NBA | WOLVES 135 - WIZARDS 130

La dupla Towns-Rose se impone al partidazo de Beal (36+10+9)

Los Wolves fueron de menos a más y el base local (29) sentenció en una prórroga que no pudo jugar el pívot por un problema en la rodilla.

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Derrick Rose ha jugado a lo largo del año a un nivel muy superior al que se podía imaginar el 95% de los aficionados antes de comenzar la temporada. Pero entre todos los partidos han destacado unos pocos en los que ha recordado de verdad al Rose de la primera época de Chicago. Esta noche ha sido uno de ellos. Primero con la ayuda de Karl-Anthony Towns (¡y qué ayuda! 40 puntos y 16 rebotes) y después, ya en la prórroga, estilo Juan Palomo.

Los Wizards empezaron mejor y dominaron durante gran parte del partido, aunque sin lograr una ventaja suficientemente grande como para estar tranquilos. No había razón para estarlo, como se pudo comprobar según avanzaron los minutos. Los locales fueron reduciendo esa ventaja muy poco a poco hasta que en el último cuarto se pudieron por encima y llegaron a los minutos finales en ventaja. Towns, en modo estrella, ponía los cimientos de lo que parecía que iba a acabar en victoria para los Wolves. Entre otras cosas, con un 4/7 en triples, dos de ellos en el último parcial y cuando la cosa estaba más caliente.

Pero a falta de 10 segundos, con su equipo dos puntos arriba y Rose intentando dejar correr el tiempo hasta que le hicieron falta, el dominicano empezó a cojear él solo y a quejarse de la rodilla derecha. Aún no está clara la acción en la que se hizo daño, pero rápidamente se quedó sentado en el banquillo negando con la cabeza, para acabar marchándose a los vestuarios y no volver más. Durante el día de hoy le harán pruebas.

Habíamos dejado a Rose tirando dos tiros libres, que de meterlos ponía a los suyos cuatro arriba. Pero el base sólo acertó uno, así que dio la opción a los Wizards de forzar la prórroga con un triple. Y eso fue lo que hizo Bradley Beal sobre la bocina. Con una calma total, engañó a Taj Gibson para quedarse solo en la línea de tres y enchufarla. Los números del escolta hablan por sí solos: 36 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias. ¡Qué temporada la suya! Lástima que nunca se haya reflejado en la clasificación de los capitalinos. Y parece que ya no les va a dar tiempo a hacerlo.

La prórroga no tuvo misterio. Ahí sí que apareció el mejor Rose, que acabó con 29 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias, y que en el tiempo extra le entraba todo y de todo tipo. Recordó al jugador de sus grandes días y cuando Rose está así es una gozada verle jugar. Uno de los mayores talentos en décadas que de vez en cuando vuelve para recordarnos lo que fue y lo que pudo ser.