Y ahí están los Spurs, en playoffs en el penúltimo día. Casi un aterrizaje de emergencia. Algo a lo que desde luego no nos tenían acostumbrados pero seguramente en una de sus carreras más impresionantes, con un mérito más humano y especialmente sufrido. Estos Spurs huelen más a supervivencia que a excelencia, un sálvese quien pueda que se ha ido rumiando con el drama de Kawhi Leonard entre bastidores. Constante, como un zumbido sordo pero insoportable: el alero solo ha jugado nueve partidos y la única duda ya con él es si volverá a vestir la camiseta de los Spurs: no hay por qué pensar que no, pero no había por qué pensar casi nada de lo que ha pasado con él…

Los Spurs se vieron novenos hace un mes, cuando perdieron 9 partidos de 11 y cayeron a un peligrosísimo 37-30. Desde ahí hasta el actual 47-34 que vale el billete para las eliminatorias…y son ya 21 temporadas seguidas para el milagro en movimiento de Gregg Popovich. Desde que él mismo le movió la silla desde los despachos a Bob Hill en 1996, el equipo se lanzó a un tanking poco disimulado que acabó con el premio gordo de la lotería (Tim Duncan)… y hasta hoy. 1998-2018: 21 años seguidos en playoffs. Lo nunca visto. Una racha histórica, prácticamente inexplicable y que no tiene comparación en el resto de grandes ligas estadounidenses: los Penguins llevan 12 años seguidos en la NHL, los Patriots 9 en la NFL, los Dodgers 5 en la MLB… y en la NBA lo más parecido eran las diez que acumulaban los Hawks antes de quedar eliminados este año, en las cloacas de la clasificación.

Parece irónico que los Spurs sacaran billete ante los Kings (98-85), el reverso de la moneda: con este serán 12 años fuera de playoffs, desde 2006. Desde entonces, ni una temporada de 40 victorias, nada mejor que el 38-44 de hace justo una década (2007-08) y un montón de promesas esfumadas. La peor racha abierta de la NBA si los Wolves (ausentes desde 2004) finalmente se meten en su finalísima del miércoles contra los Nuggets. Los Spurs, mientras, jugarán contra los Pelicans por el posicionamiento de cara la primera ronda. Pueden ser cuartos y tener factor cancha, pueden ser séptimos u octavos y jugar contra uno de los dos cocos, Rockets o Warriors.

Sea como sea, el mérito de estos Spurs supervivientes es descomunal, más allá de que vaya a ser su primera temporada en estos 21 años por debajo del 61% de triunfos (50-32 en la 2009-10). Acabarán en 47 o 48, por debajo de 50 (y es increíble que nos parezca increíble) pero con un espectacular trabajo de orfebrería de Gregg Popovich, con menos mimbres que nunca si se suman nombres, lesiones y edades. Este equipo, mal entrenado, podría haber estado en la carrera por el draft 2018, y creo que no exagero. Pero ha vuelto a aterrizar en los playoffs. Sufriendo, defendiendo, inventándose recursos, redescubriendo a LaMarcus Aldridge, agarrándose a Manu Ginóbili… los Spurs, siempre. Pase lo que pase.

El billete llegó en un partido que define la temporada de los texanos: una tonelada de sudor, más dudas que certezas… y soluciones. Los Kings ganaban 48-62 a 5 minutos para el final del tercer cuarto y 75-77 en el ecuador del último, que se cerró con un parcial de 38-19. En la segunda parte cargaron el inamovible Ginóbili (17 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias), para el que este final de temporada ha sido un empeño personal, y Rudy Gay (18+6), acompañados por Forbes (11 puntos) en un banquillo que dio vida a un equipo terriblemente mecanizado, en el peor sentido, de salida con la primera unidad. LaMarcus Aldridge acabó con 15 puntos y 14 rebotes y Pau Gasol sumó 2 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en 20 minutos. El español va a jugar sus duodécimos playoffs, los terceros desde que dejó los Lakers (uno con los Bulls, serán los segundos con los Spurs).

21 años. Una racha única, que parece irrepetible. Hasta ahora, en los 20 anteriores, esto: cinco anillos, una Final perdida, cuatro derrotas en la fina de Conferencia, seis en segunda ronda y cuatro en primera. A partir del fin de semana se abre un nuevo capítulo de un libro eterno. Lee Gregg Popovich: silencio.