hachimura se enfrentan a serios problemas de racismo. Él mismo recuerda que otros niños le apartaban "por ser negro" y que llegó a pensar que su padre era "el único negro de Japón". Así se lo contó a The Undefeated: "Me miraban como si fuera diferente a todos ellos y me acabé acostumbrando. A mí me encanta ser así", dice un jugador que visitó Benín cuando tenía 7 años y que no quiere perder sus raíces paternas: "Estoy muy orgulloso de ser medio africano y medio japonés".

Ahora va a cumplir el sueño de la NBA después de sobreponerse a serios problemas de adaptación tras la mudanza de Japón a Gonzaga: "El idioma, la comunicación... fue muy duro. Esto es exactamente lo contrario a Japón. Pensé en volverme a mi casa pero no me rendí, tenía un objetivo que cumplir". Sus compañeros le arroparon y le ayudaron a perfeccionar el inglés a base de mucho rap, mucha Playstation y mucho Netflix. "Ahora habla mejor que yo", decía hace unos meses el base Josh Perkins. Y juega muy bien al baloncesto, así que hay que prepararse para escuchar mucho su nombre a partir de ahora...