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NBA

La historia de "Trust the Process", el eslogan de las derrotas que quieren patentar los Sixers

Embiid, Simmons, Fultz, Saric... Sam Hinkie creó un polémico modelo para llevar a la cima a los Sixers, que ahora quieren patentar su lema.

La historia de "Trust the Process", el eslogan de las derrotas que quieren patentar los Sixers

TTP: Trust the Process. Cree en el Proceso. En realidad, una frase creada para que la afición de Philadelphia 76ers pudiera creer en lo que todavía no podía ver ni tocar. Una cuestión de fe. Finalmente, un golpe maestro de markéting que no solo resquebrajó el tabú del tanking sino que lo convirtió en un producto muy rentable. Uno que ahora Sixers quieren capitalizar definitivamente: la franquicia ha solicitado oficialmente los derechos sobre la patente de esas tres palabras. Eso le daría control sobre cualquier uso que se quiera hacer de ellas: ropa, series y programas de televisión, videojuegos... hasta libros de colorear para niños.

The Process, el proceso, fue el mantra a través del que Philadelphia 76ers acabó abrazando una de las reconstrucciones más radicales de la historia de la NBA. Una que no ocultó que prefería unos cuantos años en el vertedero a muchos en tierra de nadie. El tanking, que siempre ha existido pero del que a la NBA no le gusta nada que se hable, industrializado en un plan trazado en 2012 a siete años vista y del que, por lo tanto, asistiremos a su culminación en esta inminente temporada y la siguiente: los Sixers como aspirante al anillo. Ese era el objetivo y desde luego no está lejos.

En los playoffs de 2011 y 2012 los Sixers vieron que podían convertirse en un eterno integrante de la clase media: suelo alto pero techo bajo, algo de lo que muchos general managers huyen ahora como de la peste. Era el equipo de Thaddeus Young, Lou Williams, Nikola Vucevic, Evan Turner, Andre Iguodala, Jrue Holiday... En aquel 2012 los Sixers ya se habían sentado a hablar con Sam Hinkie, que por entonces tenía 34 años. Holandés de nacimiento y cum laude por la Universidad de Oklahoma, llevaba un lustro en los Rockets, donde había ascendido como un cohete hasta ser vicepresidente y una de las manos derechas del genio revolucionario de la estadística avanzada, Daryl Morey. Entonces los Sixers eligieron a Tony DiLeo como general manager, pero solo un año después (en 2013) se pusieron en manos de un Hinkie que reemplazó a DiLeo y al presidente Rod Thorn. En su presentación, 14 de mayo de 2013, apareció la palabra que iba a marcar el futuro inmediato de la franquicia: “Estamos hablando de un proceso, no de resultados inmediatos”.

Embiid como piedra angular... y publicista

Desde ahí hasta el Trust the Process que ha saltado a la cultura popular estadounidense, un mantra de confianza durante los trayectos duros. En agosto de 2013 Hinkie aseguró que hablaba constantemente del “proceso” con el entrenador Brett Brown (que había llegado aquel año y sigue en su puesto: ha sobrevivido a un Hinkie que fue víctima de su propio sistema). Entre 2014 y 2015 el TTP empezó a popularizarse en podcasts y blogs de Philadelphia y el 19 de noviembre de 2014 Joel Embiid tuiteó “TRUST THE PROCESS!!!!” cuando el equipo había arrancado 0-10 la temporada (llegó a 0-17 en ruta hacia un 18-64) y él era un número 3 de draft varado por una grave lesión en un pie.

Si el base Tony Wroten fue el primero que usó esta expresión, literalmente, en una entrevista en enero de 2015 (“nos dicen sin parar que creamos en el proceso, que sigamos con lo que estamos construyendo”) desde luego ha sido Embiid (un volcán en la pista... y en las redes sociales) el que la ha terminado por personificarla. Más incluso que el propio Hinkie. Después de dos años sin jugar, al debut de Embiid en la NBA le acompañó un artículo del genial Lee Jenkins (ahora contratado por los Clippers) en Sports Illustrated. Su título, “Yo soy el Proceso”: “Pienso mucho en todo lo que me ha pasado estos años. Me siento como si yo fuera el Proceso, como si todo alrededor del Proceso tratar en realidad sobre mí”.

Para entonces los aficionados de los Sixers ya coreaban este eslogan en las gradas y lo imprimían en camisetas que se vendían como churros... especialmente en las proximidades de cada draft, la lotería en la que finalmente quedaría validado o rechazado el radical modelo Hinkie: el Proceso, un tramo de forma tan terrible que necesitó un nombre amable, un calzador con el que colarse en la liga, un mensaje con el que transmitir que a ciertos hechos no les siguen resultados inmediatos y, sobre todo, con el que sostener y mantener cohesionada a una afición en desbandada. Mientras por todo el mundo se teorizaba sobre la reconstrucción de los Sixers, y muchos empezaban llenarla de elogios, eran ellos los que sufrían derrota tras derrota, con equipos literalmente sin nivel para jugar en la NBA, en unas gradas cada vez más desesperanzadas. Y vacías: durante el tramo 2013-16, probablemente el peor de cualquier equipo en la historia de la NBA (solo 47 victorias totales, una racha de 28 derrotas seguidas...) la asistencia superaba por poco los 14.000 aficionados por noche. De las peores de la NBA y un horror para, conviene recordarlo también, una de las franquicias más históricas de la NBA.

