Faltaban 26 segundo para el final y un triple de Fred VanVleet ponía a los Raptors por delante (97-96). Era la primera vez que comandaban el partido desde el inicio del mismo. Los Pacers venían de perder en el último segundo ante los Cavs, pero también de ganar sus siete partidos anteriores. Y durante gran parte del duelo en casa de los líderes dieron la sensación de estar dispuestos a demostrar que ya querían pelear con los grandes de su conferencia.

Pero el final del partido dejó una imagen bien distinta. La de un conjunto al que aún le falta para llegar a ese nivel. Un grupo que sabe a lo que juega, que lo ejecuta a las mil maravillas, que tiene un buen puñado de grandes jugadores, pero que no está a la altura de los grandes. Porque en esos últimos minutos en los que se les estaba escapando el partido es cuando los verdaderos candidatos al título demuestran que los son. Y los Pacers anoche no lo demostraron.

Todo lo contrario pasa con los Raptors. Ya no ganan al ritmo que lo hacían durante el primer mes y medio de competición (5-5 en los últimos 10), pero no pierden más de lo que lo hacen sus perseguidores. Y cuando les toca cruzarse con ellos les suele recordar, en forma de derrota, que de momento siguen siendo los que mandan. 14-5 con su conferencia, que es el mejor récord entre equipos del este. 4-2 con su división, en la que están los Sixers, los Celtics y unos Nets que no suelen dar respiro a nadie. 12-5 fuera de casa, de largo la mejor marca de toda la NBA. Por todo esto y por muchas más cosas lideran con puño de hierro la liga.

Y una de esas cosas, la más importante si hay que colocar alguna por encima de las demás, es Kawhi Leonard. No se está hablando tanto de él en la carrera para el MVP. Giannis, LeBron, Davis, el Curry pre lesión, el actual Harden de 40 puntos por noche, el Jokic que maneja todo en los Nuggets... Kawhi no va a levantar la voz para reclamar su espacio, no es su estilo. Él es más de salir a la cancha y transformar a su equipo en la mejor versión posible de sí mismo. Y en eso anda, con los guarismos más altos de su carrera en puntos y rebotes. Anoche, 28 y 10, a los que añadió 6 asistencias y 4 robos.

No jugaron ni Kyle Lowry ni Serge Ibaka ni, por supuesto, Jonas Valanciunas. Con Greg Monroe y Fred VanVleet de titulares sobrevivieron como pudieron, hasta que dieron el zarpazo final, ante el que los Pacers se quedaron sin respuesta. De nada sirvieron los 20 puntos de Oladipo, ni los 18 de Bogdanovic, ni el doble-doble de Turner o la habitual eficiencia de Sabonis desde el banquillo. A la hora de la verdad unos demostraron porqué son candidatos a pelear por el anillo y los otros porqué no.