Ricky Rubio y Mitchell controlan a unos Celtics muy desdibujados
Pésimos porcentajes y ningún argumento más allá de Kyrie Irving de unos Celtics cansados. Reacción de Mitchell y gran partido de Ricky.
A estas alturas de temporada, Celtics y Jazz no deberían acumular 15 derrotas. No estaba en el guion. Al menos los de Salt Lake City (8-8) pueden felicitarse por haber ganado dos veces en ocho días a los de Boston (9-7), que esgrimen que han jugado 13 de 16 partidos contra rivales por encima del 50% de triunfos y que ahora afrontan 11 de 14 contra equipos ahora mismo por debajo. Desde luego, el calendario va dando y quitando a lo largo de la Regular Season pero los Celtics, por encima de eso, han resultado hasta ahora decepcionantes. Eso sí, la temporada es larga, la profundidad y la competitividad están ahí... y los Celtics llegarán, es por ahora ridículo pensar lo contrario.
El caso es que con el regreso de Hayward e Irving y la salida de LeBron James de Cleveland, el Este parecía muy verde en la casilla de salida... pero, con los Raptors y los Bucks empujando, exigirá mucho trabajo a los de un Brad Stevens muy enfadado en una noche (86-98) en la que su equipo perdió por segunda vez en el Garden, no tuvo ni energía para una de sus ya famosas cargas heroicas en el último cuarto (62-81 a menos de 11 minutos del final) y volvió a mostrarse demasiado sufrido en ataque, incómodo, esta vez además cansado tras su esfuerzo, prórroga incluida, 24 horas antes contra los Raptors. Esta vez no hubo iluminación de un Kyrie que además se cargó de faltas y dejó la pista en el tercer cuarto, cuando el partido se rompía. Sin él, y la dependencia es ahora mismo muy evidente, el ataque es un embudo aburrido. El base anotó 20 puntos y el único que llegó a 10 además de él fue Tatum (10 con 11 tiros, eso sí). El resto, otro día nefasto en el tiro de Brown y muy, muy poco de Hayward y Horford.
Con pocas piernas y pocas ideas, los Celtics se metieron de lleno esa boca del lobo que es la defensa de los Jazz cuando funciona en su ritmo óptimo. Tras la derrota por 50 en Dallas y el ya famoso partido de 35 tiros y ninguna asistencia de Donovan Mitchell en Philadelphia, los de Snyder recuperaron la sonrisa a base de trabajo atrás y de llegar constantemente a los Celtics a malos tiros. La estadística final de los locales fue terrible: 38% en tiros, 15 en triples (5/33) y 55 en tiros libres. Y 16 asistencias por 14 pérdidas. Una noche muy mala. Kyrie y Tatum anotaron 30 puntos pero sumaron, entre los dos, una asistencia.
Mitchell recuperó la eficiencia: 28 puntos en 21 tiros y 6 asistencias. El temor de los Jazz, a los que no les sobra talento individual en ataque, es que los rivales controlen todo lo demás (los espacios de Ingles, los viajes hacia la canasta de Gobert, los problemas en el tiro de Ricky...) y obliguen al escolta de segundo año a fallar mucho. Ese es un patrón para hacer daño a los Jazz... que no aplicaron los Celtics. Ricky Rubio también jugó uno de sus mejores partidos del curso, con 20 puntos, 2 asistencias y 3 robos; Buenas decisiones, buena energía y puntos en momentos importantes. Con su backcourt de nuevo entonado, no hizo falta mucho más para ganar en un Garden mucho menos fiero de lo habitual. Era el back to back tras la tremenda prórroga ante los Raptors, sí, pero es también algo más para unos Celtics que han perdido 5 de los últimos 8 partidos y que están lejos de lo que se esperaba de ellos. Pero esto, también para los Jazz, es una carrera de fondo...