NBA | WARRIORS 116 - BLAZERS 94 (1-0)
Los Warriors de toda la vida desarbolan a los Blazers
Con los Splash Brothers a pleno rendimiento (62 puntos entre Curry y Thompson) y Green reinando en defensa, los Warriors se llevan el primer partido.
Kevin Durant lleva dos partidos y un cuarto sin jugar. Desde entonces hemos visto como, progresivamente, los Warriors se retrotraían a 2015 y 2016, lo que en su caso no es una mala noticia. El primer año supuso el primer anillo de este grupo y el segundo, el récord histórico en temporada regular. Por lo tanto estamos hablando de un equipo sobresaliente que con la derrota en la final de 2016 ante los Cavs y la llegada de Kevin Durant puede que nos hubiésemos olvidado un poco de él. Pero ahí sigue, en lo más profundo de su ser, y ha demostrado que está dispuesto a actuar cuando sea necesario.
Han cambiado piezas desde entonces, pero lo básico sigue en Oakland: Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Ellos tres estaban desde el principio, alrededor de ellos se construyó al campeón que ahora conocemos y en estos últimos dos partidos están recordando más que nunca los primeros días de gloria. Con un Curry que, con la lesión de Durant y como si de un resorte interno se tratase, ha despertado para mostrar su mejor versión. Hoy en su partido más sólido de principio a fin. Fue el máximo anotador del encuentro con 36 puntos, su 34º encuentro de playoffs superando la treintena e igualando a Harden en el tercer puesto de jugadores en activo (por detrás de LeBron y, precisamente, Durant). También cogió 6 rebotes y repartió 7 asistencias en un partido muy completo del base. Pero la mejor noticia para su equipo fue su acierto de cara al aro.
Curry metió 9 triples en 15 intentos (60%). Él sólo encestó más tiros de tres que todo los Blazers (7/28) y logró los mismos puntos que Lillard y McCollum juntos. Por ahí empieza a explicarse la derrota de los de Portland. Es la cuarta vez en postemporada que mete tantos triples, empatando con Ray Allen como los que más veces los han hecho en la historia. El partido de Curry fue espectacular. Aún así los Blazers reaccionaron en el tercer cuarto, cuando iban perdiendo de 17 y parecía que el partido estaba sentenciado. Consiguieron rebajar la desventaja a 5 puntos entre el final de ese periodo y el principio del último entre Roodney Hood y Maurice Harkless, ambos con 17 puntos.
Pero entonces llegó el momento de Klay Thompson. El escolta, que no estaba especialmente acertado, metió 2 triples (3 totales en 9 intentos) y varias canastas más para volver a poner distancia de dobles dígitos. Todo esto con la inestimable ayuda de Quinn Kook (8) que firmó unos grandes minutos cuando el partido se igualó y Curry estaba en el banquillo. Finalmente, y con todos los titulares de vuelta, Draymond Green dio el último impulso a los suyos con su intensidad constante en la zona, un triple desde la esquina y un robo que levantó al Oracle Arena y que dejaba hundidos definitivamente a los Blazers. El ala-pívot ha llegado a los playoffs en el mejor momento de la temporada y recuerda al jugador que se llevó el premio de Mejor Defensor hace dos años. 12 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, 2 robos y 3 tapones para un hombre que no debería sorprender verle a este nivel en eliminatorias, un terreno para el que parece haber nacido.
Los Blazers han llegado claramente cansados a la serie, no les han entrado los triples y sus dos estrellas han sido terrenales. Todo esto es verdad y, a la vez, no les vale para nada. Porque si quieren tener opciones de seguir con vida saben que irse 2-0 de Oakland (algo que no sorprendería a nadie) puede ser letal. Y jugando como lo han hecho hoy tienen todas las papeletas de que les pase. Así que tienen dos días para reaccionar, para proponer algo que haga tambalearse a esta versión vintage de los Warriors que parece tan imbatible con en aquella temporada del 73-9.