Volvió Smart, volvió el Garden, volvieron los Celtics
El equipo de Boston pone el 3-2 en la eliminatoria con cierta polémica por una canasta de Al Horford que no debió subir al marcador por ser fuera de tiempo.
En toda serie de playoffs igualada, el factor cancha es crucial. Por muchas estadísticas que se esgriman al respecto, lo cierto es que los momentos decisivos suelen caer con más probabilidad que no del lado del de casa. Si estamos hablando, como es el caso, de una de las canchas más míticas del planeta, el Garden de Boston, y una de las aficiones más entregadas al deporte y a sus equipos, la de la gran ciudad de Massachussets, con mayor motivo aún.
Los dos últimos partidos de los Boston Cletics contra los Milwaukee Bucks, jugados en Wisconsin, habían sido tensos, duros y jugados al límite, como mandan los cánones. Se fueron para el casillero de victorias de los Bucks e igualaron la serie a dos. Así que el Garden habría de ser clave. Y lo fue. Con toda su intensidad. Con su empuje sin desmayo. Con su amor por el verde propio por bandera.
Y con su pasión por aplaudir a jugadores que, independientemente de su talento, son capaces de dejar cada gota de sudor, o sangre si es preciso, en el parqué. Como, por ejemplo, Marcus Smart.
Smart volvió a jugar más de un mes después de haberse fracturado el pulgar y haberse tenido que operar. Lo que se puede esperar de él es conocido. Y no decepciona. La ovación que recibió del Garden explicó la ascendencia que tiene sobre el grupo y sobre el espíritu actual de la franquicia.
Desde el primer instante, en el que se lanzó a por un balón suelto tras una defensa agerrida, hasta el instante final, con tapones y y robos espectaculares por el medio, Smart sumó nueve puntos, cinco rebotes, cuatro asistencias y tres tapones en 25 minutos de intensidad absoluta.
Junto a él, Al Horford recuperó su rol de hombre clave en esta plantilla con 22 puntos y 14 rebotes. Martilleó el interior de la zona, donde los Bucks fueron superados, y agrandó el campo con sus tiros. Uno de ellos, además, fue la gran polémica del encuentro. Eran los instantes finales, los Bucks estaban remontando y el pivot lanzó un triple que estaba fuera del tiempo de posesión. Y no por poco. El rebote fue capturado por el equipo de Boston y los Bucks consumieron un tiempo precioso.
Los de Milwaukee tuvieron una noche horrenda en el tiro. Llegaban al duelo con marca de 54% en tiros de campo, la mejor de los playoffs, y sólo pudieron llegar al 37% en este quinto encuentro. Eso llevó a ponerles hasta 16 puntos por debajo. Ni Antetokounmpo, ni Middleton a pesar de sus 23 puntos, ni ninguno de sus compañeros, con la notable excepción de Jabari Parker, que sumó 17 tantos con un 50% de acierto desde el banquillo, tuvieron su mejor noche.
El greek freak, en concreto, se pasó minutos y minutos sin tener ningún impacto en el juego lo que, sin duda, contribuyó a la victoria de los Celtics por un 92-87 final.
De momento, nadie ha ganado en esta serie fuera de casa. Y, viendo como se ha comportado el Boston Garden, eso pone a los Celtics al volante de la eliminatoria. No sólo porque van 3-2, sino porque un eventual séptimo partido sería en su casa y, como se ha visto esta noche, esa no es poca ventaja.