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NBA | NUGGETS-BLAZERS

Malone y los 65 minutos de Jokic: "No se queja pero le pido perdón"

"Empezaron los calambres... pero sabíamos que ellos estaban igual que nosotros", asegura Damian Lillard tras el épico triunfo ante los Nuggets.

Actualizado a
MATTHEW STOCKMANAFP

Mañana, menos de 41 horas después de jugar uno de los partidos más épicos de la historia de los playoffs, Trail Blazers y Nuggets disputarán el cuarto asalto de su semifinal del Oeste, una serie que puede quedar casi vista para sentencia si los de Oregón vuelven a defender su pista y colocan el 1-3. Para ello tendrán que gestionar mejor el descanso tras un partido agotador en el que acabó especialmente tocado Nikola Jokic, que jugó casi 65 minutos (64:58), el tope desde 1953 y la cuarta cifra más alta de los playoffs.

McCollum también llegó a 60 y los entrenadores se metieron en una dinámica en la que sabían que el partido era ultra decisivo por el coste que supondría para el perdedor y alargaron los minutos de las estrellas sin saber que finalmente se jugarían casi cuatro horas y acabaría siendo decisivo un Rodney Hood más fresco que logró siete puntos en el último tiempo extra. Jokic no solo jugó esos 65 sino que 44 fueron seguidos desde el descanso: toda la segunda parte y las prórrogas. Michael Malone, su entrenador, asume que era difícil saber que el partido acabaría en esa duración: "Es nuestro mejor jugador, nuestra mejor versión es con él en pista y yo no podía imaginarme que acabaríamos jugando cuatro prórrogas. No se queja, pero le pido perdón por esos 65 minutos".

Terry Stotts, técnico de los Blazers, aseguró nada más llegar a la sala de prensa que no recordaba nada "del tiempo reglamentario ni las tres primeras prórrogas" y dijo no saber si sentía más "subidón o alivio" tras una victoria así: "Me quedo con las dos sensaciones, no lo sé".

Jokic aseguró que está "en muy buena forma" aunque está acostumbrado a que en la NBA se hagan bromas con su físico, y Damian Lillard dejó claro que era una guerra de resistencia en la que lo importante era sumar el triunfo: "Estaba agotado, empezaron los calambres... pero sabía que ellos tenían que estar igual así que se trataba de seguir peleando por cada rebote, ir al suelo a por cada posesión... pelear más que ellos".