Mirotic titular y partidazo de los Bucks: 1-1 camino de Boston
Budenholzer ajustó su rotación y cambió su defensa. Los Celtics no tuvieron respuestas. Parcial espectacular de 28-2 en la segunda parte.
Todo el mundo a Boston, donde la noche del viernes al sábado según el horario español (02:00), Bucks y Celtics retoman una semifinal del Este que se va a poner tremenda en el Garden. Se va 1-1 (los deberers hechos por lo de Stevens, en todo caso) y con un marcador total de 213-214. Y ya un buen giro para acabar, en todo caso, en una igualdad casi total, primero un +22 para los Celtics, después un +21 para los Bucks. Los dos equipos han tenido un partido en el que han parecido muy superiores y otro en el que han parecido absolutamente abandonados a su suerte. Veremos cómo se estabilizan las cosas aunque durante dos noches el juez será el Garden, y eso es algo que en todo caso habrían firmado los Celtics antes de iniciar la serie, desde luego.
Budenholzer y los Bucks hicieron en público antes de este segundo choque un tozudo ejercicio de insistencia en su método y en su estilo. Era más una necesaria red de seguridad que otra cosa: no se tira abajo un plan que ha ganado 60 partidos por una mala noche. Pero sí ajustaron y cambiaron a tiempo el paso para quitarle la inercia a unos Celtics que mandaban después del primer cuarto (25-30) a pesar de un 0/6 de Kyrie Irving, que acabó con 9 puntos, un 4/18 y el segundo partido de playoffs de su carrera con menos de 10 (en el primero, en 2015, solo jugó 12 minutos). Al base, como a todo su equipo, les sorprendió la recomposición de una defensa de los Bucks mucho más agresiva, a la yugular, pensada para ajustar y cambiar mucho más, producir puntos en transición y frenar la gozosa circulación de los Celtics, que habían tirado cuándo y desde donde habían querido en el primer partido. Abocados a menos pases y más jugadas en uno contra uno, no reaccionaron (le toca mover a Stevens) y empezaron, en cortocircuito, a fallar y fallar tiros. No solo Kyrie: 2/10 Tatum, 1/5 Hayward...
Budenholzer también cambió su quinteto, con Mirotic por Brown. En sus palabras, quería del español de origen montenegrino "físico y amenaza exterior". Y aunque Mirotic falló sus primeros triples e hizo dos faltas rápidas (acabó con 9 puntos y 9 rebotes), la reconfiguración de los espacios fue buena para un equipo que despertó definitivamente en el tercer cuarto: de 74-71 a falta de siete minutos a un 98-73 final, parcial de 24-2 (1/12 y 6 pérdidas de los Celtics en ese tramo) que llegó a 28-2 tras un minuto del último: 102-73 y partido finiquitado después del trance que despertó definitivamente a los mejores Bucks: seguros, dominantes, físicos y disparados en ataque (20 triples). Middleton sostuvo al equipo cuando duraban las dudas del domingo y acabó con 28 puntos, 7 rebotes y un 10/18 en tiros (7/10 en triples: espectacular). Después irrumpieron Giannis Antetokounmpo (29 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias) y Eric Bledsoe (21 puntos, 5 asistencias), otro que necesitaba un paso por el diván del psicoanalista tras el primer partido... y la serie de 2018. Los Bucks, de pronto y después de un planteamiento muy inteligente de Budenholzer, fueron otra vez los Bucks.
Y, con los Bucks, volvió una serie a la que la superioridad (técnica, táctica, casi hasta moral) de los Celtics en el primer partido había dejado suspendida de un enorme interrogante. No, los Bucks no se van a rendir. Y ahora tienen que pasar, para legitimar definitivamente su excelente temporada, una de las pruebas más temibles de la historia de los playoffs NBA: el mítico Garden de Boston. Allí nos vamos con 1-1, el saque en poder de los Celtics, los Bucks con la confianza otra vez intacta y todo por decidir. Mejor, imposible.