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NBA

No es broma: el reto que se ha fijado Curry es "ser mejor tirador"

Con 30 años y ante la décima temporada de su carrera NBA, el base asegura que ha vivido una de sus mejores preparaciones veraniegas.

No es broma: el reto que se ha fijado Curry es "ser mejor tirador"
Kyle TeradaUSA TODAY Sports

No, no es broma. Stephen Curry quiere mejorar "como tirador" en la temporada 2018-19. El mejor de la historia, el que anotó 402 triples en ruta hacia el primer MVP unánime (2015-16), el que pulverizado las dos últimas campañas las cifras de true shooting percentage (el medidor que evalúa tiros de dos, de tres y libres) para jugadores con más de 20 puntos de media (66,9 y 67,5%) quiere "ser mejor metiendo la bola en el aro". Lo ha dicho él. Textualmente. Supongo que no son buenas noticias para el resto de la NBA.

Curry tiene 30 años y afronta su décima temporada en la NBA. Así que tiene claro que de su capacidad de mejorar en pequeñas cosas dependerá su longevidad entre los mejores jugadores del mundo. Para ello, llega a este nuevo curso después de lo que él mismo ha definido como uno de sus mejores veranos: tras el 4-0 a los Cavaliers se tomó un largo descanso hasta mediados de julio, tiempo en el que nació su tercer hijo. Después, y con menos compromisos promocionales que en años anteriores, ha trabajado a un ritmo de tres horas al día y seis días a la semana. Con su habitual entrenador personal, Brandon Payne, ha fortalecido las rodillas y tobillos que le dieron problemas otra vez la temporada pasada (no ha pasado por el quirófano) y ha mantenido esas rutinas en las que se incluyen realidad virtual y alteraciones sensoriales para mejorar su coordinación, su rapidez, su tono físico general... Después, sesiones de al menos 600 ó 700 tiros a canasta. A veces mil. Payne asegura que "no está ni mucho alcanzando" el techo de Curry, que por su parte tiene claro que se trata de ser todavía mejor... o de seguir siendo igual de bueno el mayor tiempo posible.

En la nueva temporada no tendrá al lado a dos personajes claves para él: su guardaespaldas Ralph Walker y la fisio Chelsea Lane, que se ha ido a los Hawks y cuyo lugar lo ocupa ahora Rick Celebrini, una recomendación de Steve Nash, asesor de los Warriors. Sus retos pasan por mantenerse sano, superar sus cifras de eficiencia y mantenerse activo y con buena actitud para evitar la abulia que atrapó al equipo durante la última Regular Season. Después de cinco años en los que ha sido all star y ha superado siempre la media de puntos de su carrera (23,1), con diversos récords y dos MVP, ese objetivo de ser todavía más eficiente pasa por cuidar pequeños detalles en su juego: seguir lanzando más tras salir de bloqueos, el tiro en el que es más letal y con el que se prodigó más la temporada pasada, e ir más a la línea de tiros libres (la pasada campaña subió un 10% su ratio sobre tiros totales con respecto a la anterior y el porcentaje de su carrera está en un 90,3%). Descansando, feliz y con esta temporada marcada como puerta hacia el resto de su carrera, que nadie se sorprende si vemos una versión de Curry absolutamente superlativa. Todavía más.