Juzga a LeBron, desprecia a LeBron, adora a LeBron, teme a LeBron, reverencia a LeBron, aborrece a LeBron, espía a LeBron, interpreta a LeBron, imita a LeBron, vapulea a LeBron, ama a LeBron, fantasea con LeBron, humilla a LeBron, escruta a LeBron…LeBron, LeBron, LeBron… LeBron. El proclamado, ahora se sugiere que autoproclamado, King James, habló y Miami Heat salió de la cacareada bonanza de agentes libres del mercado 2010 convertida en la franquicia triunfadora y a la vez en el punto de mira: más analizada, anticipada y seguramente odiada que ninguna otra en la historia del deporte estadounidense. Una historia reescrita este verano con renglones torcidos. Wade, Bosh y LeBron juntos en el Sur de Florida. Un doble salto mortal de consecuencias demoledoras en lo deportivo y en lo social. Y el reflejo de todas las peculiaridades –novedosas, rupturistas e incluso enfermizas- de una sociedad inmersa en un nuevo siglo y en una revolucionaria hoja de ruta comunicativa. El circo de los últimos meses, la hoguera de las vanidades de las últimas semanas, es la imagen de lo que somos (o al menos de cómo lo somos) reflejada en un espejo monstruoso. Y en el centro de esa hoguera, en el epicentro de la tormenta, LeBron James. De Elegido a Nerón del siglo XXI…
El 19 de julio del año 64 ardió Roma de punta a punta. Una ciudad devastada para la historia. Para la leyenda, un imperio consumido por el deseo narcisista y cruel de un emperador, Nerón, obsesionado, con erigir a partir de las cenizas un nuevo mundo a su gusto, imagen y semejanza. A las 00:01 del 1 de julio de 2010 LeBron Raymone James, jugador de baloncesto, se convertía en agente libre y saltaba al mercado NBA tras siete temporadas defendiendo la camiseta de Cleveland Cavaliers. Una semana después, el jueves 8 de julio, anunciaba el camino de su futuro en un programa especial de ESPN que se fue hasta las seis horas entre previa, nudo y análisis: ‘The Decision’. Era La Decisión, con mayúsculas y era una frase que ya forma parte de la historia de la NBA: “el próximo otoño me llevaré mis talentos al sur de Florida para jugar con Miami Heat”. Allí esperaban las otras dos piezas más codiciadas de un mercado de agentes libres sin parangón: Dwyane Wade, renovado, y Chris Bosh, en traslado / huída desde Toronto. Todos con siete años de experiencia, todos en un momento óptimo de sus carreras. El Apocalipsis (‘LeBroncalypse’ lo llamaron) representado en unos fastos al ego draconiano, un programa en prime time que resultó un canto narcisista y empalagoso, difícil de digerir y justificar para cualquiera que no resida en la soleada Miami (otro nombre que se le ha dado: ‘The championship of me’). La liga convertida en cenizas, reescrita al antojo de tres jugadores de baloncesto. LeBron en la picota. Sus camisetas ardiendo en Cleveland y aficionados sacando abonos para las ligas de verano sin más intención que comenzar a abuchear a Miami Heat ya, tres meses antes de que comience la competición. De héroe a villano, de elegido a psicópata egocéntrico. Tocando la lira y fantaseando con un nuevo reinado mientras su Ohio natal ardía en llamas. Todo enlatado y servido, pura pompa, por ESPN mientras foros y redes sociales entraban en combustión espontánea. Casi 2000 años después, Nerón 2.0. Nerón siglo XXI: LeBron James.
La decisión
Sobre los cadáveres de años de habladurías e ingeniería de despachos en las franquicias con aspiraciones de reconstrucción (New York, New Jersey, Chicago, Miami…), la mañana del 8 de julio amaneció con la certeza de que LeBron James ficharía por Miami. Días antes se había confirmado la renovación de Dwyane Wade y la llegada de Chris Bosh. Con LeBron, llegaba la madre de todos los ‘big three’, el terror redefinido y amplificado para el resto de la liga, una nueva forma de tiranía en gestación. Resumir meses de movimientos, miles de análisis y literalmente millones de informaciones / rumores / suposiciones / dogmas de fe expresadas en blogs y redes sociales sería una tarea masoquista. En una visión rápida, Knicks y Nets salieron pronto de la ecuación, James no convenció a Bosh para que le acompañara en Cleveland y Wade rechazó su Chicago natal cuando las piezas comenzaron a encajar en un escenario mucho más sugerente. El telón fantasma de la continuidad en Cavs se sostuvo cada vez con menos aplomo hasta que cayó y descubrió la realidad: el mercado de agentes libres que parecía destinado a redistribuir la riqueza y transformar los equilibrios de poder en la liga terminaba con golpe de estado de Miami Heat. Mientras, otras piezas valiosas optaban por la vía continuista (Pierce, Allen, Nowitzki, Joe Johnson), algunos se quedaban con retales de fábrica (Clippers, Nets) y otros daban pasos menos decisivos de lo previsto hacia el futuro (Knicks) o reafirmaban, aún sin cazar megaestrellas, un proyecto equilibrado, pensado, trabajado y de apariencia muy atractiva (Chicago Bulls).
