Vuelve a España después de cuatro temporadas en la NBA, ¿cuál es su reto?

Tengo una misión espiritual, quiero volver a ser feliz. Quiero recuperar mi identidad y tratar de salir un poco de la depresión que he sufrido. En estos tres o cuatro últimos años no sabía quién era, me perdí como persona. Voy a demostrar mi máximo compromiso para que el Fuenlabrada llegue lo más arriba posible. Ese es mi reto personal, volver a ser feliz y disfrutar de un deporte que me encanta. He vivido momentos muy duros, solo pretendo disfrutar del baloncesto.

¿Y por qué ha llegado a esa situación? ¿Por el ambiente en la NBA, por la presión, por la falta de minutos, por la relación con el resto de jugadores…?

No culpo a los jugadores, he dejado allí a personas que me aprecian mucho. Hace tres o cuatro días hablé con DeRozan y hace una semana con Lowry, dos jugadores franquicia. Los dos me querían mucho y son otros los temas que me han llevado a una situación difícil. Me fui de Europa en 2014 con muchas ganas, pero después de distintas circunstancias todas esas ganas e ilusiones fueron disminuyendo hasta que llegué a un nivel muy, muy alto de tristeza y de depresión. Ahora tengo la oportunidad de volver a España, a un equipo como el Fuenlabrada y creo que aquí encontraré mi alegría y mi felicidad.

Si pudiera retroceder a 2014, ¿cambiaría alguna decisión?

Volvería a ir a la NBA porque es el sueño de todos los jugadores. Logré hacer ese sueño realidad y ahora no es tiempo de volver hacia atrás, a no ser que sea para aprender de los errores. No quiero encontrar culpables de por qué no jugué más o de por qué las cosas no me fueron bien. Creo que ha llegado el momento de utilizar aquí todo lo que aprendí en la NBA e intentar ser el mejor jugador posible. Y, sobre todo, y lo vuelvo a repetir, de ser feliz.

En la campaña 2016-17 promediaba casi 20 minutos por partido en los Raptors hasta que llegó Ibaka y su protagonismo se redujo muchísimo. ¿Eso le mató?

Sí, bastante, pero así es la NBA, una Liga que es un negocio y no se puede cambiar. No tuve mucha suerte en Toronto, en un equipo muy fuerte de playoffs en el que la rotación es más corta que en otros conjuntos. Creo, sin embargo, que utilicé muy bien los minutos de los que dispuse. Me gusta pensar que alguno de los otros 29 equipos de la NBA y muchos clubes de Europa valoran mi aportación en Toronto. El Fuenlabrada lo ha hecho.

¿Tenía buena relación con Ibaka? ¿Hablaba con él de su situación?

Ningún compañero puede hablar mal de mí en cualquiera de los equipos por los que he pasado, soy una persona muy fácil de llevar dentro de un grupo e intento relacionarme con los compañeros. Que jugara más que yo no era culpa suya, sino una decisión del entrenador o de quien sea.

¿Se planteó alguna vez regresar al Estudiantes?

No, porque con todo el respeto a Europa, quería jugar en la NBA. Por mi cabeza no ha pasado jugar en el Estudiantes, pero tampoco pasaba irme a otro equipo fuera de la NBA. Esperé hasta el final del verano para ver si tenía una oferta de alguna franquicia.

Y cuando esta no llega…

Tengo confianza en mis representantes y sabía que, de no tener una oferta de la NBA, la recibiría de otro sitio. Conozco mi calidad y sé lo que puedo aportar, ya sea en Europa, en China o en la NBA. No tuve miedo ni desesperación y me ha salido una buena oportunidad en Fuenlabrada. No cierro la puerta a la NBA, pero tampoco me importaría seguir varios años en Fuenlabrada, me encuentro muy a gusto. Vuelvo a casa, Fuenlabrada es Madrid, donde he crecido.

¿Ve al Fuenlabrada luchando por el playoff?

Claro que sí. La Liga Endesa es la más competitiva del mundo después de la NBA y te puedes encontrar con un grupo de seis a diez equipos peleando por las últimas plazas para la Copa o el playoff. Si nos acompaña la salud, podemos pelear por eso.

¿Qué le han parecido los movimientos en los Raptors este verano?

La marcha de DeMar DeRozan fue un shock para mí, porque no es que sea solo un jugador franquicia, sino que es el mejor jugador de la historia de la franquicia. Sigo sin entender la decisión, de verdad, pero lo he dicho antes, la NBA es un negocio. Valoro, sin embargo, la gran calidad de Kawhi Leonard, que si está con salud y con alegría, puede ser una pieza importante para que el equipo llegue a la final de conferencia.