Las señas de identidad de los Raptors: del inventor del baloncesto a Steven Spielberg
En 1994 se hicieron oficiales el nombre y los colores de la franquicia, que recuperaba el baloncesto para Toronto medio siglo después.
La ciudad ya había tenido equipo de baloncesto de primer nivel durante una temporada: los Toronto Huskies en la 46-47, jugando en la extinta BAA. 48 años después iba a volver el deporte de la canasta a la ciudad canadiense y muchos estaban tentados de recuperar aquel husky como imagen de la franquicia. Pero hacer un logo con un perro de enorme parecido al lobo estando ya en la Liga los Minnesota Timberwolves (que tienen a ese animal en su escudo) podría crear un problema a la hora de diferenciar a ambas franquicias.
Así que se decidió hacer un concurso popular para que todo el que quisiese aportar una idea de cuál sería el nombre de la nueva franquicia pudiera hacerlo. El resultado no era vinculante, pero sí que querían conocer los gustos de los que iban a ser sus aficionados. La lista de posibles nombres fue casi infinita y se hizo una criba de diez nombres, entre los que estaba el definitivo. Y Steven Spielberg tuvo gran culpa de ello. Un año antes había estrenado Jurassic Park, basada en la novela de ciencia ficción de Michael Crichton de 1990. La película tuvo un éxito instantáneo a lo largo del mundo, convirtiéndose a la que más dinero había recaudado en cines hasta la fecha. Y, claro, los canadienses no fueron ajenos a ello. Los Raptors, el nombre informal del velociraptor, uno de los grandes protagonistas de la película, fue el elegido para representar a la nueva franquicia. Como se reconoció entonces y después, la influencia del largometraje de Spielberg fue capital.
El 24 de mayo de 1994 se mostró por primera vez al público el nuevo logo del equipo: un velociraptor rojo botando un balón plateado, enfundado en un traje morado y rodeado por un círculo negro con el nombre del equipo. Esos iban a ser los colores que iban a vestir los Raptors. El color plata de la pelota era quizá el más importante de todos por el significado que tenía. Hacía referencia a James Naismith, el inventor del baloncesto en 1891, que nació en Canadá, en la provincia de Ontario (la misma de Toronto). En 1936 el baloncesto fue olímpico por primera vez en Berlín y Naismith acudió para estar presente en un momento tan importante. En la final Canadá perdió por 19-8 ante Estados Unidos. El hombre del que había salido la idea de ese deporte fue el encargado de dar las medallas, entregándoles las de plata a sus compatriotas. Desde entonces, ese color y Naismith son uno solo para Canadá, que ve como el equipo que homenajeó a Naismith desde el día de su fundación está a unos pocos pasos de hacer historia.