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Lucas Nogueira y la depresión: “He salido y bebido mucho”

El pívot brasileño está en Sao Paulo, donde trata de recuperarse y trabaja para regresar a la NBA: “Volveré, estoy seguro”, le dice a ESPN.

Lucas Nogueira.
John E. SokolowskiUSA Today Sports

Lucas Nogueira, pívot de 2,13 m y 26 años que creció en el Estudiantes y pasó luego cuatro temporadas en la NBA (Toronto Raptors), está ahora en Brasil, en Sao Paulo, donde trabaja con el deseo de volver a la NBA y trata de dejar atrás una depresión, que le ha afectado en los últimos años. El brasileño llegó al Montakit Fuenlabrada al principio del presente curso, pero su fichaje no funcionó y regresó pronto a su país.

“Ahora tengo responsabilidades”, explica Nogueira en ESPN Brasil. “Tengo una hija que alimentar y una familia a la que ayudar. La gente depende de mí y eso me ayuda a salir adelante. Soy joven y no puedo rendirme. Debo usar todo eso para motivarme y volver a jugar mi mejor baloncesto”. Lucas ha luchado contra la depresión y no para de hacerlo: “Hablé con muchas personas que no debería haber tenido cerca durante este tiempo. Pensé que me ayudarían, pero no lo hicieron. Por el hecho de tener algo de dinero y de reconocimiento, la gente piensa que eres intocable, como si no fueras humano. Ser famoso no te hace escapar de la depresión”.

Nogueira cuenta que su excompañero en los Raptors DeMar DeRozan también se vio afectado por la depresión: “Todos se enteraron por los medios. Tal vez Kyle Lowry ya lo sabía porque los dos eran inseparables. Si no eres un tipo comunicativo, como es mi caso, resulta difícil compartir una experiencia así con otras personas. Todos se asustaron… Creemos que alguien con esa capacidad atlética, con tanta calidad y reconocimiento no puede tener depresión. Nadie habló con él, como tampoco lo hicieron conmigo. En mayo pasado estaba bastante mal y todo empeoró en septiembre, luego decidí volver a Brasil”.

"No había nadie que pisara los frenos"

Nogueira ha admitido tener un problema con la bebida y dice que lleva tres meses sobrio: “No soy una víctima. Soy un chico sincero que siempre ha asumido la responsabilidad de lo que ha hecho. Pienso que debería haber tenido más oportunidades, pero quizá no las merecí. Todo el mundo sale un rato y bebe, pero yo lo hice una y otra vez y no había nadie que pisara los frenos. He salido mucho. En España (antes de marcharse a la NBA), tenía un partido a la semana. Era joven y disponía de algo de dinero y ningún límite. Al final encontrabas la manera de salir de fiesta. Es Europa. No tenía ninguna ética de trabajo. Cuando fui a Estados Unidos vi que un niño de 15 años tenía más disciplina que yo. Es algo cultural”.

Su objetivo es prepararse para poder tener alguna opción de regresar a la NBA la próxima temporada, algo que no le va a resultar fácil pese a su determinación: “Volveré. Aunque si me lo hubieran preguntado hace cuatro meses, hubiera dicho que no sabía. Lo que me hace sentir tan seguro ahora es mi entrenamiento y mi actitud. Estoy listo para el desafío como nunca antes lo estuve”. Y además pretende jugar el próximo Mundial (del 31 de agosto al 15 de septiembre) con su selección, Brasil.