Nikola Mirotic y los New Orleans Pelicans finalizaron la temporada esta madrugada tras caer en el quinto partido frente a los Golden State Warriors en la Bahía. El balance, de todas formas, no ha podido ser más positivo tanto para franquicia como para el jugador. Después de perder a DeMarcus Cousins se desgarrase el tendón de Aquiles a mediados de enero, el equipo de Luisiana supo rehacerse y no solo alcanzó sus primeros playoffs en tres años, sino que además barrieron en primera ronda a los Portland Trail Blazers, accediendo a las semifinales del Oeste por primera vez desde 2008... cuando Chris Paul cumplía su segunda temporada en la NBA.

En cuanto al ala-pívot, la sonrisa ha vuelto a su rostro después del incidente con Bobby Portis. El puñetazo lo cambió todo: el duro trabajo realizado durante el verano que le privó del Eurobasket, el clima en el vestuario de los Bulls y unos objetivos personales que ya solo pasaban por el traspaso. Un hecho que ocurrió en enero cuando se le garantizó el segundo año de contrato (tiene una opción de renovación por parte del equipo) y después de realizar unos buenos 25 encuentros en Chicago: 16,8 puntos, su máxima en la Liga (basketball reference).

En Nueva Orleans, al aterrizar todo era diferente. Sobre todo, las metas. En Chicago, la reconstrucción. En los Pelicans, los playoffs. Mirotic se afeitó y realizó actuaciones majestuosas como sus 30 tantos en el tercer partido frente a los Blazers. Los compañeros, la ciudad, la estructura de la franquicia... todo ha elevado la moral y confianza de un Niko, que asegura querer continuar en Luisiana. A la pregunta de Will Guillory (Nola.com) de si quiere seguir en el equipo durante más tiempo, contestó: "Sin duda... Esto ha sido como una familia para mí (...). Este es el lugar donde quiero estar".