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ENTREVISTA EXCLUSIVA

Pedir el traspaso en la NBA para volver a disfrutar: la montaña rusa de Willy Hernangómez

Los peores momentos, el traspaso como única salida, la ilusión recuperada, la lesión de su amigo Kristaps Porzingis...

Pedir el traspaso en la NBA para volver a disfrutar: la montaña rusa de Willy Hernangómez
Emilio CobosDIARIO AS

El pívot español Willy Hernangómez habló con As en las oficinas de NBA Spain sobre una temporada que comenzó en los Knicks y acabó en los Hornets. El 'cinco' contó con detalle cómo vivió todo el proceso que acabó en traspaso, las diferencias entre las dos franquicias, la grave lesión de su gran amigo Kristaps Porzingis y mucho más. Las emociones de una segunda temporada difícil en la que le ha tocado vivir otra cara de la NBA. Una montaña rusa...

RELACIONADO: aquí, la primera parte de la entrevista (Doncic, Llull, LeBron, las Ventanas...)


Vamos con la NBA... Vienes de los dobles-dobles de tu primer año en Nueva York, 72 partidos disputados como novato, más de 18 minutos de media, mejor quinteto rookie... Entonces llega esta temporada y se pone por delante en la rotación Kyle O'Quinn. ¿Cómo vives tú ese primer paso atrás?

"Llega a ser frustrante. Quieres saber qué pasa. No entiendes porque no hay continuidad, porque no se sigue con el plan, las expectativas que teníamos todos para mi segundo año en Nueva York. Ver que tú estás dando el 100%, incluso más que otros compañeros, que estás dominando en los entrenamientos y que todo eso no tiene los resultados esperados. Llega a ser muy frustrante, la verdad. Y al final, bueno, no fue culpa ni del entrenador (Hornacek) ni del presidente Steve Mills, que ya estaban el año pasado. Al final llega una persona nueva a la directiva (Scott Perry, general manager de los Knicks desde verano de 2017) y no me ve parte ni del presente ni del futuro de la franquicia, decide que no hay que jugar conmigo. Así que decidimos que hay que pedir el traspaso. Creo que fue una decisión adecuada. Llegar a Charlotte y acabar jugando incluso mejor que el primer año en Nueva York es complicado. Demuestra que el trabajo está ahí y demuestra que cuando hay oportunidad puedo jugar bien. Así que me quedo con el final, con el buen sabor de boca y muy ilusionado de cara a mi futuro en los Hornets".

Vamos a centrarnos en la parte anterior al traspaso. ¿Cómo sucede exactamente aquello? Ves que la situación no va a mejorar, supongo que hablas con la franquicia, la franquicia corrobora... ¿Cómo se da exactamente el paso? ¿Eres tú, tu equipo, el que pide directamente el traspaso a la franquicia?

"Sí. Llegó un momento en el que no vimos otra salida más que intentar pedir el traspaso porque no había otra manera de poder jugar, que al final es lo que quiero. Dos días antes del cierre del mercado se lesiona Porzingis y aun así así me siguen traspasando, así que está claro que no contaban conmigo para nada. Y muy feliz de que me traspasaran, solo tengo palabras de agradecimiento para Hornacek, para el presidente Steve Mills y para los compañeros. Gracias a ellos he podido jugar en la NBA y he podido demostrar que puedo esta allí muchos años. Estoy muy ilusionado porque creo que Charlotte va a ser un gran sitio para mí".

Salir de Nueva York también significa separarse de Porzingis, tu gran amigo, que además se acababa de lesionar y estaba viviendo un mal momento... ¿Cómo llevas esa ruptura?

"Fue complicado. Kristaps (Porzingis) y yo somos mejores amigos. Los últimos seis años hemos pasado más tiempo juntos que con cualquier familiar, cualquier amigo... Desde los años en Sevilla. Y fue un momento muy duro. A Kristaps se le nota que es de los países del este, no es tan cariñoso ni expresa sus emociones como hacemos, por ejemplo, los españoles. Y me acuerdo de cuando recibió la noticia, salió llorando y vino directo a darme un abrazo. Son momentos especiales que él y yo guardamos entre hermanos, que es lo que somos. Ahora está en Madrid, sigue trabajando y es genial poder vernos. Cada vez que voy a Nueva York nos juntamos. En cuanto tenemos dos días libres nos juntamos".

