Buenas noticias para Los Angeles Lakers tras varias semanas de auténtica pesadilla. Brandon Ingram fue sometido con éxito a una intervención quirúrgica para solucionar la trombosis venosa profunda que sufría en el brazo derecho, informó la franquicia angelina. Se espera que su recuperación sea total para el comienzo de la próxima temporada. 

Esta es la segunda vez que el alero pasa por el quirófano. A principios de semana, se le extrajo un coágulo de sangre y en esta ocasión se le aseguró el correcto flujo de sangre.

El DVT (en sus siglas inglesas) que se le detectó a Ingram el pasado 9 de marzo "se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más venas profundas del cuerpo, aunque generalmente en las piernas", señala la web de la Clínica Mayo. "Es un trastorno grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse, desplazarse a través del torrente sanguíneo, alojarse en los pulmones y, de este modo, obstaculizar el flujo de sangre (embolia pulmonar)", continúa.

La baja de Ingram para lo que resta de curso se une a la Lonzo Ball. El base ha tenido complicaciones en la lesión de tobillo que sufrió hace siete semanas y no jugará más este curso.

Los Lakers ocupan el undécimo puesto de la Conferencia Oeste con un balance 31-38 tras perder ocho de los últimos diez partidos. Los playoffs ya son imposibles (están a 8,5 partidos) para unos Lakers que comenzaron con la moral por las nubes con la llegada de LeBron James y estaban 20-14 el día de Navidad.