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NBA SUMMER LEAGUE

Inicio horrible de Young, el base 'que mandó' a Doncic a Dallas

El base ha firmado unos números paupérrimos en los tres partidos de los Hawks en la Liga de Verano de Utah. Fue número 5 del último draft.

Inicio horrible de Young, el base 'que mandó' a Doncic a Dallas
Stacy RevereAFP

En los despachos de las franquicias hay que jugar, apostar. Suelen hablar siempre los general manager con más experiencia del estrés que implica su trabajo, de las noches en vela haciendo gestiones, de los partidos encerrados en salas incomunicadas porque no soportan que su trabajo y la barbaridad de millones que mueven dependan, finalmente, de si entra o no un tiro, se lesiona o no un jugador... Así sucede cada día pero especialmente en cada ventana de mercado... y no digamos en el draft, donde esas apuestas multiplican el riesgo porque se trabaja con chicos todavía por desarrollar y que no han jugado ni un segundo en la NBA.

Y en el draft de 2018 no había una apuesta mayor que Trae Young, el jugador que había incendiado una temporada NCAA que se le acabó haciendo algo larga: sus Sooners de Oklahoma cayeron ante Rhode Island, en la primera ronda del torneo y en la prórroga. Young acabó su temporada (la única en la universidad) con 27,4 puntos y 8,7 asistencias de media y un 36,4% en triples. Miembro del equipo All-American, Young llegó a la NBA con 19 años y su escaso 1,88. Atlanta Hawks eligió a Luka Doncic en el número 3 y lo envió a Dallas Mavericks a cambio del base de Lubbock.

¿Qué pasa con Trae Young? Que es jugador totalmente polarizador, con uno de los techos más altos pero también con uno de los suelos más bajos de la cabeza del draft. Capaz de evolucionar hacia una especie de Stephen Curry 2.0 (un jugador transformador de su franquicia) o de quedar como un bust de enormes proporciones. Seguramente y por su estilo, sin término medio: Young es un jugador muy pequeño y que acapara volumen de posesión y tiros en unos Sooners con muy poco talento a su alrededor. También es un jugador eléctrico capaz de enlazar triples desde cualquier posición, con rachas imposibles de anotación. ¿Cómo se traslada eso a la NBA? Imposible saberlo. Por eso hay que tener mucho valor para hacer un movimiento como el que hicieron los Hawks. Young puede ser el despertador de una franquicia absolutamente de capa caída y en reconstrucción. También puede ser un nombre maldito por el que siempre recuerden en Georgia que dejaron ir a Luka Doncic (si el esloveno, claro, está a la altura de lo que se espera de él).

De momento, el arranque de Young en la Liga de Verano de Utah ha sido terrible. No tiene demasiada importancia (o ninguna), por el momento y el rango de estos partidos, pero sí da la primera munición a los que quieran ser más pesimistas. El base ha mostrado problemas para defender y jugar entre el tráfico físico de las zonas y ha comenzado sus tres partidos con al menos cinco fallos en el tiro seguidos. Por su selección y su forma de jugar, esos errores son muchas veces groseros (igual que sus aciertos son muchas veces épica). Nadie ha tirado más que él y sus Hawks han perdido sus tres partidos, el últimos 92-87 frente a los Jazz. En ese encuentro Young acabó con 10 puntos, 4 rebotes y 7 asistencias por 6 pérdidas, un 3/16 en tiros con un 1/8 en triples. En total, ha firmado unos promedios de 23% en tiros de campo (12/52), un 13% en triples (3/24) y un 65% en tiros libres. Con 13 asistencias totales por 12 pérdidas. Lo bueno para él, que es solo el principio del principio. Y que el equipo deja Utah y se va a jugar a Las Vegas. Otra oportunidad...