Se jugaba un partido clave en Salt Lake City entre dos equipos que estaban igualado en la tabla. Al final se impuso el que está mejor de los dos. Los Utah Jazz consiguen su segunda victoria consecutiva, séptima en los últimos diez partidos, y ya miran a la quinta plaza que ocupan unos Rockets que sólo les sacan medio encuentro. Por su parte los Spurs encadenan cuatro derrotas seguidas y cada vez muestran más síntomas de agotamiento.

Los visitantes empezaron bien, con sus dos estrellas jugando a buen nivel. DeRozan (23 y 5 asistencias) y Aldrige (15+10+4) dieron las primeras ventajas a los texanos. Pero a partir del segundo cuarto todo cambió y los locales empezaron a hacerse poco a poco con el mando del partido.

Donovan Mitchell, que sigue a un nivel tremendo desde hace unas cuantas semanas, impulsó a los suyos con 23 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias y 3 robos. Eso por un lado. Por el otro, la conexión Gobert-Rubio hizo estragos en la defensa de los Spurs. El francés (21+13+4 y 2 tapones) era dueño y señor de la zona y se aprovechó en varias jugadas de la gran química que tiene con el base español. Ricky (16+6+6), ya con su sitio seguro hasta final de temporada, dejó una gran actuación. También hay que destacar a Roy O'Neale (17+5, 4/4 en triples), que aunque ha vuelto al banquillo se ha convertido en un hombre fundamental para los Jazz.

Ahora les esperan dos salidas de aúpa: Warriors y Thunder. Pero las pueden encarar con la tranquilidad de saber que el calendario les depara pocas emociones fuertes a partir de marzo, momento en el que si siguen a este nivel pueden ganar muchísimos partidos. Los Spurs están en medio de su gira de ocho partidos lejos de casa. De momento han perdido los cuatro que han jugado (Kings, Warriors, Blazers y Jazz). La otra mitad es algo más amable (Grizzlies, Raptors, Knicks y Nets), pero el equipo empieza a mostrar ciertas carencias que siempre estuvieron ahí pero que fueron capaces de disimular durante unas cuantas semanas.