Stern y la 'Decisión' de LeBron: "Sabíamos que iba a ser terrible"
El antiguo comisionado de la NBA habló sobre el cambio de equipo de James en 2010 en "The Soul of Basketball" de Ian Thomsen.
![Davis Stern, antiguo comisionado de la NBA, junto a LeBron James.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/3GFFCVWVB5J53OBVZ4BYIBHF5A.jpg?auth=88af93ae1628b4449693f15544d809a81cf1d876287ae2a4996f843aec520112&width=360&height=203&smart=true)
Era julio de 2010, cuando LeBron James se sentó delante de las cámaras para anunciar al mundo que se llevaría todo su talento desde Cleveland a South Beach. Fue el peor momento en la carrera del alero. No por la decisión de cambiar de escenario en busca de su primer anillo de la NBA, sino por la imagen ofrecida: nadie en Ohio entendió porque ese jugador, criado en Akron a menos de una hora de Cleveland, les despreciaba públicamente, delante de todo Estados Unidos.
Sus defensores no comprendieron quién le inculcaba las virtudes de utilizar semejante plataforma para anunciar que abandonaba su casa, a los que eran sus seguidores y vecinos. Así se interpretó en un reguero que nació en Internet y estalló en las calles: las ya imposibles camisetas de LeBron como ‘cavalier’ ardían (en las tiendas a precio de saldo a partir del día siguiente) mientras la policía tomaba posiciones en torno a la residencia de LeBron.
Su posición en la Liga se desmoronó entre sus semejantes y los seguidores conocieron a su enemigo moderno. Nadie había sido tan insensato y nadie estaba dispuesto a perdonarle. Un sentimiento azuzado desde la propia Cleveland (que se encontró de un plumazo sin proyecto) por Dan Gilbert, propietario de unos Cavs que en una dura carta lo acusó de traidor y de haberse borrado en los momentos decisivos de la traumática eliminación ante Boston en los últimos Playoffs. Un comportamiento de amante despechado al que todos se unieron.
"Fue (una decisión) terrible. Fue terrible por sí mismo. Es justo decir que sabíamos que iba a ser terrible, y trabajamos muy duro para que no sucediera", aseguró Ian Thomsen que le dijo David Stern sobre ese tema. Sin embargo, algo bueno quedó de todo ello: desde ese día, ningún otro jugador de la Liga norteamericana ha utilizado la televisión para realizar semejante acto de rebeldía.