Más allá de (inevitables) valoraciones emocionales y sociales, la jugada parece maestra desde el punto de vista deportivo para los nuevos tres tenores de Miami. Pero LeBron aparece instantáneamente vapuleado, desprestigiado y analizado de forma sangrante desde todos los flancos. Con una certeza que pone al mundo de acuerdo, como todo gran cataclismo, y que reside en el terrible error que supuso ‘The Decision’, el programa especial de ESPN en el que James cantó al mundo que sus talentos se marchaban de casa. Sonó a travesura juvenil, a aventura con los amigos. Sonó a exhibición insensible y egocéntrica. Sonó hueco e innecesario y, por encima de todo, arrojó la imagen del LeBron más débil e inseguro que nunca hubiéramos imaginado. Seguramente inmerso en un circo con demasiados leones (¿y algún payaso…?) por su Business Manager e intimísimo Maverick Carter, mal aconsejado por su entorno y torpemente justificado detrás de la donación de los réditos del programa (a los Boys And Girls Clubs of America). Envoltorio artificial e innecesario para un acto que sólo requiere firmar un cheque y para un personaje que le puede poner a ese cheque los ceros que le dé la gana. Literalmente.
Los analistas saltan a la yugular: LeBron habla de sí mismo en tercera persona y vende como ejemplificador un comportamiento que América no consigue digerir. El show no obtiene respaldo alguno, atragantado en el gaznate del país. La imagen de LeBron se transforma de forma integral en cuestión de segundos. Sus defensores no comprenden quién le inculca las virtudes de utilizar semejante plataforma para anunciar que abandona su casa, a los que eran sus seguidores y vecinos. Así se interpretó en un reguero que nació en inernet y estalló en las calles: las ya imposibles camisetas de LeBron como ‘cavalier’ ardían (en las tiendas a precio de saldo a partir del día siguiente) mientras la policía tomaba posiciones en torno a la residencia de LeBron.
Un proceso desquiciado y excesivo, con las emociones a flor de piel, en el que todos tienen culpa y por le que los medios de comunicación deberían mirarse más a los ojos y menos al ombligo. Una escenificación surrealista azuzada por Dan Gilbert, dueño de los Cavaliers y multimillonario con impoluta imagen de triunfador, que perdió toda noción de dignidad y remitió una carta en la que tachó a LeBron de traidor y prometió que habrá un anillo en Ohio antes que en el sur de Florida. Horas después acusó a LeBron de borrarse en los momentos decisivos de la traumática eliminación ante Boston en los últimos playoffs. Un comportamiento de amante despechado, curioso para quien ha alimentado al monstruo al que ahora desprecia tras permitirle todo capricho. Los fans arropan a Gilbert y se ofrecen a pagar la multa que le ha impuesto Stern. El corazón no deja lugar a la razón: seguidores de a pie quieren cargar con la multa del millonario que afrentó a la estrella por la que acaba de despedir a un entrenador y a un General Manager y a la que hasta horas antes quería firmar con un contrato de más de 120 millones de dólares. El circo sigue y el reverendo Jesse Jackson salta a la palestra con un oportunismo anticlimático para remover odios raciales y sugerir comportamientos esclavistas. En este nuevo mundo los esclavos de Jesse Jackson firman contratos de más de 100 millones de dólares y son imágenes icónicas que cubren fachadas enteras de este a oeste de los Estados Unidos…
Error en las formas, cambio en el fondo
La decisión de LeBron James admite cualquier tipo de análisis, todos los prismas en un flujo en el que razón y sentimiento se confunden y en el que a veces cuesta identificar qué circula de la calle a los medios y qué hace el mucho más tradicional viaje inverso. Es el signo de los tiempos y el impacto de las nuevas formas de comunicación en los saturados carriles de las autopistas de la información.
Madre mía, qué relato!! Grande Juanma Rubio. Mal Lebron, mal.
07/22/2010 10:22:31 PM
NBAHouse
Extraordinario, de verdad. Espero que la gente lea y valore artículos como este porque luego se habla de la poca calidad de la prensa deportiva etc etc y se dejan pasar artículos como este. enhorabuena, de los mejor que he leído sobre el tema de miami en TODA LA PRENSA MUNDIAL
07/22/2010 10:31:11 PM
Basketman
Que gran artículo. Muy bien escrito, muy sensato. Gran simil Nerón y Lebrón. Espectacular. Mis felicitacioens
07/23/2010 01:28:45 AM
Kike
Pocas veces te imaginas todo lo que se dice en un articulo deportivo como si leyeras un libro, pero con este articulo puff, BRAVO!!