El mensaje de Willy a Porzingis tras su lesión

Sigamos con el traspaso. Llegas de Nueva York, allí se dijeron cosas sobre tu trabajo, tu defensa... Y llegas a Charlotte. ¿Borrón y cuenta nueva? ¿Llegas con fuerzas renovadas?

"Fue un cambio, una etapa nueva. Mentalmente un nuevo reto, una oportunidad de poder asentarme en un equipo nuevo en el que realmente me querían. Con Charlotte hice entrevistas antes del draft y entonces ya me querían. Eran uno de lo equipos que me quería draftear, pero Nueva York me cogió un par de puestos antes. Siempre me han querido y me han demostrado mucho cariño. Algunas veces leía muchas cosas del tema defensivo. En Nueva York no teníamos ningún estilo en defensa. Cada uno se las apañaba como podía. Y para mí fue súper fácil llegar a Charlotte, un equipo en el que el entrenador tenía unas normas muy claras. Aquí todo el mundo defiende en equipo, todo el mundo se ayuda y creo que se puede ver por números que mi defensa no era tan mala como muchos decían (ríe). Aunque al final no me fijo en eso. Estoy contento porque he acabado jugando muchos minutos y he podido disfrutar".

¿Cómo se viven los momentos previos al traspaso desde dentro? ¿Sabes qué equipos están involucrados en el proceso?

"Muchos equipos preguntan a Nueva York... ¿Qué pasa con Willy? ¿Por qué no juega? Nosotros le queremos. A mí me llegan muchos, muchos equipos que me querían en sus plantillas. Más de la mitad de la liga. Y eso me ayudó a darme cuenta de que, bueno, algo no funcionaba y por eso no estaba jugando en los Knicks pero supongo que estaba haciendo las cosas bien porque muchos otros me querían. Entonces pido el traspaso y entras en conversaciones con muchos equipos. Nueva York, se lo tengo que agradecer al presidente Steve Mills, siempre ha buscado lo mejor para mí. Yo no pude tomar esa decisión, al final me mandan allí porque les viene bien. Pero ellos sabían que era un buen destino para mí".

Llegas a Charlotte, mercado mucho más pequeño que Nueva York. ¿Cuáles son las diferencias principales que has visto entre los Hornets y los Knicks? Entrenamientos, compañeros...

"Bueno (ríe), mil diferencias. Al final, un entrenador en Charlotte como Clifford, respetado por todo el mundo... Todo el mundo hacía exactamente lo que él decía. Los entrenamientos eran entrenamientos de verdad. Cada uno teníamos unas normas y si no las cumplías te ibas a enterar... Por eso era tan fácil jugar en ataque y en defensa. Todo el mundo sabía donde iba a estar todo el mundo. Todo el mundo confiaba en los demás. En Nueva York era todo un poco más libre, cada uno al final se sacaba las castañas como podía. Y bueno, así ha ido su temporada..."

Al principio tampoco juegas en Charlotte. ¿A qué se debe? ¿Cómo cambia la situación?

"Estoy muy contento porque Clifford se aseguró de que estuviera preparado. No me quería sacar hasta que no me supiera todas las jugadas, etc. Porque era un cambio difícil de un equipo al otro, de un estilo a otro. Y cuando supo que yo ya estaba preparado fue cuando me dejó jugar y así pude hacerlo bien".

Parece por lo que cuentas que Clifford era un apoyo importante para ti. Ahora llega James Borrego, asistente de Popovich, con todo lo que eso significa...

"Sí, todavía no he podido hablar con él porque ha sido todo muy reciente. Pero estoy seguro de que hablaré con él en las próximas 48 horas. Saber que viene de una franquicia como San Antonio, en la que las cosas se hacen siempre tan bien, me da mucha tranquilidad. Y esperanza de cara al futuro. Es un entrenador joven y creo que va a ser genial para el futuro de los Hornets y genial para mi presente también. Creo que conseguir esa confianza entrenador-jugador y también general manager desde el principio es muy importante, por eso creo que cuanto antes sepa que tengo muchas ganas, que quiero jugar y que estoy comprometido, mejor".

Igual le puedes preguntar a Pau...

"Sí, sí. Le Preguntaré (ríe). Ayer le mandé un par de mensajes, pero está de vacaciones. Así que ya le llamaré".