Butler, contra Towns y Wiggins: "En los Wolves falta pasión"
"Todo el mundo ve lo que nos falta y no son más puntos o más defensa..." dijo en una entrevista después del polémico entrenamiento.
Sigue el disparate en los Timberwolves. Ayer, Jimmy Butler se reenganchó a la disciplina del equipo y lo hizo con un entrenamiento del que se hablará durante años: se enfrentó a gritos a compañeros, técnicos y directivos. Se juntó con la tercera unidad y ganó dos partidillos a la primera (con Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins) y la segunda. Llegó con un "daos prisa que solo voy a estar aquí una hora" y se fue al grito de "este sitio me pertenece". Y por el camino gritó al general manager Scott Layden "me necesitáis, joder, no podéis ganar sin mí".
Después de esta dramática puesta en escena, a menos de una semana del inicio de la Regular Season y mientras que sigue sin resolverse su petición de traspaso, Butler tenía convenientemente fijada una entrevista con Rachel Nichols (ESPN) en la que reconoció que casi todo lo que se estaba filtrando del entrenamiento era cierto aunque negó que hubiera sido especialmente duro, como apuntan muchos medios, con Towns y Wiggins: "Llevaba mucho sin jugar al baloncesto y como amo este deporte y soy muy apasionado, y no juego más que para competir y enfrentarme a los mejores, todas mis emociones salieron en ese momento. ¿Fue de la manera correcta? No. Pero no puedo controlar lo que pasa cuando salto a una pista a competir. Es mi amor por este juego, así soy de la forma más cruda y más pura. Creo que fui honesto. ¿Brutalmente honesto? Sí. Pero ese es el problema, a todo el mundo le asusta ser honesto con los demás. Si a alguien le parece mal lo que yo hago entrenando, que venga y me lo diga. No me va a importar, no es algo personal".
Según las últimas informaciones, Butler le aseguró el lunes a Thibodeau que iba a regresar pero que su actitud iba a ser exactamente la que fue después en ese primer entreno del que, sospechosamente, dijo no recordar detalles específicos solo dos horas después: "No recuerdo qué dije. Tenía los ojos inyectados en sangre... era emoción, pasión. Es la verdad. No fui especialmente a por Towns y Wiggins. Towns vino a por mí y le dije que me superara, que no pasara la bola cada vez que un cambio defensivo me dejaba con él. ¿He sido duro con él? Sí, así es como soy. No soy un gran talento, el mayor talento de los Wolves es él. Y el que tiene más dones naturales para el baloncesto es Wiggins. Pero yo soy el que juega más duro. Yo me juego el físico en cada entrenamiento, cada día de partido. Y sé que Thibodeau está sonriendo ahora mismo y pensando que estoy de vuelta".
Además, dejó claro que no ha cambiado nada con su reingreso en el equipo: "Las cosas no se han arreglado. Si soy honesto no puedo decir lo contrario. Podrían arreglarse pero no creo que vaya a pasar. Porque yo voy a seguir siendo honesto pero no todo el mundo lo es... Es cuestión de ser honesto conmigo mismo, con el equipo... Yo solo quiero sentir que se me aprecia. A partir de ahí todo el mundo puede ver lo que falta. No es una cuestión de más defensa o más puntos... es una cuestión de pasión. Se trata de jugar con el mismo corazón que pongo yo en cada acción".
Butler, que no viajó con el resto del equipo tras la eliminación en playoffs, ante los Rockets, concretó que a los cuatro días ya había llamado a Thibodeau para decirle cómo se sentía y qué era lo que quería, que no esperó como luego se ha dicho a la semana anterior al training camp, cuando su petición de traspaso se hizo pública. Durante el verano, rechazó una extensión de 110 millones aunque se dijo que habría aceptado algo más de dinero... y un proyecto renovado con alguna salida de renombre: "No es cuestión de dinero. Se trata de que hagan ver que te necesitan, que cuentan contigo. Que no pueden llegar a donde quieren sin ti. Los hechos cuentan más que las palabras. Cuando se hicieron conmigo ya sabían lo que se llevaban. Yo digo siempre la verdad. Y a Thibodeau le he dicho varias veces lo que quería, no solo antes del training camp".
La situación por ahora sigue enquistada. Los Wolves no han rebajado sus pretensiones pese a que la tensión es irrespirable en la franquicia. Los Heat siguen siendo los mejor colocados porque finalmente podrían ofrecer en su paquete al escolta Josh Richardson, algo que en principio no querían hacer. Los Rockets no quieren desprenderse de PJ Tucker y los Clippers cuentan con Tobias Harris. Así que los Wolves no ceden, los pretendientes tampoco y Butler promete más emociones fuertes hasta que la cuerda se rompa de tanto tensarse. A ver qué pasa.