PD: y que para encontrar este gran articulo tengas que buscar y luego te encuentres en ese periodico tanta basura a la vista, no hay quien lo entienda
07/23/2010 02:46:02 AM
Ricar
Un artículo de premio, así de sencillo y de claro. Para recuperar la fe en que se puede hablar de deporte y lo que lo rodea con categoría, conocimiento y capacidad de análisis. En cuanto a LeBron, me permito seguir con el simil romano en el caso Lebron para preguntar: "Quo vadis, LeBron?..."
07/23/2010 09:14:07 AM
el_emi
Que gran artículo, lo estaba leyendo con la misma emoción que un libro del que no sabes el final, porque en el artículo tampoco lo sabes.
¿Triunfo o fracaso?
¿Equivocación o acierto?
Hasta Junio del año que viene no lo sabremos.
07/23/2010 09:58:53 AM
JB
Uno de los mejores articulos deportivos que jamas he leido...
07/23/2010 11:53:15 AM
Julen
Gran artículo. De lo mejor que he leido en este diario.
07/23/2010 12:07:44 PM
victor zgz
grande juanma,de matricula de honor.
07/23/2010 12:41:23 PM
Marcos
Sigo a Juanma Rubio con atención, en sus crónicas y en este blog en el que por desgracia no se prodiga demasiado. Eso sí, cuando lo hace sienta cátedra. Esto es un análisis profundo, brillante y literario del tema más importante en mucho tiempo del mundo del baloncesto. Algún día este periodista (escritor más bien) sería una referencia y recordaremos que le leíamos en este blog. Cuando se profundiza, se domina y se sabe explicar el verdadero corazón de las noticias. Cuando se trata a los lectores como a personas adultas y amantes de la buena lectura. Cuando se cuida el fondo y las formas y se escribe con cariño, pasión y un sexto sentido que la mayoría no tenemos... entonces surgen periodistas como este y artículos extraordinarios como este. El diario AS tiene una joya que se llama Juanma Rubio y que va a llegar muy lejos. Espero y deseo que, como yo como tantos (me consta) lo sepan ve. Mi felicitación más sincera
07/23/2010 12:43:50 PM
Adán
Muy, muy bueno el artículo. Me he emocionado al leerlo.
07/23/2010 12:54:49 PM
OsKar108
Solo quería dar un "aplauso virtual" y añadir que me parece realmente exhaustivo y bien escrito. Soy un aficionado medio al baloncesto (medio-bajo incluso se podría decir más bien), eso sí, me gusta bastante verlo, aunque mi conocimiento-seguimiento no sea demasiado grande; pero a lo que me venía a referir es lo bien que explica las múltiples capas del show de la NBA (adaptable a otros muchos, muchísimos ámbitos de la sociedad) y del fichaje de Lebron (y Bosh) en particular.
¡Saludos!
07/23/2010 02:57:44 PM
richard
excelente no recuerdo haber leido un articulo tan presizo y tan bien logrado como la que realizaste, ni siquiera en las revistas especializadas como slam, dime o la que se te ocurra.
Tu nota es perfecta y la disfrute como no tienes idea, lastima que tengamos que esperar 6 años para ver la conclusion de la novela James.
07/23/2010 11:48:09 PM
francisco samuel
Me ha encantado este artículo y me ha parecido muy interesante. Veo que hay grandes narradores en el deporte aparte del magnífico John Carling. Felicidades y espero que Lebron se dé de bruces.... no es un gran jugador. Un saludo a todos!
07/24/2010 03:21:42 AM
Carmen
Acabo de descubrir tu blog, me ha parecido magnífico el artículo, por lo menos no es tan subjetivo, como otros que escriben sobre baloncesto, es genial tu comienzo sobre Le Bron ( de cual soy bastante admiradora), espero que sigas haciendo estos artículos tan buenos y completos, de ahora en adelante leeré todo lo que escribas, ¡ánimo!
07/24/2010 06:32:49 PM
Juan Antonio García García
Estupendo artículo. Es una gozada leer análisis como este. Se nota todo el trabajo y el cariño hacia el baloncesto que hay detrás. Sólo este artículo ya redime a nuestra nefasta prensa deportiva que no pasa del titular y del ombliguismo con nuestros deportistas.
Mi más sincera enhorabuena a Juanma Rubio y espero que siga así
08/03/2010 08:23:40 PM
jorgerod
simplemente magnifico,espectacular.
enhorabuena
08/07/2010 02:11:57 PM
tito aldeanovita
otro gran articulo de juanma rubio, el mejor blog sin duda.
a ver ahora miami como encaja a sus 3 "dioses" como no gane en su primera temporada se rompera ese triangulo de las vanidades
08/17/2010 01:05:59 PM
halcones mazatlan
Muy padre el contenido, que interesante me gustaría saber mas visita mi pagina web =)
Muy bueno de verdad, es extenso pero muy entretenido y facil de leer. Liebron (por lo rápido que se fue de Clevelan) ha demostrado la clase de gente que es. Típico de muchos deportistas de esta generación pura espuma de marketing, igualmente no creo que los Heat puedan amalgamar un equipo y que en series de playoffs va a tener serios problemas frente a equipos hechos.
Párrafo aparte para Pat Riley viejo zorro de los escritorios