Mirotic cuenta el incidente con Portis que le llevó al hospital
El ala-pívot de los Pelicans, que está viviendo el mejor momento de su carrera en Nueva Orleans, contó con detalle el famoso incidente en El Larguero.
Nikola Mirotic se perdió los primeros 23 partidos de la temporada por un puñetazo de su excompañero Bobby Portis. Ahora, meses después del incidente y mientras vive el mejor momento de su carrera con los New Orleans Pelicans, el ala-pívot ha contado con detalle la historia completa en los micrófonos de El Larguero (Cadena Ser). ¿Cómo ocurrió? ¿Habían tenido problemas antes? ¿Cuál es su relación actual?
Mirotic cuenta el incidente con su excompañero Portis
El principio del problema y el quinteto titular
"Fue una mala experiencia. Algo que nunca pensé que pudiera ocurrir en un entrenamiento. Y menos en el momento en el que pasó, un día antes de que nosotros empezáramos la (pre) temporada. Nosotros habíamos tenido un par de calentones, pero eso no es algo que no haya pasado nunca en un entrenamiento. Después él cruzó la línea".
"No estuve en Chicago mucho tiempo, porque no tenía contrato garantizado y estaba trabajando por mi cuenta, con mi entrenador y mi preparador físico. Ellos eran casi todos jóvenes y estaban trabajando juntos. Yo había oído, me habían dicho, que a él le habían prometido un puesto en el quinteto titular. Y yo llegué al equipo un día antes de que empezara la temporada, pero llegué en muy buena forma aunque hubiera estado entrenando por mi cuenta. Y me gané el sitio. Entonces, cuando el entrenador le dijo que yo iba a ser titular sí que noté que él estaba como súper enfadado con todo el mundo, sobre todo conmigo. Como si fuese mi culpa. Me convertí en su enemigo".
El incidente y la falta de control
"Después sí que vi que él estaba muy suelto, que estaba buscando conflicto. Entonces, lo que yo intento es simplemente hacer mi trabajo, ser profesional. Hacer lo que me pidan. Pero claro, los entrenadores, cuando tienes un equipo tan joven, hay que tener control. Y eso es justo lo que no tuvimos. Era entrenar como locos, arriba, abajo, correr, pelearse... Lo que hacíamos no era baloncesto. Nos preparaban para algo que yo no había visto nunca antes... No había ninguna estrella y casi ningún veterano, solo Robin Lopez. El entrenador dijo que todos los puestos del quinteto estaban abiertos, entonces era una pelea. Aquello era una pelea..."
"Y entonces, a él un día se le cruzó. No sé que le pasó por la cabeza. Nos estábamos empujando en el entrenamiento y cuando me di la vuelta me dio un puñetazo. Bueno, fueron más. Dos o tres. Yo esquivé el primero y el segundo, pero el tercero ya... Pasó todo muy rápido".
Aprender y seguir
"Es algo que, viéndolo ahora, creo que se podía prevenir. Porque ya nos habíamos calentado en el entrenamiento, había hablado muy mal de mí... Ha sido una historia también para aprender, para estar preparado para todo. Nunca sabes lo que puede ocurrir. Yo salí mucho más fuerte".
"Yo tenía dos maneras. Ser profesional, buen compañero, buen amigo y seguir adelante. O no volver con el equipo, no vuelvo con este tío y ya está. Al final (jugó con Chicago hasta el final de enero), sabía que antes de volver el equipo estaba muy mal, estaban perdiendo. Y quise volver para ayudar al equipo".
Saludos y el futuro
"Nunca nos hemos saludado. Alguna vez nos hemos chocado las manos o alguna otra vez desde lejos, pero nunca nos hemos hablado y creo que nunca lo vamos a hacer. Simplemente intentamos los dos ser profesionales y que cada uno siga por su lado".