Trazado el origen y la eclosión de la frasecita, Trust the Process, no hay que olvidar que en sus resultados ha habido lugares oscuros y riesgos enormes para acabar, eso sí, en el actual equipo con pinta de aspirante perenne en el Este y con dos jugadores que pueden acabar en el Hall of Fame: el citado Joel Embiid y Ben Simmons. El desgaste de los errores, pero sobre todo el de las derrotas sumado al escrutinio de todo el deporte estadounidense, acabó con Hinkie en la calle en abril de 2016. Fue al final de una temporada que había comenzado con la llegada de Jerry Colangelo (que ha salido también tras un sainete en las redes sociales) para lavar la cara de la franquicia, que comenzó aquel curso 1-21 y llegó a estar 1-30. Hinkie no duró lo suficiente para vivir desde dentro las 52 victorias y el regreso a playoffs de la pasada temporada. Y se ha convertido en una especie de icono contracultural ("murió por nuestros pecados") al que le cuesta encontrar nuevo destino en la NBA porque el Proceso se puede vender como se quiera pero no es ni fácil, ni bonito ni totalmente seguro.

Este es un repaso rápido a los principales movimientos de la reconstrucción de los Sixers a partir de Hinkie, tentáculos que se extienden hasta el draft de 2023:

-Temporada 2013-14 (19-63): el número 11 del draft es para Michael Carter-Williams, Rookie del Año en 2014, traspasado a Milwaukee en 2015 y que ha jugado también desde entonces en Chicago y Charlotte. Y ahora lo hará en los Rockets. Además, el único all star del equipo, Jrue Holiday, se fue a Nueva Orleans en un paquete en el que los Sixers recibieron el número 6 del draft (Nerlens Noel: ahora en los Thunder tras pasar también por los Mavs) y una primera ronda de 2014 con la que se obtuvo a Dario Saric traspasando a Elfrid Payton. Además, Tony Wroten fue elegido en segunda ronda y Brett Brown llegó como entrenador.

-Temporada 2014-15 (18-64): elegidos en el draft Joel Embiid (número 3), Elfrid Payton (en el 10 y traspasado por Saric), KJ McDaniels (32) y Jeramy Grant (39). Además, Thaddeus Young fue enviado a los Wolves por una primera ronda de los Cavaliers en 2016, Mbah a Moute y Shved. En febrero se consumó el traspaso de Carter-Williams, a los Bucks a cambio de una primera ronda de los Lakers con protección top 3 en 2017.

-Temporada 2015-16 (10-72): elegidos en el draft Jahlil Okafor (3) y Richaun Holmes (37). Ninguno de los dos sigue en el equipo y Okafor apura sus opciones de no acabar siendo uno de los grandes fiascos de los últimos años. Durante la temporada se adquiere a Nik Stauskas, Jason Thompson, Carl Landry, una primera ronda de 2018 y derecho a cambiar los picks de 2017 con los Kings por los derechos de Arturas Gudaitis y Luka Mitrovic. Después, cortan a Tony Wroten y se hacen con Ish Smith a cambio de dos segundas rondas.

-Temporada 2016-17 (28-54): elegido en el draft Ben Simmons (número 1), Timothy Luwawu-Cabarrot (número 24 y ya en los Thunder) y Furkan Korkmaz (26). Jeramy Gran es traspasado despué a los Thunder por Ersan Ilyasova y una primera ronda de 2020 con protección top 20.

-Temporada 2017-18 (52-30 y segunda ronda de playoffs): los Sixers tienen el número 3 del draft, obtenido de los Kings, y lo invierten junto a otra primera ronda futura en subir al número 1 (de los Celtics) para draftear a Markelle Fultz, que apenas pudo jugar en su primera temporada por una lesión de hombro que puso en peligro incluso su mecánica de tiro. Con el número 25, otra primera ronda, es elegido Anzejs Pasecniks, que sigue en el Herbalife Gran Canaria.

-Temporada 2018-19: los Sixers regresan al top-10 del draft gracias a un pick de los Lakers que habían heredado de los Suns. Eligen a Mikal Bridges pero lo intercambian por el número 16 (Zhaire Smith) y una primera ronda de 2021 (de Miami vía Phoenix). Con otra primera ronda (número 26) los Sixers eligen a Landry Shamet. La habían recibido en el trade por Elfrid Payton en el que obtuvieron a Dario Saric.