NBA | CELTICS 101 - BUCKS 113 (1-3)
Antetokounmpo pone a los Bucks a un triunfo de la final del Este
Exhibición del griego (39+16+4) ante unos Celtics que no encuentran la forma de pararle. La madrugada del miércoles al jueeves, partido decisivo en Milwaukee.
Los Boston Celtics están al borde del abismo tras perder sus dos primeros partidos como locales en las semifinales de Conferencia. Muy lejos queda ya la victoria en el encuentro que abrió la serie en Milwaukee, en el que los de Massachusetts pasaron por encima de su rival. Fue la última vez que vimos a los Celtics que esperábamos este año. Desde entonces nos hemos encontrado con los que han sido en realidad. Un equipo con problemas para jugar con continuidad en ataque, mucho menos agresivo en defensa, con un banquillo menos profundo de lo esperado... En definitiva, un equipo peor.
Si a todo eso le juntamos que enfrente tienen al mejor conjunto de la liga regular y que parece que ya se lo creen también en los playoffs la serie se ha convertido en la más desequilibrada. Sorprende porque son los Celtics y el que más y el que menos daba por hecho que este equipo se levantaría al llegar la hora de la verdad. Pero lo cierto es que en ninguno de los cuatro enfrentamientos de semifinales hay tanta diferencia en la clasificación entre los dos rivales (+11 victorias para los Bucks).
Así que llegados a este punto nadie puede echarse las manos a la cabeza al pensar que mañana por la noche los de Milwaukee se pueden meter en su primer final de Conferencia desde 2001, ante su público y después de ser infinitamente superiores a su rival. Y sí, es verdad que tienen a Giannis Antetokounmpo y que sólo con eso ahora mismo da la sensación de que empiezas con ventaja. Una especie de LeBron 3.0, un as debajo de la manga que puedes utilizar en cualquier momento. Pero el problema de los Celtics va más allá. El griego no jugó los últimos 8 minutos y 37 segundos del tercer cuarto y ese tiempo el marcador fue 13-21 a favor de los visitantes, con los locales metiendo sólo un 23% de los tiros. Así es imposible.
Esos fueron los minutos donde los Bucks cimentaron realmente su ventaja. Desde entonces y hasta el final sólo se dedicaron a mantener lo conseguido ante un banquillo de los Celtics que anoche fue inoperante. Entre los cinco jugadores que saltaron a la cancha anotaron 7 puntos, cogieron 8 rebotes y dieron 2 asistencias. Entre ellos un Marcus Smart que debutó en estos playoffs pero que fue intrascendente. Enfrente, comandados por un George Hill que recuerda al de sus mejores días (15+4+5) y un Pat Connaughton que ya es una realidad más que contrastada (9+10), los suplentes de los Bucks se los comieron.
Ya en el último cuarto Giannis pegó su arreón particular para redondear una actuación sublime. 39 puntos, 16 rebotes y 4 asistencias, unos números que no firmaba un jugador de los Bucks en playoffs desde Kareem en 1974. Protagonizando algunas jugadas en las que sus rivales parecían niños, literalmente. Haciendo del reverso en carrera un arte. Un jugador cada vez más total que se está consagrando en esta postemporada. Mirotic (9+6) volvió a ser titular a la espera de que regrese Malcolm Brogdon, al que veremos si ahora, tal como está la eliminatoria, deciden no forzarle de momento.
El gran perdedor fue Kyrie Irving, que quedó señalado en uno de sus peores partidos de su carrera en eliminatorias. Con el resto de los titulares por encima del 40% en tiros, él firmó un 7/22, con un 1/7 en triples. Acabó como el máximo anotador (23) de los suyos, sí. Y dio 10 asistencias y cogió 6 rebotes, sí. Pero con sus errores hundió poco a poco las posibilidades de un equipo que empezó bien y acabó muy mal. Un equipo que ahora tiene que viajar a la cancha del peor rival posible con la necesidad de ganar para no marcharse de vacaciones por la vía (casi) más rápida.